La bandera blanca del Papa

La sorpresa más desagradable del domingo por la mañana fue encontrarme con la entrevista al Papa Francisco en que pide a los ucranianos tener la valentía de izar la bandera blanca y negociar con Rusia. Tuve que leer dos veces el resumen de la entrevista, porque me parecía una mala broma[1].

Cuando, entre mis amigos comenzaron a llover los comentarios sobre el tema, me di cuenta que ya no podía seguir negando la existencia de la entrevista. Mi única esperanza era que la noticia pasara desapercibida, ya que la prensa suiza no es precisamente la más leída del mundo. Lamentablemente no fue así. ¿O sí? Porque parece que todo el mundo leyó el resumen y no la fuente.

Antes que nada, pienso que es una decisión de los mismos ucranianos y no de otras personas, si se rinden o no. Porque aunque el Papa no usó el término “rendirse”, es obvio que izar la bandera blanca equivale a rendirse. Al menos en la posición en que están ahora, en que no han podido recuperar su territorio ocupado por Rusia. Sobre todo considerando que Rusia lo ha anexado oficialmente y lo considera territorio ruso.

Hago ver que más que de territorio se trata de gente, de personas que viven en Crimea, Kherson, Donetsk, en Zaporizhia. Gente que no está dispuesta a vivir bajo el látigo ruso. Se dice que muchas de ellas son de habla rusa. Sí, puede ser, pero esto no quiere decir que prefieran vivir en la pobreza y opresión del régimen de Putin o de su eventual sucesor y no vivir en democracia y en la prosperidad de la economía de mercado junto a los otros pueblos europeos.

Hasta un determinado momento, el gobierno de Selenski estaba dispuesto a negociar con Rusia. Pero fueron las atrocidades cometidas por los rusos en Butscha e Irpin las que cambiaron el switch y Ucrania ya no estuvo dispuesta a ofrecer neutralidad[2], desmilitarización y servilismo frente a Putin y a su mafia[3]. Y que no venga el Papa a decir que no eran rusos sino que eran soldados orientales los que cometieron las fechorías. Se trata de acciones sistemáticas y no castigadas, sino propiciadas por el ejército y por los jerarcas rusos (de políticos en sentido democrático, no se puede hablar).

Lo segundo que se me vino a la mente luego de leer la entrevista es que lo que dice el Papa no es parte del Magisterio de la Iglesia, sino que es su propia opinión en una materia de política contingente que no es de fe ni de moral. Sería injusto privar a Francisco de pensar distinto a la mayoría de los católicos. Pero, por otra parte, su opinión como sumo pontífice tiene demasiado peso como para pasarla en silencio.

Según mis amigos un error así no habría sido cometido ni por Benedicto, ni menos por el gran Papa Juan Pablo II que nos salvó del comunismo. Pero un papa argentino… Una amiga argentina me explica que el Papa es peronista. No lo sé, pero probablemente su socialización tuvo lugar en un ambiente peronista. No olvidemos que el peronismo es un fascismo, el único que aún se mantiene como fuerza política en un país del mundo, ininterrumpidamente desde los años 40[4]. Por otra parte, el régimen ruso es considerado como un fascismo a la Frankenstein, con elementos de diversos fascismos y del antiguo comunismo.

Ese mismo día, más de alguna persona expresó abiertamente que se avergonzaba de ser católica. Yo pienso que el Papa Francisco le ha hecho un daño muy grande a la Iglesia. Pero no puedo negar que su intención debe haber sido buena. Según él (y muchos otros derrotistas), Ucrania no puede ganar la guerra, no puede recuperar la quinta parte de su territorio ocupada por Rusia, de manera que debería rendirse o izar la bandera blanca, que es lo mismo. Así no perdería más vidas humanas en una lucha que ya está perdida.

A todos nos preocupa mucho que muera gente en Ucrania y sufrimos por ello. La solución es muy fácil. El mismo Francisco podría tener la valentía de apelar a Putin y exigirle que retire sus tropas de Ucrania, que deje de bombardear ciudades, que devuelva los miles de niños ucranianos raptados. Podría dirigirse a su querido Cirilo, jerarca de Moscú, para que deje de bendecir a Putin y de azuzar a los rusos a atacar a Ucrania.

No entiendo qué movió al Papa a realizar tales declaraciones. Aunque debo reconocer que debe haber sido la pregunta del periodista. Si está preocupado por la gente que muere, entonces debería preocuparse también por los soldados rusos que han muerto. Se calcula que mueren entre 900 y mil al día y que en menos de dos años habían muerto más rusos que durante toda la invasión soviética a Afganistán. ¿Es que no le preocupa a Francisco que mueran rusos?

Un llamado unilateral a rendirse es una vergüenza. ¿Habrá perdido el Papa Francisco el olor a sus ovejas del que él tanto ha hablado? Sus dichos son un golpe a todos los católicos que nos hemos comprometido con la libertad de Ucrania. Y con nuestra libertad, porque Rusia no se detendrá en Ucrania. Nadie quiere más guerra, ni más muerte, ni destrucción, menos que nadie los ucranianos. El problema es que hay muchos ucranianos que prefieren morir antes de terminar nuevamente bajo el yugo de Moscú, que ya han conocido en la historia.

No hay que olvidar, querido Francisco que, si Rusia se retira de Ucrania, se acaba la guerra. Pero que si Ucrania deja de pelear, se acaba Ucrania[5].


[1] Más tarde leí el original, la frase que dió lugar a todo el revuelo es (fue el periodista quien habló de la bandera blanca): “In Ucraina c’è chi chiede il coraggio della resa, della bandiera bianca. Ma altri dicono che così si legittimerebbe il più forte. Cosa pensa?

“È un’interpretazione. Ma credo che è più forte chi vede la situazione, chi pensa al popolo, chi ha il coraggio della bandiera bianca, di negoziare. E oggi si può negoziare con l’aiuto delle potenze internazionali. La parola negoziare è una parola coraggiosa. Quando vedi che sei sconfitto, che le cose non vanno, occorre avere il coraggio di negoziare. Hai vergogna, ma con quante morti finirà? Negoziare in tempo, cercare qualche paese che faccia da mediatore. Oggi, per esempio nella guerra in Ucraina, ci sono tanti che vogliono fare da mediatore. La Turchia, si è offerta per questo. E altri. Non abbiate vergogna di negoziare prima che la cosa sia peggiore”. Conflitto a Gaza, “due responsabili”. La entrevista original en RSI Ucraina, “il coraggio della bandiera bianca”

[2] Recordemos que el mismo Papa señaló en aquel entonces que las atrocidades no habrían sido cometidas por rusos “Cuando hablo de Ucrania, hablo de la crueldad porque tengo mucha información sobre la crueldad de las tropas que llegan. Generalmente, los más crueles son quizás los que son de Rusia pero no son de la tradición rusa, como los chechenos, los buriatos y otros. Ciertamente, quien invade es el Estado ruso, esto está muy claro”, citrado en mi columna El Papa y Ucrania Claro, siempre son los otros y todos, hechos aislados

[3] Kasparov dice explícitamente que Rusia es una mafia, ver mi columna La guerra terminará cuando haya un muerto en cada familia

[4] La preferencia del anterior gobierno de Argentina por Putin y su régimen se puede explicar además por razones geoestratégicas, ver mi columna La guerra de las Malvinas y Putin

[5] Si Rusia deja de luchar no habrá más guerra. Si Ucrania deja de luchar no habrá más Ucrania

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