En enero, pero hace 29 años, llegaba a Chile Erich Honecker y con ello, Chile se convertía de asilo contra la opresión, como dice la canción nacional[1], en asilo para los opresores.
En noviembre de 1989, la Cámara del pueblo (sic) de la denominada República democrática alemana -que no tenía nada de democrática, ni tampoco de república- designó una comisión para investigar a Honecker acusado de corrupción y de abuso de poder. Pocos días antes, Erich había sido depuesto, en una dramática sesión del politburó. En ella, quienes propusieron su destitución se jugaban la vida, puesto que, en los regímenes del socialismo real, no se aceptaba la menor contradicción y reinaba el culto a la persona del líder máximo. El polítburó (del ruso Политбюро), cuya traducción es oficina política, era el gremio más alto del Comité central del Partido comunista del respectivo estado del Ostblock.
A comienzos de diciembre de 1989, la fiscalía nacional de la RDA[2], inició investigaciones contra Honecker y otros funcionarios del politburó por “enriquecimiento personal y dilapidación de la riqueza nacional”[3]. El 3 de diciembre, Honecker fue expulsado del Partido socialista unificado de Alemania[4], que controlaba los destinos del país desde que, después de la II Guerra, Alemania quedó dividida en dos, ya que los soviéticos se negaron a unificar el territorio por ellos controlado con las regiones occidentales. Estas últimas pasaron a formar parte del llamado Mundo libre u occidental.
Paralelamente, a principios de diciembre, la oficina de la RDA heredera de la siniestra Stasi[5] o policía de seguridad del estado socialista, abrió otra investigación contra Honecker, esta vez se lo acusaba de haber cometido delitos en sus cargos de presidente del Consejo de estado y presidente del Consejo de defensa nacional de la RDA y de haber abusado de su poder político y económico, como secretario general del comité central del Partido socialista unificado[6] y de haber abusado de sus facultades al disponer sobre fondos, como secretario general del comité central del Partido, para beneficio económico propio y de personas cercanas a él.
Duros cargos, me pregunto si estos abusos no son connaturales a un régimen en que el estado es dueño de todo, pero asegura que todo pertenece al pueblo. En tales regímenes, parece que algunos son “más pueblo” que otros. Recuerdo lo que decía Orwell en su libro “Rebelión en la granja”[7]: “todos los animales son iguales, pero hay algunos que son más iguales que otros”.
A comienzos de enero de 1990, Honecker fue sometido a una investigación de otro tipo. En el hospital La Charité, en Berlín Oriental, le fue diagnosticado cáncer al riñón. Fue operado inmediatamente, no quiero ni pensar en cuánto tiempo esperaba una operación una persona cualquiera y no el ex-líder máximo. A fines de ese mismo mes de enero, Honecker era arrestado en su habitación de La Charité y luego trasladado al hospital de la cárcel de Rummelsburg (Berlín), y puesto en libertad al día siguiente.
Erich y Margot[8] estaban libres, pero nadie quería alojarlos. El abogado Vogel apeló a los cristianos que aún quedaban en la RDA y el matrimonio de pastores, Uwe y Christine Holmer[9], los acogió en su hogar. No fue fácil para ellos, pues a diario se organizaron protestas frente a su casa y a la institución de beneficencia que Uwe dirigía. Los dos buenos cristianos eran acusados de proteger a un tirano.
Diez semanas permanecieron los Honecker en la casa de un pastor. Como detalle pintoresco: los Honecker durmieron en las habitaciones de los hijos menores de la familia. El ateo militante Honecker se refugió en el hogar de un pastor cuya iglesia había combatido muy duramente desde el poder. De los 15 hijos del matrimonio Holmer, diez no pudieron hacer el bachillerato (prueba final el colegio superior) debido a su fe[10]. La RDA no tuvo éxito, ni cumplió ninguno de los objetivos propuestos, ni las promesas de sus políticos. Pero en una de sus finalidades sí fue muy exitosa: en la erradicación de la religión cristiana de su territorio, que llevó al triunfo del ateísmo en casi toda la actual Alemania oriental[11].
Finalmente, el 3 de abril, Honecker fue trasladado al hospital militar soviétido de Beelitz. No olvidemos que en la RDA todavía quedaban tropas soviéticas y los soldados “rusos” no querían abandonar Alemania. Se aferraban sin pausa a los privilegios de que gozaban en el país más avanzado de todo el bloque oriental… Prefiero no pensar en qué estado estaba el resto. La URSS se hallaba en plena descomposición y los militares soviéticos, lo único que no querían era volver a Rusia, ni a Kazajstán, ni a Kirguistán, ni a Moldavia, ni a Bielorrusia, ni a ninguna de las 15 repúblicas soviéticas que todavía quedaban en 1990.
En octubre de 1990, el sueño de la unidad alemana se hizo realidad y, en consecuencia, el proceso penal en contra de Honecker quedó bajo la jurisdicción de la justicia de la Alemania reunificada. El 30 de noviembre, un tribunal de Berlín emitió una orden de detención en contra de Honecker debido a la orden de disparar en la frontera entre las dos alemanias, dictada primero en 1961, corroborada y reforzada en 1974.
Los alemanes orientales no podían irse de vacaciones, ni de viaje, ni a estudiar, ni a visitar parientes, ni a aprender idiomas, a ni realizar un intercambio escolar ni a Alemania occidental, ni a ningún otro país que formara parte de lo que ellos consideraban el mundo capitalista. Podían, en el mejor de los casos, hacer vacaciones en Hungría, desde donde, si muchos intentaban huir hacia los países libres. Si salían -para participar en las Olimpiadas o por otra razón, como la “ayuda al desarrollo” en países que planeaban sumar al mundo socialista- eran vigilados y dejaban parientes como prenda o garantía dentro de la RDA. Los parientes lo pasaban muy mal si a los viajeros se les ocurría permanecer en el extranjero. Pedir asilo en alguna nación occidental conducía a un castigo mayor.
Para que no escaparan del país, en 1961, la RDA había construído un muro, pero no sólo en Berlín, sino que a lo largo de toda la frontera entre las dos alemanias. Por esta razón, el ex-presidente alemán, Joachim Gauck (fue pastor luterano en la RDA) decía que los habitantes de Alemania del Este no eran ciudadanos, sino que eran reclusos ya que “los habitantes de una casa pueden entrar y salir de ella; pero los de Alemania oriental no podían entrar ni salir de su propio país. Estábamos encarcelados. Desde ese momento, comencé a hablar de reclusos o de presos”[12].
La orden de detención contra Honecker quedó en nada, ya que el ex-tirano se hallaba en un hospital soviético, bajo la protección del Kremlin y donde, más encima, le acababan de descubrir un tumor en el hígado… O, al menos, era lo que decían los médicos. El 13 de marzo de 1991, Gorbatschov ordenó trasladar al matrimonio Honecker a Moscú.
Bonn protestó, pero no logró nada, ya que el Sóviet Supremo aún no ratificaba el Tratado sobre el acuerdo final con respecto a Alemania, más conocido como Tratado Dos más Cuatro, en que Alemania recuperaba su plena soberanía de manos de las potencias aliadas. Con la entrega a la Cancillería alemana del documento que certifica la ratificación del tratado, éste entró a regir el 15 de marzo y, a partir de entonces, la presión para extraditar a los Honecker, se hizo cada vez mayor.
Desde hacía años, las relaciones entre Gorbachov y Honecker no eran buenas. Gorbi era un reformador y Honecker se había quedado en la era del stalinismo. El 25 de diciembre de 1991, el reformador fue reemplazado por Yeltsin, hasta entonces presidente de la República soviética de Rusia. Ese mismo mes de diciembre, Rusia conminó a los Honecker a abandonar el país, bajo la advertencia de ser expulsados, si no se iban “por las buenas”.
Ante la perspectiva de ser devueltos a Alemania, los Honecker decidieron refugiarse en la embajada de Chile en Moscú. Margot cuenta que Corea del Norte y Siria les habían ofrecido asilo… Los Assad (el papá[13] del actual presidente de Siria por la gracia de Putin) era ya un vasallo de Moscú. El embajador de Chile en la URSS era nada menos que Clodomiro Almeyda, político socialista chileno, descendiente de la clase alta de nuestro país y cuya memoria de grado se titulaba “Hacia una teoría marxista del Estado”. Don Cloro había sido ministro del Exterior y de Defensa de la Unidad Popular.
El gobierno alemán declaró, con mucha razón “si Rusia y Chile quieren seguir con su pretensión de ser estados de derecho, Honecker tiene que ser extraditado a la República Federal de Alemania, donde tiene una orden de arresto en su contra”. El embajador alemán Klaus Blech aclaró que “el traslado ilegal del señor Honecker viola (…) el derecho internacional, porque permite evadir el procesamiento penal de una persona buscada por orden de arresto por incitar a múltiples asesinatos”[14].
Entre tanto, en Moscú, se dió a conocer que el supuesto tumor de Honecker había sido una farsa o, por lo menos, una falsa alarma. Un grupo de médicos rusos protestó ante el parlamento por la manipulación del diagnóstico realizada en uno o más hospitales militares. Almeyda fue citado a Chile, se lo acusaba de haber tratado de sacar a Honecker de Moscú a través de una triquiñuela, concretamente con informes médicos falsos. Finalmente, tuvo que abandonar su puesto diplomático (prefiero no escribir que fue destituido). De vuelta en Chile, continuó defendiendo a Honecker y justificándolo.
En julio de 1992, Honecker voló en un avión de Aeroflot a Berlín, donde fue encarcelado directamente después de aterrizar. Margot siguió inmediatamente su viaje a Chile, antes de que la acusaran a ella… Razones había muchas. El tema de las adopciones ilegales, por ej., donde se quitaba los niños a los disidentes para que fueran educados en familias socialistas.
El proceso principal contra Erich Honecker se inició en octubre de 1992, acusado de 56 muertes. Un segundo juicio empezó en noviembre de ese año, por otros doce asesinatos. Si lo condenaban -lo que era más o menos seguro- sería por lo menos a quince años de prisión[15]. En otras palabras, el viejo Honecker no abandonaría vivo la cárcel. En noviembre, se abrió el caso por delitos económicos en su contra.
En agosto de 1992, se le diagnosticó nuevamente cáncer al riñón. En 1990, no se habría extirpado todo el tumor. Los médicos alemanes tampoco son perfectos. Los abogados de Honecker solicitaron que se absolviera a su cliente por estar enfermo de muerte y tener una esperanza de vida menor a los dos años que duraría el proceso en su contra. La solicitud fue rechazada por el tribunal el 21 de diciembre de 1992. Había que hacer justicia.
Los abogados recurrieron al tribunal superior, quien les dió la razón, ya que Honecker no sobreviviría al proceso, lo que haría innecesario seguir con él; sin embargo este tribunal superior se veía imposibilitado de sobreseer a Honecker. Los abogados recurrieron a la Corte constitucional de Berlín, que corroboró que Honecker no sobreviviría el proceso, ya que, de acuerdo a los informes médicos, estaba enfermo de muerte.
Luego de 169 días de prisión, en enero de 1993, Honecker era puesto en libertad. Poco después, subía a un avión, se tomaba hermosas foto$ $onriente en primera cla$e de la Lufthansa y descendía en Santiago, sonriendo y levantando triunfante el brazo. En la capital chilena, era recibido por fanáticos y fanáticas del socialismo real. Gente que ya entonces vivía en el pasado…
El 17 de abril de 1993, Honecker discurseaba en Santiago (entonces capital del capitalismo en Latinoamérica) en su acostumbrado lenguaje socialista patético: “el socialismo es lo contrario de lo que tenemos ahora en Alemania”[16]. Sí, gracias a Dios, el sistema político y económico alemán actual se halla en las antípodas del socialismo, tanto del nacional socialismo, como del socialismo real o marxista. Y esperamos que sea así por muchos años más…
[1] El coro del himno nacional de Chile dice: “Dulce patria, recibe los votos, con que Chile en tus aras juró. Que o la tumba serás de los libres, o el asilo contra la opresión”.
[2] Abreviatura de República democrática alemana.
[3] Wikipedia en alemán informa de manera muy completa y objetiva sobre la vida de Erich Honecker Recomiendo su lectura. Tomé gran parte de la información, sobre todo, las fechas exactas, del artículo enlazado.
[4] Honecker se incorporó después al Partido Comunista alemán, fundado en 1990, del cual fue miembro hasta su muerte. Siendo joven, ya había sido miembro del Partido comunista de la época, al que ingresó en 1930.
[5] Ministerium für Staatssicherheit (MfS), también Staatssicherheitsdienst o Stasi era el llamado Ministerio para la Seguridad del Estado.
[6] Conocido como SED, Sozialistische Einheitspartei Deutschlands cuya traducción es Partido Socialista Unificado de Alemania.
[7] Recomiendo su lectura. La granja es la Unión Soviética. Los cerdos son los stalinistas y el resto de los animales es el pueblo. La graphic novel que leí el verano pasado en instagram
[8] Margot es la tercera cónyuge de Erich. La primera había muerto, de la segunda se había divorciado. Honecker aseguraba que su primer y gran amor era la Unión Soviética. ¿Puede haber más fanatismo?
[10] Cfr. Ostergrüße von Margot Honecker Späte Ehre für Pfarrer Uwe Holmer
[11] En verde, las regiones de Alemania sin confesión
[12] «El poder tiene un sabor desagradable». Joachim Gauck, activista por los derechos humanos
[13] Hafiz al-Assad o Hafis el Assad.
[14] Strafverfolgung und Flucht nach Moskau, en Wikipedia.
[15] Erich Honecker – das Ende
[16] “Sozialismus ist das Gegenteil von dem, was wir jetzt in Deutschland haben. Sodass ich sagen möchte, dass unsere schönen Erinnerungen an die DDR viel aussagen von dem Entwurf einer neuen, gerechten Gesellschaft. Und dieser Sache wollen wir für immer treu bleiben”, cita en Erich Honecker – das Ende La traducción: “El socialismo es lo contrario de lo que tenemos ahora en Alemania. Así que me gustaría decir que nuestros buenos recuerdos de la RDA dicen mucho sobre el diseño de una sociedad nueva y justa. Queremos permanecer fieles a esta causa para siempre”.