La conspiración del 11 de septiembre, por Andreas von Bülow

Pocas veces tengo la sensación de estar perdiendo el tiempo al leer un libro. En el caso del libro de Andreas von Bülow, acerca del 11 de septiembre[1], estaba segura de estar perdiéndolo. El ex-político alemán nació en 1937 en una familia de la más antigua nobleza alemana, de la región de Mecklenburg que, después de la II Guerra quedó dentro de lo que entonces se llamaba Zona de ocupación soviética o, simplemente, “Alemania comunista” o bien, como se llamaba oficialmente: República democrática alemana… Aunque, seamos sinceros: de democrática, no tenía nada.

Su familia debió huir y “aterrizó” en la República Federal de Alemania, donde Andreas terminó el colegio en Heidelberg y después, estudió derecho, primero en Heidelberg y luego en München. En 1960 se recibió de abogado e ingresó en la Socialdemocracia alemana, donde “hizo carrera”, pasando de diputado a subsecretario de defensa y luego a ser ministro de Investigación y tecnología, ambos cargos durante el gobierno del canciller socialdemócrata Helmut Schmidt. Hay que mencionar que, siendo subsecretario, participó en la conferencia Bilderberg, en Princeton 1978. Dejó el gobierno en 1982, cuando Helmut Kohl fue elegido canciller.

Como miembro del Bundestag, formó parte de la Comisión de Control de los servicios de inteligencia alemanes[2]: del BND (la CIA alemana; pero que sólo informa y analiza, no realiza labores operativas), el MAD (servicio de inteligencia militar, cuya labor es controlar a los mismos militares) y el Verfassungsschutz, que investiga y analiza las tendencias inconstitucionales y anti-sistémicas de personas y organizaciones). La Comisión se compone actualmente de nueve integrantes y probablemente, en aquella época, también.

Von Bülow dejó el Bundestag en 1994, retirándose así de la política activa. Comenzó entonces, su labor como escritor. Su primer libro “En nombre del Estado”, es de 1998. En él, el ex-político describe operaciones encubiertas que habrían sido realizadas por el BND alemán, la CIA y el Mossad. En él, expone sus tesis acerca de la muerte o más bien el supuesto asesinado del político alemán Barschels, el atentado al Papa Juan Pablo II, la toma de rehenes en Teherán y un cuantohay… Se puede decir que, en este libro, ya se ve hacia donde se dirige nuestro autor: hacia el oscuro mundo de las teorías conspiranoicas.

Su primer libro apareció todavía en una buena editorial (Piper) y tuvo recensiones -la mayoría de ellas, negativas- en los principales medios de prensa alemanes. El autor había sido un connotado político alemán (de la segunda fila) y además, proveniente de una ilustre familia. Su segundo libro apareció pocos años después, el 2003, y en él,  Bülow se refiere al atentado del 11 de septiembre y lo hace de tal forma que verdaderamente me dió no sólo de estar perdiendo el tiempo al leerlo, sino de estar leyendo los pensamientos de una persona que perdió la cordura, por no decir abiertamente: leer los pensamientos de un loco. De un hombre que se radicalizó, lo que lamentablemente no es un fenómeno aislado dentro de los alemanes de la tercera edad.

Sí, su segundo libro, “La CIA y el 11 de septiembre. El terror internacional y el papel de los servicios secretos”, ha tenido mucho éxito, en el sentido que lleva ya varias nuevas ediciones. Pero la pregunta es ¿quién lo lee? Bueno, yo lo leí, para intentar comprender el porqué de la fascinación que ejercen las teorías de la conspiración sobre un cierto grupo de gente. De más está decir que compré el libro de segunda mano, nunca compraría nuevo un libro así.

Los títulos de Bülow que encuentro en las plataformas de ventas de libros tienen títulos totalmente conspiranoicos, tales como “La CIA y las guerras de los Estados Unidos, de Pearl Harbor al 11 de septiembre”, “Infiltración cognitiva: el plan de un funcionario gubernamental para socavar la teoría de la conspiración del 11 de septiembre”, “América imperial y la manipulación de las masas”, “Guerras secretas, el padrino al servicio del estado”, “La inferioridad imaginada: el equilibrio de poder Oeste-Este tal como es”, seguro que él sabe mejor que los demás, cómo es este equilibrio y cómo son todas las cosas. No sé para qué necesitamos más analistas, si tenemos a Bülow.

Su último libro se refiere a “Las grandes catástrofes alemanas”, esto es, a las dos guerras. No quiero imaginar cuáles serán sus crudas tesis y absurdas teorías de la conspiración. Sin haberlo leído, me atrevo a adivinar que esta es una obra revisionista. Este libro sí que aparece en una editorial totalmente conspiranoica, en el Kopp Verlag, fundado por un policía retirado y que partió editando libros sobre OVNIs hasta que descubrió que las teorías de la conspiración y los libros de extrema derecha estaban de moda y arrojaban más dinero que los platillos voladores.

En su libro sobre el 9/11, Bülow se pregunta a quién beneficia el atentado a las Torres Gemelas (es el manoseado cui bono), y se responde: al gobierno norteamericano que asegura así un siglo más de dominación mundial estadounidense y el control sobre las fuentes del petróleo. El “relato oficial” del gobierno de de los Estados Unidos sería sólo el producto de la campaña de los servicios secretos, de los enormes aparatos de la CIA, del FBI, de la NSA y del Mossad. Sí, del Mossad, es imposible que en las teorías de la conspiración esté ausente el elemento antisemita. Bülow da muestras de su meticulosidad, al explicar que, en el atentado del 11 de septiembre, habrían muerto “únicamente 30 judíos y un solo israelí”.

Pero Bülow va más allá y sugiere que el atentado fue dirigido por agentes del Mossad que se habrían infiltrado en al-Qaida (!!!). Bülow es lo sificientemente inteligente como para saber que esto él no lo puede asegurar ya que no puede arriesgarse a que, en Alemania, lo consideren como antisemita, de manera que esto sólo lo insinúa[3]; pero lo hace de tal manera que al lector, a la lectora, no nos queda duda de que él lo sostiene. Asimismo, explica que el World Trade Center le pertenecía “al judío” Garry Silverstein, quien lo aseguró contra ataques terroristas por una suma ingente[4].

Bülow, en su libro sobre el 11 de septiembre, nos asegura que la versión oficial de los Estados Unidos, sobre el atentado a las Torres Gemelas tuvo por objeto asegurar la hegemonía mundial norteamericana. En efecto, después del “fin de la historia”[5] y de acuerdo a la tesis de la lucha de las culturas de Samuel Huntigton, formulada pocos años antes, en su best seller de 1996, luego de la Guerra Fría, sobrevendrá una nueva lucha, esta vez, entre Occidente y el mundo musulmán.

De acuerdo a la versión norteamericana, se trata de un atentado terrorista, para obligar al pueblo estadounidense y al mundo civilizado a una guerra. Las comunicaciones telefónicas habrían sido falseadas por imitadores de voz, para dejar una huella falsa, detrás de la cual, se esconde un hecho totalmente diferente. Así, la tesis de los 19 terroristas musulmanes suicidas es una falsedad, algo que fue inventado y puesto en escena por los servicios secretos, para engañar a la opinión pública y ocultar lo que realmente sucedió.

Continúa von Bülow: la caída de los edificios sólo puede explicarse por la detonación de explosivos. El impacto de los aviones no puede haber sido su causa. Como fuentes, cita al menos cuatro veces al negador del Holocausto y conocido antisemita Eric Hufschmid quien, además, asegura que hubo una explosión después de la caída para destruir pruebas. Por ej., la prueba de la existencia de un comando central, desde donde se dirigía a los aviones, mediante un mecanismo para dirigirlos por control remoto. Así, la explosión después de la explosión habría tenido por objeto borrar las huellas. Demás está decir que la credibilidad del Sr. Hufschmid es igual a cero.

Como prueba de lo anterior, cita a un tal Charles H. Hux, que habla de una “demolición dirigida”. Googleo a este Mr. Hux y resulta que es un obstetra y ginecólogo. Me pregunto si como médico, sabe mucho de ingeniería y de demoliciones.

También cita a Carl Cameron (un ex periodista de Fox News) que intentó inculpar a Israel de haber sabido del atentado, pero no haber advertido a los Estados Unidos. Dice que esta “información” le habría sido entregada por una persona muy importante, pero no dice por quién. En este sentido, habla de una “complicidad tolerante” por parte de ciertos elementos del gobierno de Bush que habrían permitido la actuación de los terroristas, algo así como una herida autoinflingida, que sería parte de juegos de poder.

Cita a un tal Timothy A- Miller, especialista en computación que llama a realizar una “investigación propia”. Es lo que se llama el “principio de Ikea”, esto es, yo me construyo mi propia realidad a través de mis “investigaciones” en internet. Si tipeo algo así como “la verdad sobre el 9/11”, es evidente lo que me va a aparecer como resultado de mi “investigación”. Hay gente que está convencida que esto es pensar por sí misma…

El autor asegura que Osama bin Laden habría sido un agente de la CIA. A propósito de la Central de Inteligencia, hay quienes creen que Bülow sería un gran experto en servicios secretos y que tuvo acceso a información privilegiada que vierte en sus libros. Lamento decepcionarlos: en su calidad de diputado del Parlamento alemán, formó parte de la Comisión de control parlamentario de los organismos de inteligencia, de la cual no fue su presidente, ni si vicepresidente, sino un miembro más. Es más, en su momento, se quejó amargamente de que se entregara a los parlamentarios miembros de la Comisión, información acerca de los errores de servicios secretos “enemigos”, pero no de los propios, ni de sus aliados…[6]

En el fondo, Bülow y las personas que creen en extrañas conspiranoias sobre el 9/11, piensan que después de la caída del comunismo, se hizo necesario presentar al mundo islámico como un enemigo común frente a los países occidentales, para así, hacer posible el cierre de filas entre ellos. De modo que el atentado del 2001 habría sido un pretexto, una mera escusa para hacer realidad el sueño del “nuevo siglo americano”[7]. Este sueño obliga a impedir que Rusia se convierta nuevamente en una potencia mundial. Asimismo, hay que evitar el surgimiento de China, de India y de Paquistán.  

Andreas von Bülow es una de las personas que más daño ha hecho en los últimos años. Su ideología conspiranoica ha sido adoptada, citada y es divulgada en el mundo entero, tanto por medios de extrema izquierda, como también de extrema derecha y por islamistas. Sus teorías son el lugar de encuentro de extremistas radicales e incluso de terroristas… Y esto, en todos los idiomas. Con ello, se convierte, directa o indirectamente, en autor intelectual de actos deplorables. En realidad, sólo los extremistas de diversos sectores y colores pueden dar fe y creer a piejuntillas en absurdas teorías de la conspiración del tipo von Bülow[8].


[1] “Die CIA und der 11. September”, Piper Verlag, München 2011.

[2] Von Bülow nunca fue su presidente, sino un miembro más. Lo pongo de manifiesto, porque alguna gente cree que Bülow fue una persona muy importante. Lo siento, no lo fue.

[3] Esto lo hace ver Wolfgang Wippermann, en su clásido acerca de las toerías de la conspiración “Agentes del mal. Teorías de la conspiración desde Lutero hasta ahora”, tengo a la vista el original alemán del 2007, pág. 139.

[4] En 1993, ya había habido un ataque terrorista contra el WTC.

[5] Francis Fukuyama, 1989.

[6] La CIA es un servicio secreto aliado de Alemania.

[7] Al parecer, The New American Century, habría sido una fantasía neoconservadora, producto de un think tank del mismo nombre y que algunos de sus contradictores se tomaron demasiado en serio.

[8] Pienso que su fe, más que una fe religiosa es una fe supersticiosa: las teorías conspiranoicas se han convertido en el sucedáneo de la antigua superstición. Sí, la conspiranoia es una forma de superstición. Esto es algo que analizaré en alguna columna posterior.