Finlandia a la OTAN

Una de las consecuencias de la invasión de Rusia a Ucrania es el eventual ingreso de Suecia y de Finlandia a la OTAN. Con esto, la manoseada acusación rusa de estar rodeada por la alianza transatlántica parece que va a ser un poco más real de lo que ha sido hasta ahora. Putin acusa a la OTAN de “encerrar” a Rusia, lo que es totalmente falso, como hice ver en mi columna Tres mentiras sobre Ucrania, la OTAN y Rusia Las fronteras de países de la OTAN con Rusia son mínimas, como muestra el mapa de la columna recién enlazada.

Finlandia es un país neutral desde hace décadas. Después de perder un gran territorio en la Guerra de Invierno (entre el 30 de noviembre de 1939 hasta el 13 de marzo de 1940) contra la Unión Soviética, Finlandia conservó su calidad de país soberano y no se convirtió en una república socialista soviética; pero tuvo que prometer neutralidad. Luego de la caída de la URSS, en 1991, Finlandia decidió conservar su neutralidad en el sentido de no ingresar a la OTAN. Pero en 1995, entró a la Unión Europea[1].

Hasta ahora, los finlandeses no tenían intenciones de ingresar a la OTAN. Desde 1994, son parte de la Partnership for Peace (PfP) o Asociación para la Paz y eso parecía bastarles. La PfP es una iniciativa que surgió ese mismo año para hacer posible la cooperación militar entre la OTAN y países europeos y asiáticos no pertenecientes a la Alianza transatlántica. Catorce estados pasaron de la Asociación a ser miembros de la OTAN, de manera que la PfP es vista como una especie de antesala antes del ingreso.

El problema es que la OTAN no acepta como miembros a países que tengan conflictos fronterizos pendientes. En el caso de Finlandia, si se les ocurría solicitar el ingreso a la Alianza, Rusia inmediatamente crearía un problema con los finlandeses para que la OTAN no los admitiera. Movilizaría tropas hacia la frontera, sobrevolaría el espacio aéreo finlandés, submarinos aparecerían en sus puertos[2]… y sostendría que reclama territorio de Finlandia. Es, por otra parte y mutatis mutandi, lo que hizo en el caso de Georgia y de Ucrania. Pero ahora que Rusia está enfocada en la invasión a Ucrania y quién sabe si también en un ataque a Moldavia, y no tiene fuerzas disponibles para que “molestar” a Finlandia.

Sanna Marin, la primera ministra de Finlandia, había dicho a comienzos de este año que su país no tenía intenciones de entrar a la OTAN. Como buena socialdemócrata representa más bien la tradición finlandesa de la neutralidad militar. Sin embargo, después de la invasión rusa a Ucrania, tanto la primera ministra, como la social democracia y la mayoría de los finlandeses están de acuerdo con solicitar el ingreso a la Alianza militar del Atlántico norte.

Finlandia está en una situación parecida a Ucrania[3]: no es parte de la OTAN y tiene una larga frontera con Rusia: 1300 kms. (La frontera terrestre entre Ucrania y Rusia es de 1974 kms). En virtud del artículo 5° del Tratado la OTAN, los países miembros son defendidos por todos los otros estados miembros en caso de ser atacados, en una especie de máxima “uno para todos y todos para uno”. Pero el art. 5°[4] no se aplica a países del PfP o Asociación por la Paz. Para Finlandia, después de la invasión rusa a Ucrania, la amenaza es real.

Se espera que, en la reunión de la OTAN en Bruselas en junio próximo, tanto Suecia como Finlandia presenten sus respectivas solicitudes de ingreso. Al igual que Finlandia, Suecia se asoció a la Partnership for Peace en 1994[5].

En suma, Putin ha logrado lo que nunca nadie habría pensado[6] y hoy vemos a Finlandia y a Suecia golpeando las puertas de la OTAN. Ambos ejércitos serán, para la Alianza del Atlántico Norte, un gran aporte. A lo largo de los 1.300 kilómetros de frontera con Rusia, Finlandia es ideal para estacionar muchos NATO-Battlegroups…


[1] El 16 de octubre de 1994 se celebró en Finlandia un referéndum sobre el ingreso a la Unión Europea. El 56,9% de los votantes votó a favor de unirse a la UE.

[2] Como lo ha hecho repetidamente. Recuerdo más de algún submarino que se asomó a la superficie frente a la misma ciudad de Estocolmo.

[3] Si Rusia deja de luchar no habrá más guerra. Si Ucrania deja de luchar no habrá más Ucrania

[4] “Las Partes acuerdan que un ataque armado contra una o más de ellas, que tenga lugar en Europa o en América del Norte, será considerado como un ataque dirigido contra todas ellas, y en consecuencia, acuerdan que si tal ataque se produce, cada una de ellas, en ejercicio del derecho de legítima defensa individual o colectiva reconocido por el artículo 51 de la Carta de las Naciones Unidas, ayudará a la Parte o Partes atacadas, adoptando seguidamente, de forma individual y de acuerdo con las otras Partes, las medidas que juzgue necesarias, incluso el empleo de la fuerza armada, para restablecer la seguridad en la zona del Atlántico Norte. Cualquier ataque armado de esta naturaleza y todas las medidas adoptadas en consecuencia serán inmediatamente puestas en conocimiento del Consejo de Seguridad. Estas medidas cesarán cuando el Consejo de Seguridad haya tomado las disposiciones necesarias para restablecer y mantener la paz y la seguridad internacionales”. Fuente Tratado del Atlántico Norte Washington DC, 4 de abril de 1949

[5] Ambos países son miembros desde el 9 de mayo de 1994.

[6] “El presidente de Rusia ha conseguido unirnos a todos frente a la amenaza totalitaria y autoritaria, por no llamarla claramente fascista”, en #StandUpForUkraine

#StandUpForUkraine

…es el hashtag[1] de la acción que organizaron personalidades del mundo de la política y de la cultura para ayudar al pueblo de Ucrania. Y reunir fondos para los millones de refugiados ucranianos, tanto dentro como fuera de Ucrania, mediante donaciones, conciertos y otros eventos del mundo de la cultura.

Las dos figuras que encabezan la acción son la presidenta de la Comisión Europea, la alemana Ursula von de Leyen y el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau. Von der Leyen es una política conservadora europea, hija de un político conservador, casada con un profesor de medicina, ella misma es médico, mamá de siete niños. Trudeau es un político de izquierda, hijo de un político que, me atrevo a localizar aún más a la izquierda que Justin y de una activista política bipolar jetsética muy de izquierda.

Si von der Leyen y Trudeau fueran políticos del mismo país, se enfrentarían entre sí, serían rivales, contendores en las elecciones, en el Parlamento, encabezarían distintos sectores de la opinión pública… Ambos se hallan en las antípodas del espectro político democrático. Y esto es, a mi modo de ver, el gran logro de Wladimir Putin. El presidente de Rusia ha conseguido unirnos a todos frente a la amenaza totalitaria y autoritaria, por no llamarla claramente fascista[2].

En la guerra de Ucrania, defendemos más que el territorio de un estado nacional. En la guerra en Ucrania, unos pocos valientes defienden nuestra manera de vivir, nuestro way of life pluralista, tolerante, democrático y liberal. Defendemos el sistema de economía de mercado y la organización política con división de poderes, el estado de derecho, el check and balances.

En nuestro sistema político, podemos ser oponentes; pero nunca enemigos[3]. Resolvemos los problemas pacífica y civilizadamente, y no recurrimos a la violencia, ni a la fuerza de las armas para imponer nuestra opinión. Tenemos el derecho y casi el deber de disentir, de mirar las cosas desde distintos puntos de vista. En el, rige la fuerza del derecho y no el derecho del más fuerte[4].

La invasión rusa a Ucrania es un intento de acabar con nuestra sociedad abierta[5]. Y a nadie deja indiferente, porque es mucho lo que está en juego. Si Rusia ganara la guerra, nuestro mundo sería uno muy diferente, sin duda, mucho más gris[6]. El proyecto de vida liberal, individualista pero solidario de nuestras sociedades occidentales es lo que defendemos en Ucrania. Lo vamos a defender también con armas, incluso con armas pesadas si es necesario.

Este es el gran logro de Putin, tal vez tendríamos que darle las gracias por habernos unido a todos, a los de izquierda y a los de derecha… El mundo libre nunca -no exagero- había estado tan unido como ahora.


[1] También con 4 en vez de for #standup4ukraine

[2] Timothy Snyder hace ver que Rusia se  ha convertido en el centro del fascismo del mundo, en:  „Moskau ist zum Zentrum des Faschismus der Welt geworden“. Y, en un podcast de hace algunas semanas, Nina Khrushcheva, la bisnieta de Nikita Khrushchev, reconocía que actualmente, “somos los rusos los únicos fascistas que quedan en el mundo”. Lamentablemente, no encuentro la transcripción de sus palabras.

[3] “We may be opponents, but we are not enemies”

[4] Una de las frases más citadas por Merkel.

[5] Defendamos la sociedad abierta de sus enemigos

[6] No sin razón decía Otto von Habsburg que, desde Rostock a Vladivostok, el color del comunismo no era el rojo, sino el gris. Quienes conocieron estos países en que no había pintura para pintar las casas, saben a lo que se refería…

Yoga y narcisismo

“El camino hacia la iluminación espiritual puede conducir a aberraciones mundanas bien conocidas, como la sobrevaloración de sí mismo, la ilusión de superioridad, la estrechez de miras y la búsqueda del placer, todo bajo la apariencia de supuestos valores “superiores’ ”[1].

Cuando miro a la gente que sale de la clase de yoga en el gimnasio[2], me pregunto si la yoga pone mal genio. Y ahora que el yoga se ha puesto tan de moda, como consecuencia de la pandemia, me temo que ha surgido -no una generación, no quiero exagerar- pero sí un grupo de gente que aúna en sí dos condiciones que, juntas, no pueden traer nada bueno: la irritabilidad y la arrogancia.

La altanería de los hombres y mujeres que pasan por la vida deambulando entre el supermercado ecológico u orgánico y el “estudio de yoga”, con una colchoneta colgando del hombro -nunca la llevan bajo el brazo- y con sus pantalones anchos de algún color supuestamente natural guatrapeando con cada paso que dan, al caminar con la parsimonia de un yogui en medio de una meditación.

Un equipo de la Universidad de Mannheim, encabezado por el profesor Jochen Gebauer publicó un estudio[3] en que analizaron la frase del tulku (significa “buda vivo”) Chögyam Trungpa, fundador de una organización budista en los Estados Unidos. En uno de sus libros, Trungpa advirtió acerca de un cierto peligro en que pueden caer quienes practican yoga: “Podemos engañarnos a nosotros mismos pensando que nos estamos desarrollando espiritualmente, mientras que, por el contrario, sólo fortalecemos nuestro egocentrismo a través de las técnicas espirituales”[4].

Sospecho que el problema se potencia con el yoga a distancia, mirando un video en una pantalla, lejos de cualquier control o de la posibilidad de que te corrijan. Aunque las correcciones sean sólo de naturaleza técnica, si estás frente a un profesor o profesora de yoga, al menos no crees que eres perfecto o perfecta. Un autor se pregunta -con razón-: “Si un punto importante del yoga es calmar el ego y reducir el enfoque hacia uno mismo, ¿por qué hay tantas fotos de poses de yoga en Instagram?”[5]

Una supuesta superación personal a través de prácticas o técnicas espirituales o pseudo espirituales puede llevarnos a creer que estamos creciendo como seres humanos; pero, lo único que verdaderamente crece es nuestro ego[6]. Es lo que, en psicología se llama el síndrome del iluminado: “yo estoy en la luz y tú no”[7].

Alguien me explica que, en la meditación, se concentra en su propia respiración y se olvida de sus problemas. Esto ¿puede ser bueno? En el fondo, utilizas creencias, prácticas y experiencias espirituales para evitar tener que enfrentarse a tus propios problemas. Mi consejo es muy distinto: haz frente a las dificultades, no los olvides; pero tampoco dejes que dominen tu vida. Busca apoyo en amigas, amigos o bien en especialistas. En la soledad y el aislamiento de nuestras sociedades occidentales, tal vez es difícil encontrar amigos que te escuchen.

Observo que muchas personas recurren a las prácticas espirituales para escapar de sus verdaderos problemas emocionales o de complicaciones psicológicas. Entonces, en lugar de resolverlos, sólo los mantienes bajo control con la ayuda de una cierta espiritualidad. Esto puede ser un buen principio y ayudar en situaciones extremas o de urgencia, puede ser el flotador para que no te ahogues; pero no es la solución, no ayuda a largo, ni mediano plazo.

Volviendo al tema inicial, pienso que perder la conexión con los demás es un empobrecimiento y no un enriquecimiento. Mirarlos hacia abajo desde una supuesta superioridad no sólo empobrece, sino que nos aísla de la gente y nos hace perdernos en una pseudo realidad de iluminados o de elegidos.  El aislamiento no puede ser bueno, el ser humano es un animal social, como aseguraba Aristóteles. Los iluminados que se elevan por encima del resto de la humanidad, termina alejándose de la realidad y de la humanidad. No todos vamos a ser felices viviendo como ermitaños en el desierto de Gobi.

Existe una actitud de increíble arrogancia que observo últimamente entre quienes pasan por la vida, caminando sobre nubes, con una cara colchoneta de yoga colgando del hombro… Y que parece que anuncian permanentemente: “El mundo sería un lugar mejor si todos fueran como yo”. No, por favor, un mundo lleno de gente como demasiadas de las que sale de la clase de yoga sería horrible.

De acuerdo al estudio de la Universidad de Mannheim “los beneficios de las prácticas espirituales en realidad pueden deberse a un aumento del ego y no a su moderación”[8]. Complicada frase que los autores explican en su texto. Si me siento mejor sólo porque ha aumentado mi ego o mi autoestima hay algo que no anda bien. Al parecer, y contrariamente a lo que pretende el yoga, su práctica conduce al aumento del ego, a la autocentralidad, al narcisismo espiritual.

Una autoestima saludable surge en forma natural de habilidades auténticas y de buenas relaciones con las demás personas: amigos, familia, colegas de trabajo. Yo me pregunto si toda esa gente que se ha vuelto loca practicando yoga y otras técnicas espirituales, sobre todo ahora durante el encierro de la pandemia, lleva una vida equilibrada y tiene muchos amigos. Mi observación es que no es así. A veces, tiendo a pensar que todas estas técnicas espirituales te aíslan de los demás.

Según Scott Barry Kaufman, el problema no radica en una autoestima saludable, sino en la búsqueda poco saludable de la autoestima[9]. En buscar la autoestima, la autoapreciación en sí, como si fuera un fin en sí misma. Aparte de eso, pasar media hora o una hora o dos horas concentrándote en cómo respiras, me parece, por lo menos, una pérdida de tiempo, además de una “ocupación” muy aburrida.

Tener autoestima es saludable y muy necesario. De partida, nadie puede querer a los demás, sino se quiere a sí mismo, a sí misma. Pienso que el problema es tratar de lograr artificialmente -si se puede hablar así- una alta autoestima. Sentir una alta autoestima, sin tenerla. Asimismo, he observado que demasiada gente trata de subir su autoestima a costa de bajarla a los demás. Por eso, supongo que salen de la clase de yoga o caminan por el supermercado ecológico con esa expresión de superioridad.

En el caso de los aprendices de yogui, cuanto más elevan la propia autoestima mediante prácticas o técnicas espirituales, más se sienten superiores a los demás. Y esto es precisamente lo que la psicología ha comenzado a llamar narcisismo espiritual. Las prácticas espirituales lo pueden construir y fomentar la pretensión y la sensación de ser una persona muy especial, un elegido que está sobre los demás.

La mejora personal a través de prácticas espirituales puede engañarnos y llevarnos a pensar que estamos creciendo, en circunstancias de que lo único que crece es nuestro ego. Cito nuevamente al tulku Chögyam Trungpa: “El ego es capaz de convertir cualquier cosa en instrumento para su propio uso, incluso la espiritualidad”[10]. Cualquier cosa, incluso la práctica del yoga y de otras técnicas de meditación.

Es también probable que las prácticas espirituales que permiten tener un ego aún más grande resulten muy atractivas para los muchos narcisistas que deambulan en nuestra sociedad occidental. Los investigadores de la Universidad de Mannheim concluyen que la idea de llegar a ser un ser iluminado es sumamente atractiva para narcisistas.

Mucha gente en nuestras sociedades occidentales hace exactamente lo contrario a lo que postula el yoga en su versión original. El ego va creciendo y el amor y respeto, la misericordia y la empatía hacia los demás disminuye a medida que la autoestima se agiganta artificialmente. Terminan por convertirse en un mero sapo inflado[11] que aparenta caminar sobre nubes, con su colchoneta colgando del hombro y sus pantalones de color natural guatrapeando a cada paso que da, con la mirada perdida en el Nirvana.


[1] NARZISSMUS: Spiritualität auf Abwegen

[2] Fitness studio le llamamos desde hace algunas décadas… Suena más elegante.

[3] Mind-Body Practices and the Self: Yoga and Meditation Do Not Quiet the Ego but Instead Boost Self-Enhancement Del 2018, antes de la pandemia. Me temo que después de tanto lock down, la situación es aún peor.

[4] “we can deceive ourselves into thinking we are developing spiritually when instead we are strengthening our egocentricity through spiritual techniques”.

[5] “If a major point of yoga is quieting the ego and reducing focus on self, why are there so many yoga pose pictures on Instagram?”, en: The Science of Spiritual Narcissism

[6] Yoga macht das Ego groß – Ein Interview mit dem Psychologen Prof. Jochen Gebauer von der Uni Mannheim

[7] “I’m enlightened and you’re not”.

[8] NARZISSMUS : Spiritualität auf Abwegen

[9] SPIRITUELLER NARZISSMUS: WENN YOGA, MEDITATION UND CO NUR DAS EGO FÖRDERN

[10] The Science of Spiritual Narcissism

[11] Sobre el síndrome del sapo inflado o hinchado, invito a leer mi columna Si Rusia deja de luchar no habrá más guerra. Si Ucrania deja de luchar no habrá más Ucrania