El levantamiento de los mercenarios

Los acontecimientos del fin de semana en Rusia, serán conocidos como el levantamiento de los mercenarios. Actualmente, hay once grupos de mercenarios en la Federación rusa, de los que el más conocido en el extranjero, es el llamado Grupo Wagner. Y esto, pese a que las agencias militares están prohibidos en Rusia; pero la verdad es que, en el reino de Putin poco y nada importa lo que diga la ley. 

Más importante es la voluntad de la camarilla en el poder. El poder politíco se concentra en los servicios secretos, que no son servicios de inteligencia y análisis como los conocemos en los estados democráticos, sino son una verdadera policía secreta, al estilo de la Checa, la policía secreta de Stalin, o de la Gestapo del nacionalsocialismo[1].

El grupo Wagner fue creado por Dmitri Utkin, un miembro del servicio secreto militar -del temido GRU- encargado de ayudar al gobierno de Assad en Siria. Utkin es de filiación neonazi y gran admirador de Hitler, de manera que su alias de combate es “Wagner” que habría sido el compositor preferido del Führer. Los agentes y soldados que peleaban bajo sus órdenes eran pues el “Grupo Wagner”. 

Tiempo más tarde, un ex-cafiche y ex- presidiario (fue condenado a trece años de prisión por robo a mano armada y otros delitos) llamado Yevgueni Prigozhin conoció a Utkin y decidió invertir en su agencia militar. Prigozhin era conocido como el cocinero de Putin, ya que venía acompañándolo desde su tiempo de San Petersburgo, como dueño de restaurants y proveedor de la comida para el ejército. 

Como información de background, puedo contarles que Putin teme que lo envenenen y por eso, sólo comía lo que la empresa de Prigozhin le preparaba. Por otra parte, se dice que varios envenenamientos son responsabilidad de esa empresa. Hoy en la mañana, ha visto varios memes según los cuales, Putin ya no va a poder comer nada, por el miedo a que lo envenen.

Asimismo, Prigozhin es dueño de una de las grandes granjas de trolles en San Petersburgo y quién sabe donde más. Probablemente, también de la gran granja de trolles de Nicaragua, con millones de cuentas falsas, encargadas de difundir fake news, en el marco de la campaña de desinformación que hoy se orquesta desde la Federación Rusa. 

No en vano, Putin era oficial de información de la KGB, esto es, de desinformación. Es triste ver como, en todo el mundo, hay gente (es minoría) que cree con una fe religiosa todas las mentiras que difunden las granjas de trolles por el mundo. Y también desde medios como Russia Today, Sputnik y una seria de blogs de personajes falsos y también de tontos útiles que se ponen al servicio de Putin. La conspiranoia es también muy habitual en estas burbujas.

El levantamiento de los Wagner se veía venir, ya que durante las últimas semanas, Prigozhin no dejaba pasar un solo día sin lanzar sus diatribas[2] contra el ejército ruso y especialmente, contra el ministro Sergei Shoigu y el jefe del estado mayor Valeri Gerasimov. Ojo, nunca contra Putin (salvo esa vez en que habló del abuelo,  pero después dijo que no se refería a Wladimir Wladimirovitch). 

Prigozhin, Utkin y sus mercearios del Grupo Wagner son detestados por los altos oficiales y por los comandantes rusos, pero aparentemente son amados por la tropa. Las diatribas eran retransmitidas por los llamados blogueros militares rusos, muy populares en un país que cree que la potencia va de la mano de la violencia… Y esto, en todo sentido.

Esto último explica que los mercenarios de Prigozhin hayan podido tomar la ciudad de Rostov sin resistencia alguna de los militares del ejército ruso. Y luego, hayan iniciado su marcha hacia Moscú sin mayor resistencia. Tan sólo la de algunos aviones y helicópteros que derribaron sin dificultad, ya que Wagner tiene armas antiaéreas. Se dice que Prigozhin adquiere armamento a través de África, donde tiene minas de oro y de uranio, con las que paga las armas[3].

Es significativo que los mercearios de Utkin y de Prigozhin tampoco hayan experimentado resistencia alguna por parte de la población rusa. Es cierto que el pueblo ruso hoy en día es escéptico o más bien apático[4]; pero en la misma ciudad de Rostov -donde se haya el cuartel general de la guerra contra Ucrania- la misma población les llevaba alimentos y todo lo que necesitaran. 

A kilómetros de Moscú, los Wagner decidieron detener su marcha. Los mercenarios regresaron a sus cuerteles y tanto Prigozhin como Utkin están desaparecidos. Me atrevo a adelantar que Utkin aparecerá muerto en algún lugar. A Prigozhin va a ser más difícl liquidarlo, pero bolsas de té con polonio o calzoncillos con Novichok abundan en la Federación rusa, de manera que no será difícil encontrar alguno para él[5].

Se desconoce las razones por las que Prigozhin detuvo su marcha. Hasta ahora, sólo hay especulaciones. Tal como en la Unión Soviética, en la Federación rusa, tampoco hay una política de transparencia y la información se oculta. Se dice que no se aplicarán castigos a los mercenarios, pese a la bravata inicial de Putin, en que aseguró que serían castigados como traidores. Especialmente Prigozhin. 

Hoy lunes, los mercenarios han retornado a sus cuarteles y de Prigozhin nada se sabe. Se supone que huyó a Bielorrusia donde recibiría asilo (en el sentido no técnico de la expresión) del dictador Lukaschenka, el eterno rival de Putin, hoy convertido en su marioneta. Si los mercenarios seguirán peleando en Ucrania es algo que tampoco se sabe. 

Del mimistro de defensa Shoigu, el rival de Prigozhin, tampoco se sabe nada. En cuanto a Valeri Gerasimov no sería la primera vez que desaparece, para reaparecer después. Putin tampoco está en Moscú y nada se sabe de él. El último mensaje televisivo, en el que anunció que la guerra contra Ucrania… perdón la “operación especial” (si hablas de guerra en Rusia, recibes entre 15 a 25 años de cárcel) se dice que fue grabado días antes.

En un sistema de dependencias personales, como el moderno feudalismo de la Federación rusa, no es inusual una acción como la de Prigozhin: el vasallo se alza para manifestarse en contra de algo que considera una injusticia (supuestos ataques del Ejécito ruso contra el Grupo Wagner, no entrega de munición, etc.) y contra personas que consideran incompetentes e indeseables (Shoigu y Gerasimov). Luego de conseguir lo que exigía o parte de ello, se retira.

La situación actual en Rusia se puede comparar con la de los war lords africanos o, en el mejor de los casos, con el feudalismo de la Edad Media en Europa. Desde una perspectiva histórica, hay que considerar que, a comienzos del siglo 20, el Imperio de Rusia pasó desde el feudalismo al régimen del socialismo real o de estado, o comunismo, stalinismo, chequismo o como quieran llamarlo, en apenas un par de años, sin solución de continuidad.

En suma, el levantamiento de los mercenarios deja a Putin muy debilitado. Putin basa su poder, por una parte el divide et impera (tres servicios secretos rivales y los servicios secretos contra la oligarquía) y en la garantía de estabilidad y de supervivencia de la población que está interesada en que le paguen sus sueldos, sus pensiones y jubilaciones (la demografía rusa nos habla de una población envejecida) y que baja la cabeza ante a la autoridad, sea quien sea. Dos siglos de zarismo, casi un siglo de comunismo y décadas de putinismo le han ensñeado que no vale la pena intentar cambiar las cosas. 

Quienes quieren una vida mejor, simplemente huyen de Rusia, como los 200 mil hombres jóvenes que huyeron de la Federación para llevar una vida un poco mejor en Europa Occidental, en Turquía, Georgia, Australia, los EEUU o incluso en Kasajstán, país que nos puede dar muchas sopresas en el futuro cercano.

Pobre Rusia, se merece algo mejor que Putin, Prigozhin, Shoigu, Jakunin, Kadyrov o como se llamen todos los dictadores y minidictadores de hoy… 


[1] No sin razón, se llama hoy a Putin, Putler.

[2] A través de su canal de Telegram. En Rusia no hay libertad de prensa.

[3] Se supone que la toma de la ciudad ucraniana de Soledar, que no tiene importancia militar, se debió al interés de Prigozhin por las minas de sal que hay en esa ciudad. Como en la Edad Media, hoy las minas de sal tienen gran valor.

[4] La historiadora rusa de la que les hablé en mi columna Mientras más armas, más corta la guerra explicaba que, mientras los ucranianos habían sido históricamente, un pueblo que busca la libertad, los rusos agachaban la cabeza y preferían no meterse en nada y dejar que los que están en el poder decidieran por ellos.

[5] Hago con esto referencia a la forma en que murió Sergei Skripal y se intentó asesinar a Navalny.