Ante la falta de productos y frente a la interrupción de las cadenas de abastecimiento originadas, primero por la pandemia y ahora por la guerra en Ucrania, muchos plantean la necesidad de una desglobalización. Ello, debido a que la globalización habría sido causante de los problemas de abastecimiento que sufre el llamado primer mundo.
Desglobalización es el nuevo grito de batalla tanto de la extrema derecha como de la extrema izquierda. Los unos emulan el “america first” de Trump. Los otros, tal vez al antiguo socialismo nacionalista, tan propio, por ejemplo del socialismo latinoamericano y del antiguo estatismo europeo de los años 20 y 30, antecesor por ejemplo del fascismo italiano.
Recordemos que el socialista Mussolini no dejó de ser socialista, sino que agregó el nacionalismo a su ideología original. Hitler, por su parte, era llamado líder de los trabajadores (Arbeiterführer[1]), en la Alemania de Weimar, que él contribuyó a destruir. Su partido llevaba en su mismo nombre el título de “partido de los trabajadores”[2].
El fascismo y el nacional socialismo fueron ideologías enemigas de los conservadores y de las elites. De lo que se denomina despectivamente como “los de arriba”. O del establishment, para hablar con los alt right de todo el mundo.
A mi modo de ver, la respuesta a los problemas actuales de desabastecimiento no es desglobalizar y retroceder en el tiempo en esa extraña retrofilia que embarga a los extremos políticos actualmente. La respuesta es más bien la diversificación.
Y, en lo personal: buscar alternativas o sucedáneos.
Siempre puede haber pandemias, guerras o barcos que se quedan parados en medio del Canal de Suez y que impiden el paso de los otros barcos. Cisnes negros y también cisnes grieses ha habido muchos en la historia y seguirá habiéndolos.
Asimismo, pienso que no es ni neoliberalismo, ni liberalismo, ni globalización querer pagar siempre el más bajo precio. Eso también puede ser una irresponsabilidad y un comportamiento negligente. Hay personas que se quejan del desabastecimiento actual, pero que serían incapaces de pagar un euro más por algún producto, son las mismas que se quejan del supuesto neoliberalismo y a las que les gustaría producir todo diez kilómetros a la redonda, olvidando que, en ese caso, su precio sería por lo menos diez veces más alto[3].
La ruptura de las cadenas de abastecimiento se debe más que nada a la falta de diversificación en que el mundo occidental ha caído en los últimos años. Hemos buscado la alternativa más barata. El bajo precio, real o no, se ha convertido en nuestro único criterio. No hemos tenido en cuenta que tal vez el menor precio no debería ser el único punto de vista para tomar una decisión. Hemos dejado totalmente de lado factores como la calidad, la seguridad y la flexibilidad.
Junto con la diversificación, deberíamos considerar la redundancia. Esto es, tener al menos una alternativa o más para la fabricación, para el ensamble, la extracción o para la producción de los productos que necesitamos.
Al hacer una inversión, se recomienda no poner todos los huevos en la misma canasta, pero parece que este principio es completamente desechado a la hora de adquirir bienes de consumo, de producción o tierras raras[4]. La necesidad tanto de la diversidad, como de la redundancia al comprar insumos e incluso materias primas.
Siempre hay que tener un Plan B, e incluso un Plan C o D. En el ámbito del comercio internacional, esto es algo que hemos dejado de lado. Primero la pandemia y luego la guerra, nos recuerdan que deberíamos tenerlo en cuenta. Hay que diversificar, buscar alternativas y tener siempre dos o más opciones. Normalmente, tenemos los datos computacionales, por lo menos, en dos partes, creamos una redundancia. Lo mismo hay que hacer con las alternativas económicas.
La solución no es volver al encierro, al proteccionismo, a la soñada autarquía, que no es más que eso un mero ensueño. Es sólo populismo lamentablemente tan de moda. La solución no es cerrar las fronteras y alzar los aranceles.
La solución tiene dos pilares: la diversificación y la redundancia.
[1] Un ejemplo de esto en: Hitlers erste Wahlkampfreise in Österreich: Der “Arbeiterführer” sorgt für Wirbel
[2] Partido de los trabajadores alemanes nacional socialistas.
[3] Entre paréntesis, no hay que olvidar que muchos se mueren de hambre no precisamente debido al neoliberalismo, sino por haber quedado excluídos de él. Cfr. Chile contra el neoliberalismo
[4] Tierras raras o elementos raros “es el nombre común de 17 elementos químicos: escandio, itrio y los 15 elementos del grupo de los lantánidos (lantano, cerio, praseodimio, neodimio, prometio, samario, europio, gadolinio, terbio, disprosio, holmio, erbio, tulio, iterbio y lutecio)”, en Wikipedia