Si Rusia no tiene armas, se acabará la guerra. Si Ucrania no tiene armas, se acabará Ucrania

Hay una teoría según la cual, donde hay armas, hay guerra. A contrario sensu, sin armas, no habría guerra. De manera que, si los países no tuvieran armas, no habría guerras, aseguran sus partidarios. En consecuencia, si no se produce o no se vende más armamento a los países o en los países, no habría más guerras.

Hay otra teoría, de acuerdo a la cual, donde hay un conflicto, hay o puede haber una guerra. Sin duda, el conflicto puede no ser un conflicto armado, esto es, puede o no devenir en guerra[1]. Sin embargo, un conflicto latente puede explotar en cualquier momento y convertirse en guerra, aún cuando los países no tengan suficientes armas. Es el caso de los conflictos congelados o cold conflicts, como se los llama con más frecuencia.

El conflicto actual entre Ucrania y Rusia demuestra más bien la segunda teoría. Ni el agresor Rusia, ni menos la agredida Ucrania tienen suficientes armas para proseguir la guerra. Rusia ha tenido que rogar incluso a Corea del Norte y se ha vendido a China. Algún político ha profetizado que  Rusia se convertirá en una provincia autónoma de China[2]. Pero China ha entregado apenas a Rusia un cargamento de chaquetas antibala y nada de armas. Y los norcoreanos, apenas antiguos cohetes soviéticos que tenían guardados.

La ofensiva de invierno rusa fracasó. Acabó en un fiasco y los grupos armados rusos se culpan mutuamente[3]. Por su parte, Ucrania no puede iniciar su contraataque –que ya no será de una ofensiva de invierno, sino de primavera o de verano– mientras no reciba los pocos tanques que mendigó de Alemania (que a la fecha, les ha enviado 18) y de otros países, que se los prometieron tarde mal y nunca y en una cifra ínfima.

Al comienzo de la invasión, cuando las tropas rusas arribaron al aeropuerto de Hostomel –en Kiev, donde permanecieron durante las semanas siguientes, cometiendo innumerables crímenes– los ucranianos apenas tenían bazookas de esas que cargan al hombro para derribar los helicópteros procedentes de Bielorrusia. Los rusos desistieron de enviar aviones con tropas de ocupación, por temor a que también se los destruyeran con las bazookas. Así se abortó la toma de Kiev.

Durante décadas, los países europeos habían negado armas a Ucrania, precisamente para evitar una guerra con Rusia. Suponían, de acuerdo a la teoría enunciada al comienzo de esta columna que sin armas, no habría guerra. Esta circunstancia condujo a una virtual indefensión de Ucrania cuando –hace poco más de un año– empezó la invasión rusa a todo el territorio ucraniano.

En realidad, la invasión había comenzado antes, el 2014, cuando Rusia –aprovechando el desorden inmediatamente posterior a las manifestaciones del Euromaidán y la huída del presidente Yanukovich a Rusia[4]– invadió Crimea y las regiones del noreste de Ucrania. En aquel entonces, Ucrania no se podía defender, ya que no tenía armas. Rusia inició entonces una cruenta guerra local en Lugansk y en Donetsk.

La defensa de Ucrania el 2022 es considerada heroica, porque Ucrania era un país virtualmente desarmado. Pero su población mostró un ánimo inquebrantable de defenderse frente al imperialismo ruso que tantas veces en la historia había subyugado a su población. Esto mismo condujo al convencimiento de los países democráticos de que valía la pena ayudar a los ucranianos, ya que estaban dispuestos a defenderse y lo lograrían. Las manifestaciones de solidaridad y de apoyo a su población han obligado a los políticos a reconsiderar su posición inicial.

En otras palabras, el conflicto estaba allí. Provocado por Rusia con su invasión, consecuencia de la negación de la existencia del estado de Ucrania. Para Putin, en su creencia en un relato nacionalista de la historia, Bielorrusia y Ucrania son parte de Rusia. Nunca habrían sido nación y nunca serían un estado independiente[5]. Entre paréntesis, durante la guerra contra Ucrania, Rusia se ha apoderado de Bielorrusia que no puede considerarse un país soberano.

Hoy en día, ni Rusia, ni Ucrania tienen suficientes armas. Pese a ello, la guerra continúa. Putin sabe que, si retira sus tropas pierde el poder[6]. Y probablemente también su vida. Por su parte, Ucrania defiende su territorio y los ucranianos no tienen intención alguna de cederlo a Rusia. Además, saben que, si ceden un metro ahora, en un par de años, tendrán nuevamente tropas rusas en su frontera exigiendo más y más[7].

Rusia dice que tiene mil seiscientos tanques. Pero no reconoce que algunos no pasan de ser un prototipo, como el supuestamente poderoso tanque Armata o el aún más poderoso tanque denominado Terminator. Me pregunto qué dirá Schwarzenegger porque le copiaron el nombre.

Pese a sus supuestamente casi dos mil tanques, Rusia lanzó tuvo que recurrir a tanques soviéticos de los años ‘50. No, no es broma. Se trata de los BTR-50, un tanque de transporte con el que los soviéticos combatieron primero en la II Guerra y luego en Afganistán. Y del T-62, de la década de 1960, que fue el tanque principal en la fracasada guerra de Afganistán.

Los mercenarios del Grupo Wagner se quejan de no tener munición. Y los ataques a la producción de electricidad de Ucrania (un crimen de guerra) se efectúan –en el mejor de los casos– con cohetes de la Marina, porque Rusia carece de suficientes misiles de tierra. Por eso, ha tenido que recurrir a los drones suicidas de fabricación iraní. Los misiles rusos son tan antiguos que carecen de precisión lo que hace que los daños a los edificios adyacentes sean aún más grandes y mayor el número de víctimas civiles.

Por su parte, Ucrania pide y ruega que le envíen munición. A su vez, los países de Europa Occidental se arrastran frente al gobierno suizo ya que una de las fábricas de munición más importantes de Europa se halla en ese país. Los suizos, aducen su neutralidad y niegan la entrega de munición, lo que crea un problema enorme a sus aliados europeos. Probablemente cerrarán la fábrica en Suiza, lo que le va a crear un gran problema a la Confederación Helvética[8].

En el caso suizo, la neutralidad sólo ayuda a Putin. Pese a que la mayoría de la población suiza está a favor de enviar munición a Ucrania, el gobierno no cede. La única esperanza es que se reforme la constitución o se la interprete de otra manera, en este punto, ya hay una iniciativa del partido liberal suizo.

En definitiva, una de las causas del retraso de la anunciada contraofensiva de Ucrania, que intenta recuperar su territorio ocupado por los vecinos invasores, es la falta de armamento y de munición. La causa del fracaso del ataque de invierno ruso es –entre otras– la falta de munición y de tanques[9]. Los aviones de Ucrania están destruidos y Rusia no quiere enviar los suyos, por temor a que se los derriben.

La falta de munición rusa afecta a un país donde su industria armamentista pertenece casi en su totalidad al estado. Y donde su economía se ha convertido -a un año del comienzo de la invasión- en una economía de guerra. Con todas las restricciones que una economía de guerra lleva consigo, entre otras cosas, el desabastecimiento de productos básicos para la población, cada vez más pobre.

Entre tanto, la industria de armamento de los países occidentales ha pasado de ser “la mala de la película” a convertirse en nuestra gran esperanza. Pero esperanza o no, se encuentra presa de una maraña burocrática de la cual le va a costar salir y que no la deja producir como podría hacerlo sin tantas restricciones y permisos no concedidos.

Concluyo pues que esta guerra –en Rusia, se llama operación especial[10]– no va a detenerse porque a las partes les falten las armas. Los rusos atacan a Ucrania incluso con tanques sacados de los museos. Y los ucranianos se defienden aún con bazookas al hombro, ya que, como ellos dicen, cualquier cosa es mejor que caer nuevamente bajo el dominio ruso.

Así pues, donde hay un conflicto, puede haber una guerra. Por otra parte, las armas pueden ser -como en la Guerra Fría- un elemento de disuasión, que indica al enemigo “hasta aquí” y no más allá. Es el lema “no pasarán” de los ucranianos. Pero este sería un tema para otra columna.

En suma, la teoría según la cual, si no le das armas a Ucrania, se acabará la guerra, no sólo es una tesis equivocada, sino que llevaría a que lo único que se acabara fuese Ucrania. Si Rusia no tuviera armas, se acabaría la guerra; pero si Ucrania no tiene armas, se acabará Ucrania[11].


[1] Por eso, me parece tan importante fomentar la solución pacífica de las controversias internacionales.

[2] Alfred Gusenbauer, ex primer ministro de Austria y muy bien informado en temas rusos.

[3] La ofensiva rusa sería pomposamente celebrada si triunfaba. Pero se la pasaría en silencio, si fracasaba. Esto lo advertimos a comienzos del invierno. La segunda alternativa es la que finalmente ha tenido lugar.

[4] El presidente por gracia de Rusia, Yanukovich huyó en un helicóptero a Rostov del Don. Es por eso que Selensky, pocas horas después de la invasión, cuando le habían ofrecido un helicóptero para salir del país, respondió que no necesitaba que le mandaran un vehículo para huir, sino armas para defender su país: “I need ammunition, not a ride”, ver mi columna Putin, el Gigante Aparente

[5] “Putin se pasó la pandemia encerrado leyendo libros de historia de nivel escolar”, El nuevo imperialismo ruso y Carl Schmitt

[6] Sería reemplazado por alguno de los war lords a su alrededor. Kadyrov, Shoigu, Prigozhin, quién sabe. Nada bueno se puede esperar de esa camarilla. En todo caso, hasta ahora, Putin está bien firme en su posición.

[7] Y lo mismo saben los polacos, los habitantes de los Países Bálticos, los finlandeses y hasta los alemanes del Este.

[8] La neutralidad suiza sirvió mucho durante las dos guerras mundiales, en que los suizos de habla francesa estaban de parte de Francia y los de habla alemana, de Alemania y de Austria. Pese a ello, el estado suizo mantuvo la neutralidad. Hoy, la neutralidad no tiene ningún sentido.

[9] Muchos preveían que ya no habría más guerras con tanques. Se decía que la próxima guerra sería cibernética. En lo único que no se equivocaron es en anunciar la importancia que tendrían los drones.

[10] Si la llamas guerra, te mandan a la cárcel como acaba de pasar con Vladimir Kara-Mursa que pasará 25 años en un campo de trabajo.

[11] Invito a leer mi columna Si Rusia deja de luchar no habrá más guerra. Si Ucrania deja de luchar no habrá más Ucrania

Putin und die Falklandinseln – der Falklandkrieg von 1982

Einundvierzig Jahre nach dem Falkland- oder Malvinaskrieg werden wir von einer Meldung negativ überrascht, die uns gedanklich auf diese fernen Inseln am Ende der Welt versetzt und böse Erinnerungen hervorruft. In Anlehnung an “Twitter-Trump” kündigte der argentinische Außenminister Santiago Cafiero auf Twitter an, dass er den Foradori-Duncan-Pakt von 2016 zwischen seinem Staat und Großbritannien beenden werde. Der Pakt regelt die Beziehungen zwischen den beiden Staaten in Bezug auf die Fischerei, die Schifffahrt und die Förderung von Gas und Öl um die Inseln.

Der stets lächelnde Minister Cafiero verkündete in demselben sozialen Netzwerk: “Die argentinische Regierung hat vorgeschlagen, die Verhandlungen über die Souveränitätsfrage wieder aufzunehmen, und wirbt zu diesem Zweck für ein Treffen am Sitz der @UN_es in New York” (beide Tweets sind vom 2. März 2023). Damit versucht die linkspopulistische argentinische Regierung, die Malvinas-Frage nicht bilateral zwischen den beiden Staaten zu regeln, sondern sie zu einem multilateralen Thema zu machen. Dabei versucht sie, Hilfe von vermeintlichen Verbündeten zu erhalten.

Der Verbündete, von dem die peronistische Regierung Argentiniens[1] träumt, ist niemand anderes als Putins Russland.[2] Der Kremlchef ermutigt Argentinien, die Falkland-Inseln,[3] die sich in britischem Besitz befinden, für sich zu beanspruchen, so wie Russland das Territorium der Ukraine als russisch bezeichnet. Damit haben wir es einmal mehr mit einem Fall von versuchter internationaler Grenzänderung zu tun. Im Falle Russlands mit Waffengewalt.  

Ich möchte der verehrten Leserschaft dieses Blogs erzählen, was in jenem April 1982 geschah und wie der Falklandkrieg begann.

Der unmittelbare Hintergrund war das Geschäft von Constantino Davidoff, einem argentinischen Schrotthändler, der eine verlassene Walfangstation in der Leith Bay in Südgeorgien – also nicht auf den Falklandinseln – gekauft hatte[4]. Das Grundstück hatte schottischen Walfängern gehört, die es nicht mehr nutzten, es war verlassen, und Davidoff wollte es in einen Schrottplatz umwandeln. Bis dahin war  alles gut. Für den Transport des Metalls mietete Davidoff kostengünstig ein Schiff der argentinischen Marine, “Bahía Buen Suceso” (Bucht des guten Erfolgs) genannt. Der Mietvertrag umfasste nicht nur das Schiff, sondern auch seine Besatzung, die aus Mitgliedern der argentinischen Marine bestand.

In der Leith Bay, Südgeorgien, hatten die argentinischen Seeleute und Davidoffs Mitarbeiter[5] – insgesamt fünfzig – keine bessere Idee, als die argentinische Flagge zu hissen. Wie ich schon sagte, befanden sich die 50 Leute in Südgeorgien, einem unbestrittenen britischen Hoheitsgebiet und nicht auf den Falklandinseln. Aber das schien ihnen egal zu sein, oder vielleicht kannten sie nicht den Unterschied zwischen einer Insel und der anderen, oder sie dachten, alle Inseln seien argentinisch, oder sie befänden sich auf den Falklands und nicht auf Südgeorgien. Wer weiß das schon?

Die vier Wissenschaftler,[6] die sich auf einer britischen Vermessungsstation befanden, meldeten dies am 19. März telegrafisch an London. Das Foreign Office beschwerte sich über diplomatische Kanäle bei Argentinien. Die Arbeiter und Seeleute weigerten sich auch, bei den britischen Behörden in Grytviken[7] eine Erlaubnis für die Arbeit in der Leith-Bucht einzuholen, die ohne Probleme erteilt worden wäre. Großbritannien schickte das Patrouillenboot Endurance (ein kleines Patrouillenboot und bis dahin das einzige Schiff der britischen Marine im Südatlantik[8]), das am 26. März bestätigte, dass Leith von Argentiniern (40 von ihnen waren Marinesoldaten, die sich ebenfalls weigerten, eine Arbeitserlaubnis zu beantragen) besetzt oder übernommen worden war.

Daraufhin wurde die britische Diplomatie aktiv und forderte in einer Protestnote vom 23. März die Entfernung der argentinischen Flagge aus Port Leith. Diese Note wurde von der argentinischen Militärregierung als “Provokation” betrachtet. Warum denke ich an Putins Rhetorik, die überall “Provokationen” wittert? Die Regierung in Buenos Aires beschloss daraufhin am 2. April 1982 die Invasion der Falklandinseln (nicht der georgischen Inseln, auf denen Leith liegt). Ich weise darauf hin, dass die Falklandinseln und Südgeorgien 1.550 km voneinander entfernt sind.

Die argentinische Invasion und der anschließende Krieg forderten 907 Tote: 258 Briten (acht chinesische Zivilisten und drei britische Zivilisten in Port Stanley) und 649 Argentinier. 1845 Verwundete, darunter 777 Briten und 1068 Argentinier. Vor einigen Jahren traf ich eine argentinische Dame, die in München auf der Suche nach orthopädischen Hilfsmitteln für ihren Sohn war, der in diesem Krieg einige Gliedmaßen verloren hatte. Ja, das ist der Tribut einer Invasion und eines anschließenden Krieges: fast tausend Tote und fast zweitausend Verwundete. Und eine Mutter, die versucht, ihrem Sohn in einem fremden Land zu helfen. Natürlich hat sie die Kosten für ihre Reise und die Prothesen selbst getragen.

Offenbar dachte die Regierung in Buenos Aires, dass die Vereinigten Staaten Argentinien unterstützen würden und nicht Großbritannien. Frei nach Carl Schmitt: “Mein Feind muss auch der Feind meines Freundes sein”. Es ist ein falsches Analysemodell, das zu Fehlern wie diesem führt. Auch die Auffassung, man könne eine Art Monroe-Doktrin wiederbeleben, die Schmitt selbst so interpretierte, wonach Amerika für die Amerikaner da sein sollte und die Europäer – in diesem Fall die Briten – sich nicht einmischen sollten, war eine völlig falsche Einschätzung der Realität[9]

So sehr die Vereinten Nationen 1965 die Falklands als “umstrittenes Gebiet” betrachteten und beide Seiten aufforderten, ein politisches Abkommen zu schließen, das sie nie unterzeichneten,[10] so klar ist es, dass Argentinien versuchte, eine internationale Grenze mit Waffengewalt zu ändern, und folglich nicht mit der Unterstützung eines westlichen Landes rechnen konnte. Am 3. April 1982 verabschiedete der Sicherheitsrat eine Resolution, in der er Argentinien zum sofortigen Rückzug seiner Truppen aufforderte und beide Staaten  aufforderte, das Problem diplomatisch,[11] d.h. auf zivilisierte Weise, zu lösen.

Obwohl die Regierung von Buenos Aires in ideologischer Hinsicht im absoluten Gegensatz zu den Regierungen der UdSSR und von Fidel Castro stand, wurde Argentinien von Moskau und Kuba unterstützt. Noch größer war der Hass dieser beiden Staaten auf die Vereinigten Staaten, die NATO und die Länder Westeuropas einschließlich Großbritannien. Venezuela war auch ein lautstarker Unterstützer Argentiniens und erwog sogar die Entsendung militärischer Truppen zur Unterstützung der Argentinier. Wenn das argentinische Militär in der Kälte des Südatlantiks gelitten hat, möchte man sich lieber nicht vorstellen, was mit venezolanischen Truppen in diesen Breitengraden passiert wäre.

Peru unterstützte Argentinien mit Militärflugzeugen, Piloten, Ausbildern und anderem Material. Auf der einen Seite rief Peru zum Frieden auf, auf der anderen Seite lieferte es Waffen, um den Krieg fortzusetzen. In einem verhängnisvollen Doppelspiel versuchte die Regierung in Lima, die Situation auszunutzen, und goss Öl ins Feuer von Krieg und Tod. Der Peruaner Pérez de Cuellar war zu dieser Zeit Generalsekretär der Vereinten Nationen.

Natürlich konnte die Beistandsklausel des Interamerikanischen Vertrags über gegenseitigen Beistand (TIAR[12], sozusagen die “lateinamerikanische NATO”[13]) nicht angewandt werden, da es sich nicht um “ein[en] bewaffnete[n] Angriff eines Staates gegen einen amerikanischen Staat” handelte. Nur ein solcher Angriff galt als “Angriff gegen alle amerikanischen Staaten”.[14] In diesem Fall müssen wir anerkennen, dass der Aggressorstaat leider einer von uns war.

Kurz gesagt, Argentinien hat nicht nur sein Ziel, die Malwinen[15]  zu erobern, nicht erreicht, sondern auch seine Chancen, dies in den kommenden Jahrzehnten zu tun, verspielt. Das Leid der Soldaten beider Staaten war groß. Es hat sich wieder einmal gezeigt, dass der Versuch, Grenzen mit Gewalt zu verändern, ein schwerer Fehler ist, der nicht zu dem erwarteten Ergebnis führt. Leider wiederholt sich heute der Versuch, die Grenzen durch Gewalt zu verändern und Staaten zu annektieren auf ukrainischem Territorium.

Mit dem Einmarsch Russlands in die Ukraine sind wir Zeuge eines weiteren Versuchs, internationale Grenzen mit Waffengewalt zu verschieben. Dies ist das erste Mal, dass ein solcher Versuch in Europa nach dem Zweiten Weltkrieg unternommen wurde, und ich hoffe, dass es der letzte sein wird. Ich ziehe die Herrschaft des Völkerrechts und die friedliche Beilegung von Streitigkeiten einer Rückkehr der Welt in ein dunkles Zeitalter der Herrschaft des Stärkeren und Großen vor, der sich mit Waffengewalt durchsetzt und andere beherrscht.

Ich danke deepl.com (im Moment die beste Übersetzungsapp) für die Übersetzung, die ich verbessert habe.


[1] Der Justicialismo (das Wort kommt von Justicia, also Gerechtigkeit) ist eine von Juan Perón in den 1940er Jahren gegründete Bewegung, die von Anfang an eindeutig faschistisch war. Heute schart sie linksextreme Nationalisten und eine Vielzahl von Opportunisten um sich, die wissen, dass sie keine Zukunft haben, wenn sie sich nicht der peronistischen Bewegung anschließen.

[2] Kurioserweise wurde in den letzten Wochen bekannt, dass in Moskau ein Plan ausgearbeitet wurde, um Putin notfalls nach Argentinien oder Venezuela zu evakuieren.

[3] Putin geriet in einen Streit mit Boris Johnson, weil dieser sagte, der Einmarsch in die Ukraine sei durch Putins toxische Männlichkeit motiviert. Er antwortete darauf mit einer Anspielung auf den Falklandkrieg. Der Vergleich hinkt allerdings gewaltig, denn nicht die Briten, sondern die Argentinier haben die Inseln überfallen.

[4] Siehe Scrap dealer who accidentally set off the Falklands War

[5] Gendern ist an dieser Stelle nicht notwendig, da es sich nur um Männer handelt.

[6] Auch nur Männer, deshalb brauche ich nicht zu gendern.

[7] Grytviken auf Südgeorgien ist die Walfangstation, auf der Ernest Shackleton mit einigen Männern ankam und von der aus er die Rettung der restlichen Besatzung organisierte.

[8] Sie trägt denselben Namen wie Shackletons Schiff, wurde aber 1967 gebaut. Auf Wikipedia kann man sein Bild sehen: HMS Endurance (1967)

[9] Über Carl Schmitt siehe in diesem Blog Carl Schmitt und seine neue Ordnung oder auf der Seite der Kolumnisten: Carl Schmitt und seine Neue Ordnung

[10] United Nations General Assembly Resolution 2065

[11] United Nations Security Council Resolution 502

[12] Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca.

[13] Das Abkommen ist ein gegenseitiger Verteidigungspakt, der am 2. September 1947 in Rio de Janeiro unterzeichnet wurde.

[14] Art. 3: “Die Hohen Vertragsparteien sind sich darüber einig, dass ein bewaffneter Angriff eines Staates gegen einen amerikanischen Staat als Angriff gegen alle amerikanischen Staaten zu betrachten ist, und folglich verpflichtet sich jede der genannten Vertragsparteien, in Ausübung des in Artikel 51 der Charta der Vereinten Nationen anerkannten Rechts auf individuelle oder kollektive Selbstverteidigung bei der Abwehr des Angriffs Hilfe zu leisten.”

[15] Das Wort Malwinen steht im Duden.

La niebla de la guerra

La guerra es el campo de la incertidumbre; tres cuartas partes de las cosas sobre las que se construye la acción en la guerra yacen en la niebla de una incertidumbre más o menos grande. Aquí, entonces, es donde un raciocinio fino y penetrante es llamado por primera vez a descubrir[1] la verdad con el latido de su juicio[2] [3].

Esta es la frase de Clausewitz[4] que da origen a la famosa expresión niebla o bruma de la guerra, concepto que se encuentra en el capítulo dedicado al “genio de la guerra”[5] del que tanto se escucha actualmente en torno al conflicto en Ucrania. O más bien contra Ucrania, como más propiamente se la llama, ya que es una guerra de agresión contra el estado y el pueblo ucraniano, cuya existencia es negada por Putin y su camarilla.

La niebla o la bruma de la guerra (fog of war es llamada en inglés) no es el polvo que levantaban los caballos o la infantería en una batalla de la época de Clausewitz. Ni tampoco, el humo de los cañones de aquel entonces. El libro Vom Kriege o De la Guerra fue publicado en 1832–1834. Es una publicación póstuma, ya que Clausewitz murió en 1831.

“La niebla de guerra se refiere al hecho de que la información relevante para la guerra siempre está sujeta a incertidumbres e incompleta debido a diversas circunstancias (por ejemplo, el caos de la guerra, la interrupción de los canales de información, el engaño del enemigo)”[6], nos explica Wikipedia en alemán (el idioma de Clausewitz).

En la época actual, la primera asociación que me viene a la mente cuando pienso en la niebla de la guerra, es la situación de hoy en Ucrania. Me refiero en primer término a las respectivas burbujas en que nos movemos y de las cuales recibimos la información. Como decía un analista político alemán (Carlo Masala): “nosotros vivimos en la burbuja ucraniana”, ya que nos informamos de las noticias que nos llegan de este lado de la frontera. Personalmente, me alegro de no recibir la información a través de military blogs rusos de escasa credibilidad.

Salvo que seas especialista en el tema y que hables ruso y ucraniano, la información que recibimos nos llega a través de los medios tradicionales occidentales, si eres una persona seria. O, si no lo eres, a través de las redes sociales. Para mí, lo mejor es una mezcla de las dos semi burbujas: redes sociales (pero no Facebook) y medios serios que, muchas veces, ponen sus links en redes sociales. Los videos de Instagram me permiten intuir el desenlace de la guerra antes de leer lo que ha ocurrido, en la prensa seria.

Hoy en día, no puedo decir que exista una “interrupción de los canales de información”, como la que describe Clausewitz, muy por el contrario: hay demasiada información. Y toda, al mismo tiempo. Es el fenómeno que denomino simultaneidad de la información[7].

En un momento en que resurge la desinformación, como en la peor época de la guerra fría, hay que aprender a distinguir entre la información verdadera, la falsa y la un poco verdadera y un poco falsa.  Hoy en día, nuestro “raciocinio fino y penetrante” tiene más bien que ser empleado en discernir qué información es verdadera y cuál no lo es. Y antes que eso, escoger las fuentes fiables de información, descartando las falsas, engañosas o conspiranoicas.

La segunda asociación que me viene a la mente al oír la expresión “niebla de la guerra”, dice relación con el reciente leak de información estadounidense. El leak apareció ya hace algunas semanas, primero en la plataforma Discord y después en la red social Telegram[8] (que se caracteriza por ser el medio de difusión de teorías de la conspiración); pero los grandes diarios publicaron recién el fin de semana sendos artículos periodísticos sobre el tema. Y, aunque algunos lo nieguen, los grandes medios de comunicación siguen dando la pauta en la información que recibe lo que aún podríamos llamar la opinión pública.

Se puede pensar que los documentos son falsos, como dice mucha gente, porque las fotos presentan páginas arrugadas, porque los documentos aparecen encima de una mesa y se ve lo que está junto a la mesa, lo que es poco y nada profesional, hasta para un aprendiz de espía. Además, hay documentos con cifras distintas en uno y otro canal de Telegram. Probablemente, los mismos actores rusos que subieron las fotos a la red, corrigieron hacia abajo las cifras de pérdidas rusas, de material y de hombres, para que Rusia quedara mejor puesta.

La otra posibilidad es que las páginas fotografiadas sean falsas o -como algunos piensan- mitad verdaderas, mitad falsas. Esto, para que los rusos piensen que las cosas son como se dice en los documentos revelados y no como son realmente. Esto es, la información sería un engaño, una maniobra engañosa. Por ej., para que los militares rusos crean que Ucrania tiene menos munición o para que crean que los ucranianos atacarán en tal o cual lugar, en circunstancias que planean atacar en otro.

Esto también en el caso que el joven militar que las robó crea que son verdaderas. Al parecer, las fotocopió y las fotografió en su casa. Es un joven de esos “loco por las armas” y de derecha norteamericana, probablemente un partidario de Trump.

O tal vez, para dejar mal a Estados Unidos frente a algunos países (Corea del Sur, Israel) o para sembrar la duda o la desconfianza entre ellos. Para que los servicios de inteligencia no colaboren entre sí sino que oculten lo que saben por temor a que su información sea entregada a la prensa o -lo que es peor- al enemigo.

Por otra parte, a la usanza de los trumpistas, puedo preguntar ¿cui bono? ¿A quién benefician los leaks? En realidad, a nadie. Salvo a alguna de las partes en conflicto que, en algún momento, tienda un manto de niebla con el objeto de ocultar algo o para hacer creer a la otra parte -al enemigo- algo que no es verdad, para así engañarlo.

Pienso que, en el affaire de los leaks norteamericanos, estamos frente a la niebla de la guerra en su versión más propia. ¿Son los leaks simples mentiras o engaños que llevan a tomar decisiones falsas y sembrar la confusión? Repito: también en el caso de que el joven gamer que los robó, esté convencido de su veracidad. O tal vez, ¿son documentos verdaderos? En ese caso, ¿Ucrania cambiará sus planes? ¿Cambiará Rusia los suyos? Quién sabe…

Lo sabremos tal vez en cien años, cuando Estados Unidos desclasifique sus documentos secretos y si es que Rusia deja de ser un país totalitario y permita a historiadores e historiadoras acceder a documentos secretos. Sólo entonces, podremos saber la verdad. Por ahora, sólo la podemos tantear o vislumbrar en medio de la niebla de la guerra.


[1] Clausewitz escribe herauszufühlen, que significa tantear, palpar, sentir, percibir, explorar, tocar, detectar, intuir, etc.

[2] El original de Clausewitz: Der Krieg ist das Gebiet der Ungewißheit; drei Vierteile derjenigen Dinge, worauf das Handeln im Kriege gebaut wird, liegen im Nebel einer mehr oder weniger großen Ungewißheit. Hier ist es also zuerst, wo ein feiner, durchdringender Verstand in Anspruch genommen wird, um mit dem Takte seines Urteils die Wahrheit herauszufühlen.

[3] Hay una traducción que descubro en una página española titulada La niebla de la guerra: “La guerra es el reino de la incertidumbre. Las tres cuartas partes de los factores en que se basan las acciones bélicas están envueltas en una niebla de mayor o menor incertidumbre. Se exige un juicio sensato y perspicaz, una inteligencia entrenada en desvelar la verdad”. No me parece correcto traducir Gebiet por reino. Curiosamente, esa misma página de internet tiene el link a una traducción del libro de Clausewitz con otra traducción completamente distinta a la copiada por ellos: “La guerra implica una incertidumbre; tres cuartas partes de las cosas sobre las que se basa la acción bélica yacen ofuscadas en la bruma de una incertidumbre más o menos intensa. Por tanto, aquí se precisa, antes que nada, un entendimiento fino y penetrante que perciba la verdad con un juicio atinado”. Esta última traducción está en una biblioteca virtual

[4] Tengo a la vista mi edición del libro de Karl von Clausewitz, Vom Kriege, Insel Verlag, Leipzig 1917, página 52.

[5] Capítulo 3 del primer libro. Son ocho libros en total. Así que la frase en comento está más o menos al comienzo de la obra.

[6] Traducción de Nebel des Krieges

[7] Me referí a este fenómeno en El estallido del populismo en Europa y Latinoamérica

[8] Telegram es una red rusa y no alemana como alguna gente cree.