Mientras más armas, más corta la guerra

Esta semana, estuve conversando con una historiadora y antropóloga rusa. Me encontré con ella durante una pequeña manifestación (una vigilia matutina) frente al Consulado General de la Federación Rusa de la ciudad donde vivo.

He participado varias veces en la vigilia y he observado que quienes entran y salen del consulado, en su mayoría, no reaccionan ante nuestra presencia. Rusos y ciudadanos de otras nacionalidades que acuden al consulado no dicen nada. Esto no es de extrañar considerando las muchas cámaras que, desde el consulado, apuntan hacia la calle. Filmar la calle es ilegal; pero, supongo que debido a la ficción histórica de la extraterritorialidad de los consulados, las autoridades locales no pueden hacer nada. Rusia controla a sus ciudadanos y también a quienes no lo somos. Como decía Stalin, “la confianza es buena; el control es mejor”.

Entre quienes nos hacen algún gesto o nos dicen algo, priman las personas favorables a nuestra posición contraria a la guerra. No falta el joven que nos grita Slava Ukraini o la joven musulmana (sé que es musulmana por su hiyab) que nos hace un gesto de “muchas gracias”, juntando con las manos (como el emoticon) o personas que ponen el dedo hacia arriba. Hace algún tiempo, una señora ya mayor atravesó la calle (estamos en la vereda del frente) y abrazó llorando a una de las participantes en la manifestación.

Esta semana, una mujer alta y rubia atravesó la calle y nos dió las gracias. Yo tenía una bandera de Ucrania de 150 por 90 cm, o sea más o menos grande. Nos dijo que ella viene de San Petersburgo y que había sido detenida por la policía rusa en una manifestación que tuvo lugar en Petersburgo inmediatamente después del inicio de la invasión. Las autoridades rusas liberaron a las personas mayores de 50; pero los jóvenes siguieron detenidos. Ella huyó de Rusia por tierra (tren, bus y taxi) en lo que calificó la aventura más peligrosa de su vida.  

Nos contó que es antropóloga e historiadora y actualmente vive en Colonia. Nos dijo que a Putin sólo se lo puede parar con armas. Mientras más armas, más corta la guerra, aseguró. Es también lo que yo creo. En los últimos días, ha surgido el hashtag #armukrainenow Garri Kasparov dice que, mientras más tardemos en hacer frente a Putin y en entregar armas a Ucrania, más larga será la guerra[1].

Mis compañeros de manifestación -que antes eran pacifistas- no estaban de acuerdo en entregar “tanques de combate” a Ucrania. Pero yo pienso que no entregar a los ucranianos las armas que ellos necesitan para recuperar el territorio invadido por Rusia, es como decirle a una mujer a la que están violando, “si te doy un arma, tu violador se volverá aún más violento. Lo mejor es que no te resistas, cálmate, entrégate, deja que termine de violarte”[2].

La historiadora nos contó que su tía en Petersburgo cree a pie juntillas todo lo que dice la televisión rusa. Explicó que Putin fue agente de la KGB y que se comporta como tal[3]. No hay que olvidar que Putin era especialista de la KGB precisamente en información, esto es, en desinformación. Durante la época soviética, la URSS era la campeona mundial de la desinformación y muchas fake news propagadas en aquel entonces, continúan circulando por el mundo y aún hay gente que las cree.

La intelectual rusa dice que muchos alemanes de Rusia (llegaron abundantemente durante la época de Helmut Kohl y, en agradecimiento, fueron fieles votantes de la democracia cristiana, el partido de Kohl, hasta que comenzaron a votar a favor de la AfD, un partido radical de derecha) están a favor de Putin, porque, durante años, visto la televisión rusa. Pienso que, afortunadamente la Unión Europea prohibió Russia Today, el canal de propaganda estatal rusa que transmitía fake news 24 horas al día.

Explica que Putin es un hombre brutal y sin escrúpulos, que sólo puede ser detenido por la fuerza y demostrando firmeza, que es lo que falta a demasiados líderes de los países democráticos. Putin interpreta todo intento de conciliación o de llegar a un acuerdo como una muestra de debilidad. Él sólo entiende el lenguaje del poder. Pienso que si Putin no ha sido detenido con nada, tampoco se detendrá frente a los llamados a la paz y a la concordia.

Entre tanto, la represión dentro de Rusia llega a niveles intolerables. Esto también hay que pensar cuando llamamos a sentarnos a discutir con Putin. Claudicar frente a su régimen cleptocrático es condenar a millones de rusos a vivir sin libertad y en la más absoluta represión. Ahora el régimen ruso pretende anexar territorios ucranianos para que más gente viva en tales condiciones.

La historiadora habló de la organización de la dacha de Osero que Putin y sus “amigos” fundaron en Petersburgo, siendo él era uno de los jefes de la administración de la ciudad, durante la década de los 90, cuando la Unión Soviética se terminó de disolver y había que administrar su masa en quiebra. Como señalé en mi columna Putin lleva 23 años en el poder, “la cooperativa de Osero es una especie de sociedad semi-secreta de personas que se favorecen entre ellas.”[4] Una especie de semillero de oligarcas.

A continuación, ella nos explicó que el estado ruso actual no es un estado, sino que es una mafia. Una organización mafiosa, propia del crimen organizado. Es, por otra parte, lo que señala repetidamente Kasparov en su libro “Winter is coming” (de 2015 pero que no ha perdido nada de actualidad, sino que más bien la ha ganado). El ajedrecista sostiene que Putin es un verdadero capo, un capo di tutti capi[5]. Como un verdadero Padrino, Putin da protección a los otros mafiosos (a los oligarcas, a los miembros del servicio secreto); pero les puede restringir o quitar la libertad, en cualquier momento. O incluso la vida, pensaba yo en los oligarcas que han sido encontrados muertos en los últimos meses.

La historiadora hizo ver que todos los compañeros de Putin en la “cooperativa de Osero” se han convertido en oligarcas multimillonarios. Con Kasparov, yo diría ellos son los nuevos mafiosos que acompañan a Putin, que es el boss of all bosses. Él los protege, cual padrino de la mafia[6]. Todo esto, mientras la enorme mayoría del pueblo ruso vive no sólo en la opresión, sin también en la pobreza[7].


[1] Quedo debiendo la cita.

[2] Cuando me violaron  

[3] También lo dice Kasparov.

[4] El artículo de Wikipedia en alemán es el más completo sobre la cooperativa Datschen-Kooperative Osero Más completo que en otros idiomas.

[5] Kasparov, Winter is coming, 2015, página 165.

[6] Hasta antes de que las sanciones comenzaran a hacer efecto, Putin, llegaba a acuerdos con los mandatarios de otros países para que sus oligarcas pudieran invertir en inmuebles fuera de Rusia o comprar acciones de empresas extranjeras, sus mujeres salir de compras a los países europeos y a Estados Unidos y sus hijos, estudiar en colegios de élite europeos. También en esto, se comportaba como un buen padrino de sus compañeros de la oligarquía mafiosa.

[7] “La economía rusa tiene las dimensiones de la economía italiana; pero más del doble de habitantes, Italia cabe 57 veces en Rusia y la esperanza de vida es cerca de diez años mayor en Italia”, Postales de Islandia

El antisemitismo de la ultraizquierda

Tanto la extrema derecha europea como la ultraizquierda latinoamericana demuestran, una y otra vez, una manifiesta tendencia antisemita. Por no decir abiertamente antisemitismo. Y, lamentablemente, Chile no parece ser la excepción[1].

Hasta ahora, se decía que el antisemitismo era propio de Europa, en tanto que el racismo, propio de América. Observo que los parámetros están cambiando, gracias a una nueva globalización de las ideologías.

Para la ultraizquierda latinoamericana, los judíos son los capitalistas, los aliados de los Estados Unidos -por definición, su mayor enemigo[2]– que ahora utilizan la globalización como ámbito para poder enriquecerse a costa de los demás habitantes del planeta y así controlar todo el mundo, en su insaciable afán imperial. Sí, el antisemitismo no sólo es irracional y maniqueo[3], sino que también es una verdadera teoría de la conspiración[4].

Entre paréntesis, lo que ahora llaman globalización es lo que antes llamaban cosmopolitismo. Término descalificador, este último, usado tanto por extremistas de izquierda como por los de derecha.

Para ellos, Israel sería la cabeza de puente de los Estados Unidos y Europa (la Unión Europea es uno de sus “viejos” nuevos enemigos) en el mundo árabe. Desde ella, los capitalistas explotarían a los países árabes, mediante una dominación malévola. La economía y el poder estatal se unirían para dominar y esclavizar al pueblo que mantendrían en la pobreza.

No sé bien de dónde viene este odio a los judíos por parte de la extrema izquierda a nivel mundial. Supongo que, en parte procede del antiguo antisemitismo que floreció durante el stalinismo y que ha marcado a la izquerda, aún décadas después de la caída de la Unión Soviética[5]. Hay cosas que quedan en el ADN y que parece que no se van.

En esto, no se quedan atrás los ultraizquierdistas cuando se compara su antisemitismo con el de la extrema derecha. Después de todo, “los sabios de Zión”, el libro antisemita más popular en la extrema derecha procede igualmente de Rusia, de la Rusia zarista[6]. Pero, probablemente, se quedó igualmente marcado en el ADN de los protagonistas de la Revolución de octubre, la madre de todas las revoluciones a partir de entonces.

Por otra parte, se trata de presentar a los palestinos como víctimas inocentes de los israelíes. Se los compara con los nazis y se los presenta como sus explotadores. Recuerdo haber visto en Chile, a un manifestante contra Israel disfrazado de Hitler, vestido con un uniforme con estrellas de David. Con esto, se relativiza el Holocausto y se pone a los judíos israelíes al nivel de los nacional socialistas con quienes se los iguala.

Otro paréntesis más, para explicar que la extrema izquierda no distingue entre judíos y ciudadanos del estado de Israel. Lo curioso es que, entre los ciudadanos del estado de Israel, hay árabes (yo he conocido, por lo menos, a uno) y personas que no son judías[7]. En el Knesset, el parlamento israelí, hay al menos, un partido o grupo de partidos, asociados en la United Arab List, que representan los intereses árabes y se catalogan como islamistas conservadores.

A los israelíes, además se los compara con el régimen racista de Sudáfrica, por eso se habla de un nuevo apartheid de los judíos frente a los palestinos. Yo creo que se puede estar en contra de políticas del estado de Israel. Hay muchos israelíes y muchos judíos que igualmente critican la política del gobierno de ese país, de partida, Israel es una democracia con un gobierno y una oposición. Lo que no se puede decir de otros países de la región.

Para la ultraizquierda, el principal enemigo es Estados Unidos de América y recientemente también la Unión Europea o de los “estados unidos de Europa”. La UE es aún considerada como los minions de los EEUU, como parte de la esfera de influencia norteamericana. Sí, la ultra izquierda parece que se quedó pegada en la antigua geopolítica propia de un Karl Haushoffer, de un Carl Schmitt o recientemente de un Alexander Dugin. Los dos primeros, claramente de extrema derecha, Dugin, un nacionalista bolchevique[8].

La ecuación es muy sencilla: EEUU protege a Israel. EEUU es mi enemigo, ergo, Israel es mi enemigo. En su mentalidad infantil del amigo y el enemigo, la ultraizquierda sigue igualmente la lógica de un autor como Carl Schmitt, preferido de la extrema derecha; pero igualmente presente en la extrema izquierda. Hace poco, leí un artículo en que un autor alemán de izquierda estaba horrorizado acerca de la recepción de Carl Schmitt en la izquierda latinoamericana, especialmente en la argentina.

Es más, de acuerdo a esta lógica amigo-enemigo, la ultraizquierda se alió en los años 70 y parece continuar siendo aliada del islamismo. Sí, nada menos que aliada de la ideología que Obama calificó como salida de la Edad Media (con perdón de la E. Media que creo que no fue tan obscura como se nos la quiere presentar). La ideología paternalista que hace de la mujer un objeto de pertenencia del hombre. Por otra parte, pega con las ideas que surgieron durante la Revolución Rusa, en el sentido de que la propiedad sobre la mujer también tenía que ser común.

Nuevamente, estamos frente a la ideología schmittiana del amigo y enemigo: el islamismo combate a los Estados Unidos, por tanto es nuestro amigo. Combate también a Israel, amigo de los EEUU, ergo, Israel es nuestro enemigo y el islamismo, nuestro amigo. Lógico, ¿no? Es una lógica perversa.

En suma, vemos que cada día más, se abre paso una nueva faz del antisemitismo de ultraizquierda en el mundo, especialmente disfrazada bajo la denominación de antisionismo. Le cambiaron el nombre; pero no es más que una nueva versión del antisemitismo de siempre. No sé cómo pueden criticar el pasado, progresar e intentar superarlo si caen en el mismo odio racista de siempre. Y no deja de ser paradójico que insistan en que el sionismo (el movimiento de Theodor Herzl, del siglo 19) es un racismo[9]. No lo es; pero es típico de la ultraizquierda, acusar a los demás de sus propias deficiencias.

Creo que hay que hacer frente al antisemitismo, en cualquiera de sus expresiones. Siempre y en todo lugar. Aun cuando venga de las más altas esferas del estado…


[1] Hay cientos de artículos de prensa sobre lo ocurrido. Este es el de EMOL: Desaire “sin precedentes”: Diputados de grupo interparlamentario chileno-israelí condena impasse con embajador Artzyel // Hay otra interpretación de lo ocurrido la semana pasada, esta vez, desde Argentina, según la cual Boric subordina a Chile a la política exterior castrochavista con Israel

[2] Para muestra, ver La conspiración del 11 de septiembre, por Andreas von Bülow

[3] Ver El maniqueísmo en los extremos políticos

[4] Ver Las teorías de la conspiración surgen y se desarrollan en los extremos políticos y

[5] “La URSS -nos explica Wolfgang Benz- apoyó originariamente los planes sionistas en la fundación de Israel. Sin embargo, más tarde, junto con todo el Bloque oriental, tomó partido en favor de los estados árabes. En consecuencia, Israel fue considerado como un agresor y se declaró la lucha contra el sionismo. El Comité central del PC soviético condenó el sionismo en 1971, en los siguientes términos: ‘Nuestro partido no considera el sionismo como una tendencia nacional de los judíos, como ellos se quieren autopresentar, sino como una fuerza de la clase enemiga que se enfrenta a los intereses de los trabajadores de todas las nacionalidades’. De esta manera -concluye Benz- nació el antisionismo como arma ideológica contra Israel que pasó a ser considerado por la URSS, como un representante de la política de los EEUU”. El texto es de mi artículo del 2012 El antisionismo como arma contra Israel

[6] En Wikipedia, leemos al respecto: “Los protocolos de los sabios de Sión (en ruso, Протоколы сионских мудрецов, transliterado como Protokoly Sionskij Mudretsov, usualmente abreviado a Сионские протоколы, Sionskie Protokoly) es un alegato antisemita falsificado,​ publicado por primera vez en 1902 cuyo objetivo era justificar ideológicamente los pogromos que sufrían los judíos en la Rusia zarista”.

[7] “Israel es el único Estado judío del mundo.​ Es también el hogar de árabes musulmanes, cristianos, drusos y samaritanos, así como otros grupos religiosos y étnicos minoritarios”, de Wikipedia

[8] El nacionalbolchevismo “es un movimiento político que combina elementos del fascismo y del bolchevismo”. “Entre los defensores modernos del movimiento destacan Aleksandr Dugin, líder del Partido Eurasia y Eduard Limonov, que dirigió el Partido Nacional Bolchevique”, de Wikipedia

[9] La raíz de esta acusación se halla… “En 1975, en plena Guerra Fría, la Asamblea General de la ONU adoptó, por impulso de los países árabes, y con el apoyo del bloque soviético y del no alineado, la resolución 3379, de carácter declarativo y no vinculante, que consideraba al sionismo como una forma de racismo y lo hacía equiparable al Apartheid sudafricano (72 votos a favor, 35 en contra y 32 abstenciones). La alineación de los países árabes, socialistas y de aquellos pertenecientes al Movimiento de Países No Alineados respondía a la lógica de la confrontación bipolar de la Guerra Fría”. Gracias Wikipedia 

Postales de Islandia

Esta semana, una amiga me mandó fotos -antes me enviaba tarjetas postales- desde Islandia. Bellas fotos, hermosas postales, hoy en forma digital, desde una isla al extremo norte del mundo. Paraíso para turistas, sobre todo para turistas de nivel alto, sea por su poder adquisitivo o por sus intereses deportivos, culturales o artísticos. El turismo en Islandia es motor de su economía y tiene buenas ofertas para todos los bolsillos y para todos los gustos[1].

Siberia o la península de Kola son regiones de la Federación Rusa que podrían ser tan atractivas para los turistas como lo es hoy Islandia. Visitar glaciares, bañarse en aguas termales incluso en medio de la nieve y del hielo. Hacer largas caminatas por las laderas de los volcanes, o largas cabalgatas de días enteros, como en Islandia… O ir a fotografiar auroras boreales una vez al año, como hace otro de mis amigos. Siberia además, tiene una variada fauna y flora.

Sus habitantes podrían iniciar pequeños y grandes emprendimientos, desde bed and breakfast, hasta visitas guiadas, desde caminatas por bosques y montañas, hasta excursiones fotográficas, bajadas de río en canoas, cursos de cocina, escuelas de idioma, etc., etc. Todo esto contribuiría a revivir la economía luego de décadas de planificación y depresión, surgirían hosterías, restaurantes, cafés, supermercados, salas de exposiciones, servicios médicos y un gran etcétera. La economía rusa tiene las dimensiones de la economía italiana; pero más del doble de habitantes, Italia cabe 57 veces en Rusia y la esperanza de vida es cerca de diez años mayor en Italia.

Volviendo al tema turismo, en Siberia, podrían reivindicarse las costumbres de los pueblos originarios (mongoles, urálicos, samoyedos, ugrios, yukagiros, manchú-tunguse, chucoto-camchadales, esquimal-aleutianos, Ketes y Nivjis) que fueron víctima de la colectivización forzada durante la época soviética, en que todos tenían que ser iguales y no cabía la individualidad, la discrepancia, ni menos la disidencia. Recordemos que, quien no estaba de acuerdo con el régimen, era llamado disidente.

Nada de eso es posible en Rusia. Menos que nada en la península de Kola, en el Oblast Murmansk, donde Rusia tiene estacionado su arsenal atómico e incluso en la Bahía de Andreewa, existe desde la década de los 80 basura atómica que debería haber estado allí teóricamente sólo cinco años. Recordemos que la economía planificada del socialismo real vivía de quinquenio en quinquenio. Noruega ayudó a Rusia con 13 millones de euros para reparar las bodegas de la basura nuclear; pero Noruega no puede pagar eternamente a su vecino.

Para la Federación rusa, es un problema que Finlandia quiera ser miembro de la OTAN, ya que la larga frontera con Rusia permite a Finlandia observar los movimientos de fuerzas militares rusas con armas atómicas en la Península de Kola. Por su parte, Noruega vigila la salida de submarinos con misiles atómicos desde Kola hacia el Mar del Norte. Y como si esto fuera poco, el ingreso de Suecia a la Alianza atlántica permitirá controlar toda salida y entrada desde San Petersburgo o incluso desde el exclave ruso Kaliningrado (su verdadero nombre es Königsberg y fue la patria de Emanuel Kant). Todo esto es algo que Putin no quería que sucediera; pero antes de iniciar una guerra, hay que pensar en sus consecuencias.

Entre paréntesis, el ingreso de Suecia y de Finlandia a la OTAN, convierte al Mar Báltico en un verdadero mare nostrum para la alianza militar; pero ya esto es otro tema que dejaremos para otra oportunidad[2].

En días pasados, conversábamos con amigos amantes de las vacaciones en las Islas Canarias y llegábamos a la conclusión que Cuba[3] podría ser un país tan exitoso como lo son las Canarias, si tuviera un régimen político democrático y una economía libre, como la que existe en la Unión Europea y que es el motor del bienestar económico de sus habitantes. Evidentemente que, en algunos países de la UE, el sistema democrático y la economía de mercado son perfectibles; pero esto es lo propio de la democracia: nadie sostiene que sea perfecta; pero se puede ir mejorando, ya que admite la crítica. En regímenes autoritarios, la crítica es inadmisible y además es punible. Esto es, quien exprese una crítica a los gobernantes es castigado.

Poco después, otra amiga, de visita en Florida, también me envió fotos de las ciudades que visitaba. Las imágenes me recordaron la arquitectura canaria, en su armoniosa mezcla de modernidad y tradición, colores y amor por los detalles. Las imágenes de mi amiga mostraban modernos y hermosos edificios típicamente estadounidenses junto a otros más tradicionales. Comentábamos con ella que, en un régimen de libertad y democracia, Cuba podría ser una isla tan bella, amable y exitosa como las Canarias o como la misma Florida. El background cultural es más o menos el mismo. El éxito no es cuestión de genes, sino de organización política y económica. Y requiere una dosis de voluntad y de inteligencia y empeño.

Los países exitosos, con habitantes más felices, no son aquellos en que un estado ineficiente y omnipresente todo lo controla, todo lo organiza y todo lo decide y manipula, como ocurre en la Rusia de Putin o en Cuba, sino donde yo, como persona individual de naturaleza racional puedo decidir libremente lo que hago[4], lo que pienso y cómo organizo mi vida. Eso sí y, para hablar con Kant, siempre que mi libertad no conculque la libertad de los demás ya que “la libertad del individuo termina donde empieza la libertad del otro”[5]. Este es uno de los principios más esenciales del orden liberal y debería estar presente en todo ordenamiento constitucional moderno[6].


[1] Wikipedia nos dice que Islandia ”cuenta con una economía de mercado, con impuestos relativamente bajos, comparados con otros miembros de la OCDE,​ manteniendo un Estado de bienestar que provee asistencia sanitaria universal y educación superior gratuita a sus ciudadanos.​ Se convirtió en uno de los países más acaudalados, y en la actualidad es clasificado por la Organización de las Naciones Unidas como el cuarto país más desarrollado del mundo, además de ocupar el primer lugar en el índice de paz global”.

[2] Ver mis columnas Finlandia a la OTAN y Suecia y Finlandia a la OTAN

[3] En este blog de opinión, hay muchas columnas sobre Cuba, las encuentran haciendo clic en el teg correspondiente. Les recomiendo especialmente Cómo mueren los gatos en Cuba

[4] En la definición de Boecio, “la persona humana es sustancia individual de naturaleza racional”.

[5] Die Freiheit des Einzelnen endet dort, wo die Freiheit des Anderen beginnt.

[6] Brillaba por su ausencia en el proyecto constitucional chileno que, afortunadamente, acaba de ser rechazado. En efecto: con una participación electoral récord de 85,81%, ganó el rechazo con 61,86% contra el apruebo que llegó sólo al 38,14%.