La guerra de agresión alemana al inicio de la II Guerra Mundial

Muchas veces leo o escucho de descendientes de alemanes en Chile y en Argentina que admiran a sus abuelos, padres o bisabuelos porque pelearon por su patria Alemania, durante la II Guerra Mundial, en algunos casos, hasta inmolar su vida en el campo de batalla, aseguran o escriben en redes sociales.

Lamento decepcionarlos: los alemanes que tuvieron que pelear en la Segunda Guerra no defendían a su patria. Alemania no estaba amenazada por nada, ni por nadie. Nadie le había declarado la guerra, ningún país había iniciado una confrontación. La II Guerra fue una típica guerra de agresión que comenzó con la invasión de Polonia el 1° de septiembre de 1939.

Sí, la II Guerra Mundial fue iniciada unilateralmente por Alemania y su objetivo era conquistar nuevos territorios para someterlos, en diferente medida, a la hegemonía alemana. Holanda, Bélgica, Francia, Luxemburgo, Polonia… Y suma y sigue: los Sudetes, luego toda Checoslovaquia, Hungría, Bulgaria, Rumania, Grecia, los países de los Balcanes: Croacia, Eslovenia… También de la Península de Escandinavia: Dinamarca, Noruega… E Italia y Austria, que se sumaron voluntariamente al Imperio.

Y las regiones del Este de Europa: Ucrania, Bielorrusia, Lituania, Estonia, Letonia, el oeste de Rusia, regiones que -incluyendo Polonia que fue nuevamente dividida- son las llamadas regiones de sangre[1], porque en ellas la crueldad llegó a niveles nunca antes vistos en la historia. En ellas, se asesinó vilmente a ancianos, niños, mujeres y hombres sólo por pertenecer a una determinada familia o a una cierta etnia (judíos, gitanos y otros pueblos) o por tener una cierta tendencia (homosexuales) o ideas políticas (el decreto sobre la ejecución de los comisarios) o una cierta fe (el cristianismo de los sacerdotes católicos, por ej., polacos y ucranianos, asesinados sólo por su fe).

No, Alemania no estaba en guerra, nadie la había atacado. La Alemania nazi inició una guerra de agresión. una lucha imperial por expandir su Reino o Reich y /o de dominar toda Europa. Casi logra… En aquella época, los Estados Unidos no tenían la menor intención de intervenir en un continente que no era el suyo propio, muy de acuerdo con la doctrina de entonces: “América para los americanos” y su contrapartida “Europa para los europeos”. Si no hubiera sido por los norteamericanos, todavía viviríamos bajo el yugo nacional socialista… O no viviríamos, ya que nos habrían eliminado, o a nuestras familias, quién sabe[2].

Hubo un solo país donde las ideas expansionistas eran similares a las alemanas. No hay que pensar mucho para saber que ese país era la Unión Soviética. Ambos eran estados imperialistas y con ideologías agresivas. En un caso, se trataba del triunfo de una supuesta raza germana, aria o cómo quieran llamarla. Y en el otro, la ideología pretendía el triunfo histórico final de la clase trabajadora sobre la burguesía. Esta última es una verdadera fe conspiranoica, con rasgos escatológicos que llevaba a asesinar a cualquier persona, acusándola de no estar lo suficientemente comprometida con una imaginaria revolución socialista o comunista.

Ambos estados de tendencia imperialista tenían una fuerte represión en el interior que impedía todo asomo de oposición. Su mayor enemigo era el liberalismo, la llamada democracia liberal. El liberalismo es un conjunto de ideas más bien positivas y confía en el libre desarrollo de las personas en un ambiente de libertad. Su objetivo es lograr una sociedad abierta[3], exactamente lo contrario de las ideologías socialista y nacional socialista.

Ambos países aprendices de imperios se confabularon en un pacto secreto para poder someter dentro de su “esfera de influencia” a toda Europa. Sus ministros del exterior trazaron una línea de demarcación y firmaron un tratado secreto en Moscú, conocido con el Pacto entre Hitler y Stalin[4]. La Unión Soviética negó durante décadas su existencia. Hoy sabemos que Stalin era un seguidor real del Padre de la Mentira.

Volviendo a la idea que formulé en un principio: la II Guerra Mundial fue una guerra de agresión, iniciada por Alemania -secundada inicialmente por la Unión Soviética que invadió Polonia dos semanas después que Alemania[5]– bajo el gobierno nacional socialista para apoderarse de toda Europa, que debía o ser parte de su territorio o bien quedar bajo su esfera de influencia. Un país tras otro fue cayendo…

Pero no se trataba sólo de un trozo de tierra, por grande que haya sido. Las personas que vivían en esos territorios quedaban bajo el imperio, bajo la égida o la arbitrariedad de los alemanes que, en su demencial darwinismo social veían al mundo como un campo de batalla entre pueblos, etnias, países, naciones y continentes[6].

Los habitantes de los países ocupados no eran considerados personas: se los transformó en cosas, se los cosificó. Esto permitió dejarlos morir de hambre, someterlos a la esclavitud como a los millones de trabajadores forzados o simplemente matarlos, después de un tiempo de aprovechamiento como fuerza de trabajo gratis o simplemente de asesinarlos sin más, en campos de exterminio o con un disparo en la cabeza (la misma técnica para asesinar que tenían los soviéticos).

No, sus abuelos no defendieron a Alemania, que no estaba amenazada ni era atacada por nadie. Ellos mismos fueron los agresores en una guerra imperialista basada en un horrible darwinismo social, en que el amor, la solidaridad, la ayuda y cooperación entre pueblos, países y entre personas era totalmente impensable. Más aún, era desestimado como algo malo que había que combatir. Misericordia, amor al prójimo[7], ayuda al necesitado eran conceptos absurdos para la ideología nacional socialista.

Escribo esta columna en tiempos en que un país imperialista ha iniciado una nueva guerra de agresión y de conquista. Hago ver que Chamberlain podría haber evitado la guerra ya en septiembre de 1938, pero no lo hizo y ese fue un error que costó muchas vidas y demasiado sufrimiento.


[1] Invito a leer Tierra ensangrentada, el best seller de Timothy Snyder y “En un mundo donde todo está permitido, Dios es el único refugio”

[2] Invito a leer El nuevo orden según Carl Schmitt y El nuevo orden en el derecho internacional, según Carl Schmitt

[3] Invito a leer La crítica y el progreso en “La sociedad abierta” de Karl PopperDefendamos nuestra civilización o al menos sus cuatro fines, según Popper y Defendamos la sociedad abierta de sus enemigos 

[4] Hitler, Stalin y el inicio de la II Guerra

[5] La invasión soviética de Polonia empezó el 17 de septiembre de 1939.

[6] Un poco como los mismos alemanes habían visto durante mucho tiempo la convivencia entre ellos: como una lucha entre individuos por quién gana más, quién tiene más poder e influencia, la mujer más bonita o el hombre mejor partido o los hijos supuestamente más exitosos. Igual como ellos veían el mundo, también veían sus propias relaciones con sus vecinos y familiares, como una lucha… Thomas Hobbes manda saludos.

[7] Por el contrario, en el liberalismo sí existe el amor al prójimo. Popper lo explica muy bien: Popper y el mandamiento del amor al prójimo

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