Maduro, el aprendiz de Putin

Creí que estaba en la película equivocada cuando el jueves en la noche, un amigo me escribió acerca de una posible invasión de Guyana por parte de Venezuela. Interrumpí Squid Game The Challenge sólo para buscar información sobre el tema. En una página de extrema izquierda, la autora exponía sobre el tema con gran conocimiento, supongo que para este sector político, este no es un tópico nuevo..

El gobierno chavista de Maduro aduce un supuesto conflicto internacional sobre una región llamada Esequibo que, según veo en los mapas[1], es más de la mitad de la República Cooperativa de Guyana. O en inglés, Co-operative Republic of Guyana, ya que el idioma oficial de ese país es el inglés. Su deporte más popular es el cricket y su sistema legal es anglosajón. Su economía es de mercado, desde que, en 1989, abandonó la planificación estatal.

El Laudo Arbitral de París de 1899 determinó el límite entre Guyana y Venezuela. En 1963. Caracas cuestionó la decisión de 1899. Me atrevería a mencionar la institución jurídica denominada prescripción y a sostener que, después de 64 años, la prescripción debería haber operado, por lo menos para garantizar la seguridad jurídica.

En 2015, Guyana otorgó una concesión a la empresa Exxon para la explotación petrolífera. El entonces presidente Chávez había asegurado en 2004, que su país no se opondría a concesiones en Esequibo. En 2018, Guyana recurrió a la Corte Internacional de Justicia.. El 30 de junio del 2020, tuvo lugar la primera audiencia oral (virtual, debido a la pandemia) ante la Corte, pero Venezuela la boicoteó.

Estos son los antecedentes del caso en lo que se refiere al derecho internacional, que es la rama del derecho encargada de solucionar los conflictos entre estados. Al menos, desde el Pacto Brian-Kellog de 1928, la guerra -el uso de la fuerza- está prohibida en la solución de las controversias internacionales. Anteriormente, para hablar con Clausewitz, la guerra era considerada una prolongación de la política por otros medios[2].

La revista de extrema izquierda a la que me refiero al comienzo, habla de la Franja de Esequibo. Tal vez para evitar llamarla Guyana Esequibo que es su denominación oficial[3]. Un vistazo al mapa basta para darse cuenta que Esequibo no es precisamente una franja. Llamarla franja puede resultar atractivo para grupos extremistas, por la asociación con la llamada Franja de Gaza y el conflicto actual entre Hamas e Israel.

El gobierno de Venezuela llamó a un referéndum sobre Esequibo. Aún cuando la mayoría de los venezolanos votara a favor de considerar Esequibo como una nueva provincia venezolana, no quiere decir que el gobierno de Caracas tenga que invadir Guyana y anexar Esequibo. Al menos, no en la teoría…

En la práctica, Brasil nos advierte que el plan venezolano es invadir Esequibo, razón por la cual, Lula ordenó el envío de  tropas, tanques, etc. etc. brasileños a la frontera ya que Brasil piensa que puede comenzar una guerra. Una guerra entre dos estados sudamericanos es algo que, hasta el jueves por la noche, me parecía impensable. Y hoy me sigue pareciendo una locura o más bien un suicidio.

Un intento venezolano de invadir Gayana, ocupar una parte de su territorio y anexarlo, me parece una mera copia de la estrategia de Putin en Ucrania (2014 y 2022) y anteriormente en Georgia (2008). Venezuela es uno de los poquísimos aliados de Rusia en el mundo y uno de los pocos estados que vota a su favor en las Naciones Unidas.

Todos pensábamos que la guerra de Rusia en Ucrania -la llamada Operación especial[4]– era el modelo que podría seguir China para ocupar y anexar Taiwán. Pero parece que más bien se va a convertir en el modelo para que Venezuela amenace con ocupar tres cuartos del territorio de Guyana.

Rusia es un ex-imperio que no quiere conformarse con haber perdido su calidad de superpotencia. Como cada imperio en extinción o recientemente extinto, se mueve, salta y se retuerce, golpeando todo lo que está a su lado inerme y muchas veces, inmóvil o incluso paralizado, como pareció estar la Unión Europea durante demasiado tiempo.

El imperio soviético sembraba la discordia y propugnaba el caos en regiones del planeta que no dominaba. Por el contrario, en las regiones soviéticas o pro-soviéticas, la URSS no toleraba la menor indisciplina que era sofocada con mano de hierro y/o con tanques rusos, como ocurrió en Hungría, en Polonia y en la república democrática alemana (que de democrática no tenía nada).

Esta estratagema soviética es continuada hoy por los actuales jerarcas rusos. O más bien por el actual jerarca ruso, ya que a diferencia de la era soviética, Putin es un mandamás solitario e inaccesible. Un hombre viejo, alejado completamente de la realidad, sin amigos, sin consejeros. Le tiene pánico a los virus, a las bacterias y a los teléfonos celulares, y sólo se comunica a través del viejo teléfono análogo que aparece en sus videos[5]. La soledad radicaliza.

Al menos, en la época soviética, había un comité central del Partido Comunista, y la sucesión de su secretario general era clara. Nada de eso ocurre hoy en día. Vladimir Putin cree que vivirá para siempre[6]. Los astrólogos del Kremlin que existía en esa época, hoy están desocupados, ya que no hay nada más que interpretar: Putin es muy claro, lo dice y escribe todo, sólo hace falta leerlo[7].

En marzo pasado, Rusia azuzó a Argentina a invadir las Malvinas. Pero el gobierno de… ¿Kirchner? ¿Fernández? ¿Massa? ¿Cómo se llamaba? El gobierno argentino no lo hizo, pienso que, en gran parte, porque la población no estaba de acuerdo con un nuevo intento de apropiarse de las islas por la fuerza. Ver La inconsecuencia argentina y también La guerra de las Malvinas y Putin 

Maduro llamó a los venezolanos a un plebiscito sobre Esequibo. Esta mañana, leía en Instagram la opinión de una política venezolana que sostenía que el territorio había que reclamarlo ante la Corte Internacional de Justicia y no usando la fuerza. Eso es lo correcto en un mundo civilizado en que las controversias se solucionan en forma pacífica.

No entiendo cómo un país pobre, cuya población carece de los bienes más fundamentales, con una juventud que ha abandonado Venezuela, hoy convertido en un país de cabecitas blancas, como me contaba un venezolano hace un par de meses. Un país sentado sobre vastos campos de petróleo, pero que vive de las remesas que le envían desde el exterior, desde países que considera capitalistas y enemigos… No entiendo cómo un país como Venezuela pueda siquiera amenazar con invadir un país vecino.

¿Para qué? Para apropiarse de algunos pozos petrolíferos? Y si lo lograra ¿qué haría con ellos? La empresa estatal de petróleo de Venezuela no sólo es un antro de corrupción sino que es absolutamente ineficiente, al grado que Venezuela tiene que importar bencina de otros países porque son incapaces de refinar el petróleo. Recuerdo ese titular de Deutsche Welle de hace algún tiempo: “Venezuela, inundada de hidrocarburos, importa gasolina”[8].

¿Para que los 130 mil habitantes de Esequibo pasen a compartir la pobreza venezolana? Y justo ahora, cuando pueden aumentar su riqueza gracias a los ingresos provenientes del petróleo. Porque no se trata sólo de territorio, se trata de seres humanos que viven en él.

Venezuela es un país que, durante los últimos decenios, se ha dedicado a comprar armas rusas y bielorrusas. Cito la información de 2018: “Venezuela es el país sudamericano que más dinero ha gastado en armamento en la última década. Los datos publicados por el Instituto Internacional de Estocolmo para la Investigación de la Paz (SIPRI) muestran que el arsenal del régimen chavista procede principalmente de dos países: China y Rusia. Incluso en plena crisis económica, el gasto militar venezolano supera al de Irak y Afganistán. Según el SIPRI, el 89% de las armas adquiridas por Venezuela son de origen chino y ruso”.[9]

Hay una teoría según la cual, donde hay muchas armas, habrá una guerra. No estoy de acuerdo con ella 100%. Pero en este caso, podría ser peligrosamente corroborada.

¿Me pregunto si el gobierno de Maduro no podría haber gastado ese dinero en subir el nivel social de la población, en darle educación, salud, seguridad, vivienda, infraestructura, electricidad, agua, en construir calles, colegios, policlínicos, hospitales, campos deportivos? Parece que socialista no es social, menos que nada en la versión del socialismo bolivariano.

Una guerra o la amenaza de guerra en la Región es una perspectiva horrible y es algo muy triste, porque, en nombre de alguna estupidez ideológica o nacionalista, va a morir gente: hermanos matarán a hermanos. Habrá más pobreza, pues la guerra siempre trae pobreza, habrá más sufrimiento y desesperanza. Pero ¡qué le importa eso a Maduro!


[1] Por ejemplo este, en Wikipedia

[2] Ver por qué Putin llega con 200 años de retraso

[3] En Wikipedia: Guayana Esequiba

[4] Como ya he escrito en otras ocasiones, hablar de guerra en Rusia es castigado por la ley penal.

[5] Y con quizás cuántos dobles, para ver aún a menos gente…

[6] Putin lleva 23 años en el poder

[7] Por ej. en mi columna Comentario al discurso de Putin del Día de la Victoria

[8] Venezuela, “inundado en hidrocarburos, e importa gasolina” Los subtítulos son: Venezuela compra petróleo iraní, Chile rebaja los sueldos de los políticos y México lucha contra la energía eólica

[9] Venezuela führt Waffenkäufe in Südamerika an = Venezuela lidera las compras de armas en Sudamérica. El original en alemán: Venezuela ist das südamerikanische Land, das im letzten Jahrzehnt am meisten Geld für Waffen ausgegeben hat. Die am Montag (12.) vom Stockholmer Internationalen Friedensforschungsinstitut (SIPRI) veröffentlichten Daten belegen, dass das Arsenal des Chavista-Regimes hauptsächlich aus zwei Ländern kommt: China und Russland. Selbst mitten in der Wirtschaftskrise übertreffen die venezolanischen Militärausgaben den Irak und Afghanistan. Laut Sipri sind 89% der von Venezuela erworbenen Waffen chinesischer und russischer Herkunft.