Armas para Ucrania

En mi columna Mientras más armas, más corta la guerra, relaté una conversación sumamente interesante con una historiadora y antropóloga rusa que también salía del consulado de la Federación rusa de la ciudad donde vivo. En “Que se vayan todos los políticos”, me referí a otra conversación, algo menos interesante con otra señora rusa que salía del consulado general, luego de haber hecho algún trámite.

Hoy, me gustaría contarles de otra persona que se acercó a conversar con nosotros. Esta vez, no era una señora rusa, sino una señora alemana. Ya de sus años, pero muy bien llevados, muy “deportista”, esa mañana había salido a caminar unas cuantas cuadras, como todas las mañanas, nos contó. Nos contó que apoyaba a Ucrania y que había participado en la primera manifestación frente al Consulado, el mismo 24 de febrero del 2022.

Se acercó a nosotros, porque -nos explicó- quería hacernos una pregunta, algo que le preocupaba desde hacía semanas. Nos contó que ella era feligresa de la Iglesia evangélica y que su iglesia está dividida en torno a la cuestión de las armas para Ucrania. La mitad de los evangélicos alemanes piensa que sí hay que entregar armas y la otra mitad no, nos dijo. Ella, como “pacifista”, no estaba de acuerdo con la entrega de armas. Pero quería saber nuestra opinión.

Yo le dije que yo estoy de acuerdo en entregar armas a Ucrania. Más aún, creo que es una necesidad ayudar a los ucranianos y a las ucranianas a defenderse. La guerra de Rusia contra Ucrania es claramente una guerra de agresión y el derecho internacional no sólo no nos prohíbe entregar armas a un país atacado, sino que nos obliga a ello. Más aún si existen dos resoluciones de la Asamblea General de las Naciones Unidas que condenan la invasión rusa. Y la condena fue votada a favor por la inmensa mayoría de los países del mundo representados en la Asamblea. Podemos contar con los dedos de una sola mano los países que votaron a favor de Rusia.

Mi amigo -también extranjero, más concretamente irlandés- que participaba conmigo en la manifestación agregó que él estaba de acuerdo con la entrega de armas y que lo veía como una necesidad, como una exigencia de solidaridad internacional. Él no dijo que era irlandés, sino que era británico y a la señora se le caía la baba al escuchar a un “inglés”.

Entonces ella aprovechó de decir que su papá había partido a la guerra en 1941 y no me quedó claro si volvió o no, tampoco quise preguntárselo, ni preguntarle si su papá era o no partidario del nacionalsocialismo, como la mayoría de los alemanes protestantes de entonces.

Le dije que recordara la reunión de 1938 en München. En ella, la política del appeasement no había detenido a Hitler, muy por el contrario. Chamberlain (el primer ministro más poderoso de Europa y el único que podía hacerle frente a Hitler) se decidió a aceptar la invasión de los territorios checos de lo que entonces los nazis llamaban Los Sudetes. Esta es una denominación ahistórica, que comenzó a usarse después de 1918 y denomina las regiones de Moravia y Bohemia, en que la mayoría de los habitantes hablaba alemán (alemán de Austria, era gente que poco y nada tenía que ver con Alemania, su cultura era muy distinta).

Neville Chamberlain podría haberle dicho a Hitler que no. No a la invasión y posterior anexión de la región de Los Sudetes. Pero, Gran Bretaña aceptó la exigencia del canciller Hitler y Chamberlain regresó “triunfante” a Londres y al bajar del avión mostró el papel con su firma y la de Hitler -y también de Mussolini y de Édouard Daladier- en el Tratado de München de septiembre de 1938.

El premier británico estaba convencido que había evitado la guerra y logrado la paz, a cambio de un -para él- territorio checoslovaco insignificante ubicado justo en la frontera con Baviera. Hoy en día, alguna gente dice que hay que negociar con Putin y aceptar que ocupe Crimea y el Este de Ucrania a cambio de la paz. A Hitler y a Putin, este tipo de concesiones sólo le abren más el hambre. Después de los Sudetes, Hitler se hizo de toda Europa continental que quedó bajo poder de los alemanes. Lo mismo pasaría con Putin si aceptamos cederle territorio de Ucrania. Seguirán Moldavia, Georgia y mejor no pensar en qué más están reclamando… Kadyrov exige incluso el Este de Alemania[1].

Chamberlain, Mussolini y Daladier no le preguntaron a los checos si ellos estaban dispuestos a cederles parte de su territorio a Alemania nazi. Hoy, hay gente que cree que la decisión sobre el territorio de la República de Ucrania no es algo que concierne a Ucrania, sino que la decisión debe ser tomada por otros países. Por países más grandes, más necesitados de gas o de petróleo, más cómodos o más cobardes… O países que, simplemente, no quieren más estrés.

La señora argumentó que ella nunca usaría armas. Que preferiría que la mataran. Aseguró que ella no haría nada y eso es lo que debería hacer Ucrania: “dejar pasar de largo a los agresores sin hacer nada”. Le respondí que la agresión rusa no “pasa de largo”, sino que se queda. Putin invadió Ucrania y quiere quedarse, anexar Ucrania a su territorio. La guerra de agresión rusa no es una cosa que pasa y después Ucrania pueda seguir su camino. Puesto que si Rusia deja de luchar no habrá más guerra. Si Ucrania deja de luchar no habrá más Ucrania

Lo que se me pasó preguntarle fue si ella tampoco haría nada si tiene familia a la que defender. Porque ella puede tomar la decisión de no hacer nada; pero qué pasa con la gente a su lado, hijos, por ej. Tal vez la vea de nuevo y la pregunte. Nuestra decisión acerca de cómo reaccionar ante un ataque no nos afecta sólo a nosotros, sino al grupo de gente a nuestro lado.

Le pregunté si conocía los crímenes de guerra cometidos por las tropas rusas en Butscha e Irpin, por ej. Ya debido a tales crímenes no se puede hablar de que las tropas rusas “pasen de largo”. Como si después de invadir Ucrania, se retiraran pacíficamente y todo siguiera igual. Le pregunté si ella no ayudaría a una mujer que está siendo violada… Nuestra interlocutora parecía decir aquello que describí en mi columna Cuando me violaron: “Lo mejor es que no te resistas, cálmate, entrégate, deja que termine de violarte. Total, es sólo una violación, después vas a poder seguir con tu vida y te vas a olvidar de este episodio. O perdonarás a tu violador que tal vez se convierta en tu amante”.

La invité a volver y hablar con un pastor protestante que viene muy seguido a nuestra manifestación. Él, es fundador de un grupo pacifista; pero ahora es, sin duda, partidario de entregar armas a Ucrania. Nos despedimos muy amablemente y ella siguió su caminata. Me pregunto cuántas abuelitas en Mariupol, en Lisichansk o en cualquier otra ciudad en Ucrania, pueden salir tan descuidadas a caminar por la mañana sin riesgo de su vida…


[1] Curiosamente, en el territorio de la otrora República democrática alemana o Alemania comunista, Putin tiene muchos fans.

No a la desglobalización. Diversificación y redundancia

Ante la falta de  productos y frente a la interrupción de las cadenas de abastecimiento originadas, primero por la pandemia y ahora por la guerra en Ucrania, muchos plantean la necesidad de una desglobalización. Ello, debido a que la globalización habría sido causante de los problemas de abastecimiento que sufre el llamado primer mundo.

Desglobalización es el nuevo grito de batalla tanto de la extrema derecha como de la extrema izquierda. Los unos emulan el “america first” de Trump. Los otros, tal vez al antiguo socialismo nacionalista, tan propio, por ejemplo del socialismo latinoamericano y del antiguo estatismo europeo de los años 20 y 30, antecesor por ejemplo del fascismo italiano.

Recordemos que el socialista Mussolini no dejó de ser socialista, sino que agregó el nacionalismo a su ideología original. Hitler, por su parte, era llamado líder de los trabajadores (Arbeiterführer[1]), en la Alemania de Weimar, que él contribuyó a destruir. Su partido llevaba en su mismo nombre el título de “partido de los trabajadores”[2].

El fascismo y el nacional socialismo fueron ideologías enemigas de los conservadores y de las elites. De lo que se denomina despectivamente como “los de arriba”. O del establishment, para hablar con los alt right de todo el mundo.

A mi modo de ver, la respuesta a los problemas actuales de desabastecimiento no es desglobalizar y retroceder en el tiempo en esa extraña retrofilia que embarga a los extremos políticos actualmente. La respuesta es más bien la diversificación.

Y, en lo personal: buscar alternativas o sucedáneos.

Siempre puede haber pandemias, guerras o barcos que se quedan parados en medio del Canal de Suez y que impiden el paso de los otros barcos. Cisnes negros y también cisnes grieses ha habido muchos en la historia y seguirá habiéndolos.

Asimismo, pienso que no es ni neoliberalismo, ni liberalismo, ni globalización querer pagar siempre el más bajo precio. Eso también puede ser una irresponsabilidad y un comportamiento negligente. Hay personas que se quejan del desabastecimiento actual, pero que serían incapaces de pagar un euro más por algún producto, son las mismas que se quejan del supuesto neoliberalismo y a las que les gustaría producir todo diez kilómetros a la redonda, olvidando que, en ese caso, su precio sería por lo menos diez veces más alto[3].

La ruptura de las cadenas de abastecimiento se debe más que nada a la falta de diversificación en que el mundo occidental ha caído en los últimos años. Hemos buscado la alternativa más barata. El bajo precio, real o no, se ha convertido en nuestro único criterio. No hemos tenido en cuenta que tal vez el menor precio no debería ser el único punto de vista para tomar una decisión. Hemos dejado totalmente de lado factores como la calidad, la seguridad y la flexibilidad.

Junto con la diversificación, deberíamos considerar la redundancia. Esto es, tener al menos una alternativa o más para la fabricación, para el ensamble, la extracción o para la producción de los productos que necesitamos.

 Al hacer una inversión, se recomienda no poner todos los huevos en la misma canasta, pero parece que este principio es completamente desechado a la hora de adquirir bienes de consumo, de producción o tierras raras[4]. La necesidad tanto de la diversidad, como de la redundancia al comprar insumos e incluso materias primas.

Siempre hay que tener un Plan B, e incluso un Plan C o D. En el ámbito del comercio internacional, esto es algo que hemos dejado de lado. Primero la pandemia y luego la guerra, nos recuerdan que deberíamos tenerlo en cuenta. Hay que diversificar, buscar alternativas y tener siempre dos o más opciones. Normalmente, tenemos los datos computacionales, por lo menos, en dos partes, creamos una redundancia. Lo mismo hay que hacer con las alternativas económicas.

La solución no es volver al encierro, al proteccionismo, a la soñada autarquía, que no es más que eso un mero ensueño. Es sólo populismo lamentablemente tan de moda. La solución no es cerrar las fronteras y alzar los aranceles.

La solución tiene dos pilares: la diversificación y la redundancia.


[1] Un ejemplo de esto en: Hitlers erste Wahlkampfreise in Österreich: Der “Arbeiterführer” sorgt für Wirbel

[2] Partido de los trabajadores alemanes nacional socialistas.

[3] Entre paréntesis, no hay que olvidar que muchos se mueren de hambre no precisamente debido al neoliberalismo, sino por haber quedado excluídos de él. Cfr. Chile contra el neoliberalismo

[4] Tierras raras o elementos raros “es el nombre común de 17 elementos químicos: escandio, itrio y los 15 elementos del grupo de los lantánidos (lantano, cerio, praseodimio, neodimio, prometio, samario, europio, gadolinio, terbio, disprosio, holmio, erbio, tulio, iterbio y lutecio)”, en Wikipedia

La cuenta de Trump en Twitter y el asalto al Capitolio


Un amigo pregunta[1] si es o no correcto que Twitter haya suspendido a Donald Trump. Mi respuesta inmediata es muy clara: es correcto y lo único que se puede reprochar a Twitter es que no lo haya hecho antes.

Para precisar lo ocurrido: su cuenta fue suspendida por una semana, lo que significa que, durante siete días, Trump no puede escribir tweets. Algunos de sus mensajes tenían las acostumbradas advertencias de Twitter acerca de la falta de veracidad de sus dichos. Pero que nadie desespere, dentro de una semana, tendremos nuevamente al organizador de concursos de belleza, de programas de televisión-basura, al dueño de campos de golf y de edificios que llevan su nombre, nuevamente escribiendo singulares barbaridades en Twitter.

Con Popper y los liberales de la segunda mitad del siglo 20, pienso que no podemos, que nadie nos puede exigir, en nombre de una mal entendida libertad de expresión, tolerar a los intolerantes. Y Trump es uno de ellos.

En efecto, la permanente crítica trumpiana al sistema democrático de gobierno es una crítica más bien totalitaria[2], cuya finalidad es sustituir la democracia liberal representativa y el estado de derecho por un régimen en que la toma consensual de decisiones sea reemplazada por un mecanismo autoritario, en que no existe posibilidad alguna de contradecir la voluntad del Presidente. Y en que todo quien se atreva a criticarlo es declarado traidor o enemigo del pueblo, algo que es muy propio del populismo.

El sistema democrático de gobierno requiere oposición, pero esto supera la capacidad de entendimiento de un presidente de personalidad narcisista, ya que, para él, toda crítica es una “tremenda” ofensa, un insulto, una afrenta. Quien contradice a Trump, merece ir a la cárcel. Su conocido slogan (como todo populista, Donald es muy amigo de las consignas fáciles) “you’d be in jail” refiriéndose a Hillary Cinton, es una muestra más de ello.

Denostar a los periodistas en general y a los medios de comunicación como si fueran meros fabricantes de fake news, en circunstancias de que él mismo es el peor productor de falsedades y de “alternative facts”[3] que nos podamos imaginar, cae también dentro del mismo esquema del narcisista que no admite contradicción.

Lo que rebalsó el vaso de Twitter, fue el discurso previo al alsalto al Capitolio y los tweets al respecto. Después de 56 mil tweets, Twitter decidió acertadamente suspender la cuenta. Durante años, Trump fue para Twitter y para otros gigantes de internet una mina de oro. Trump formulaba su política a través de cortos mensajes en la conocida red social que terminó reemplazando las “molestas” conferencias de prensa donde Trump corría el riesgo de que periodistas formularan preguntas críticas.

La mayoría de los amigos de Marcelo me aseguran que el discurso de 6 de enero, en realidad, no llamaba a la violencia y que cada uno lo interpreta como quiere, de manera que sería una injusticia condenar a Trump y suspender su cuenta. Me pregunto ¿cuántos amigos y amigas de Marcelo habrán escuchado o leído el discurso?

Para no dar lugar a interpretaciones erróneas, creo que es importante, leer el discurso[4] pronunciado en el marco de la Marcha por la Salvación de América (Save America March). Cualquier persona de mediana cultura o que haya escuchado alguna vez las consignas de la extrema derecha mundial, conoce el lema de Mussolini acerca de la “Marcia su Roma” o “marcha sobre Roma”. Comparable a la “marcha sobre las instituciones” de los antiguos marxistas.

Trump dice que el país “está harto” y que nadie detendrá a sus partidarios. Asegura que presentará pruebas del robo de la elección presidencial y vocifera el slogan “Stop the steal” (paren el robo), con el que las hordas animalescas marcharon hacia el Capitolio . Hago ver que el discurso comenzó a las 12 horas y la marcha hacia el Capitolio, a las 14.

Nunca ha habido un movimiento como este, jamás un amor tan extraordinario por este país asombroso y por este movimiento asombroso[5]Es un robo puro en la historia de Estados Unidos, todo el mundo lo sabe[6]. A estas alturas, la multitud aclamaba: “Fight for Trump!” y “We love Trump!” Esto es miel en el alma de un narcisista.

El 6 de enero, el Parlamento iba confirmar formalmente a Joe Biden como presidente electo, pues había obtenido la mayoría de votos y es lo que Trump quería impedir a cualquier precio. Caminaremos hacia el Capitolio y vitorearemos a nuestros valientes senadores y congresistas. Probablemente no vamos a animar tanto a algunos de ellos porque nunca recuperarás nuestro país con debilidad. Trump considera que los senadores y diputados republicanos que no cuestionan la elección y que no apoyan su tesis del robo, son “débiles”. Tienes que mostrar fuerza y ​​tienes que ser fuerte[7], arenga a la muchedumbre.

Los “débiles” serían los políticos republicanos que reconocieron la victoria de Biden, como Liz Cheney[8], tercera en la jerarquía del Partido Republicano en la Cámara de Representantes. Sobre Liz, Trump dice en el discurso que es una congresista débil y que hay que deshacerse de ella[9]. Cheney votará a favor del impeachment pues considera a  Trump responsable del ataque al Capitolio. “Nunca ha habido una traición más grande por parte de un presidente de los Estados Unidos a su cargo y a su juramento a la Constitución”[10]. Valientes palabras de quien se perfila como una de las defensoras del Grand Old Party que Trump secuestró, tomó bajo su égida y no liberará voluntariamente[11].

POTUS no cesa de atacar a los republicanos que podríamos denominar como tradicionales y que él llama “débiles”. Durante años, los demócratas se han salido con la suya gracias al fraude electoral y a los republicanos débiles[12] (…) Los republicanos débiles, son republicanos patéticos[13] (…) Creo que voy a usar el término republicanos débiles[14]. En realidad, Trump no necesita un partido, sino tan sólo una camarilla que le diga que sí a todo[15].

El aún POTUS prosigue su largo y aburrido discurso: Vamos a marchar hacia el Capitolio, vamos a animar a nuestros valientes senadores y diputados (…) porque nunca vamos a recuperar nuestro país con debilidad. Tienes que mostrar fuerza y tienes que ser fuerte[16]. Si esto no es un llamado al uso de la fuerza, no sabría cómo calificarlo.

Tenemos que ir al Congreso a exigir que haga lo correcto. Según él, “lo correcto” es que el Congreso lo elija a él y sólo a él como el próximo presidente, da lo mismo cuál haya sido el resultado en el Colegio electoral …y que sólo cuente a los electores elegidos legalmente, elegidos legalmente[17]. Para Trump, cualquiera que haya votado en su contra, es ilegal.

Sé que todos los aquí presentes pronto marcharán hacia el edificio del Capitolio para hacer oír sus voces de manera pacífica y patriótica. Hoy veremos si los republicanos se mantienen firmes a favor de la integridad de nuestras elecciones, pero si se mantienen firmes o no por nuestro país, nuestro país. Nuestro país ha estado sitiado durante mucho tiempo, mucho más que este período de cuatro años. Lo hemos puesto en un curso mucho más recto, mucho… pensé que cuatro años más. Pensé que iba a ser fácil. Creamos[18]. Intentar monopolizar el patriotismo, a la vez que pisotea las instituciones nacionales, no me parece patriótico; pero sí sumamente populista.

Así que vamos a intentar darles a nuestros republicanos, a los débiles, porque los fuertes no necesitan nuestra ayuda, vamos a intentar darles el tipo de orgullo y audacia que necesitan para recuperar nuestro país. Así que caminemos por la Pennsylvania Avenue[19]. Esa es la avenida que lleva al Capitolio.

Lo menos que se puede decir de Trump es que es un mal perdedor, que no acepta entregar el poder si no es reelegido. Su actitud es profundamente antidemocrática, ya que la alternancia en el poder es consubstancial a la democracia[20]. En noviembre pasado lo explicaba en una de mis columnas: si pierdo la elección, la trama es muy sencilla, aseguro que gané, que nos “robaron la elección”, llamo a parar el robo y a defender la victoria, también por la vía armada[21], incluso mediante una acción tan grave como el Asalto al Capitolio.

Recordemos el tweet de Trump, de 19 de diciembre, en que llama a sus partidarios a “ser salvajes” ese 6 de enero, en el marco de la marcha para salvar  América, escribe: “Big protest in D.C. on January 6th. Be there, will be wild!”. Y cientos de sus adeptos ataviados de la manera más extraña, escucharon a su shaman máximo, asaltaron el Capitolio y se comportaron como salvajes. Lo ocurrido no fue una casualidad…


[1] Marcelo Brunet en Instagram. Conocí a Marcelo cuando ambos publicábamos sendas columnas en el diario chileno La Segunda. Algunas de mis columnas, están on line, en mi blog Columnas en La Segunda

[2] Con Popper, pienso que “hay una diferencia esencial entre la crítica en una sociedad democrática y la critica totalitaria a la sociedad democrática”, La crítica y el progreso en “La sociedad abierta” de Karl Popper

[3] Alternative facts es el término que formuló la asesora de prensa de Trump, Kellyanne Conway, al comienzo del período presidencial.

[4] Citas textuales del discurso en cursiva. El texto original en sendas notas a pie de página.

[5] That’s what it is. There’s never been a movement like this ever, ever for the extraordinary love for this amazing country and this amazing movement.

[6] It’s a pure theft in American history, everybody knows it.

[7] We’re going walk down to the Capitol, and we’re going to cheer on our brave senators, and congressmen and women. We’re probably not going to be cheering so much for some of them because you’ll never take back our country with weakness. You have to show strength, and you have to be strong.

[8] Hija de Dick Cheney, el vicepresidente de George W. Bush.

[9] And we got to get rid of the weak congresspeople, the ones that aren’t any good, the Liz Cheneys of the world, we got to get rid of them. We got to get rid of them. // To rid, significa eliminarla, librarse de algo, remover un objeto y se refiere más a cosas que a personas. Es una de las características de los popilistas en todo el mundo, convertir a las personas en cosas, quitarles la calidad y la dignidad de personas, para considerarlas meros objetos.

[10] “There has never been a greater betrayal by a President of the United States of his office and his oath to the Constitution.”

[11] Trump es lo menos republicano que nos podamos imaginar

[12] For years, Democrats have gotten away with election fraud and weak Republicans, and that’s what they are. There’s so many weak Republicans.

[13] The weak Republicans, they’re pathetic Republicans and that’s what happens.

[14] The weak Republicans, and that’s it. I really believe it. I think I’m going to use the term, the weak Republicans.

[15] Trump es lo menos republicano que nos podamos imaginar

[16] We’re going to walk down to the Capitol, and we’re going to cheer on our brave senators and congressmen and women, and we’re probably not going to be cheering so much for some of them, because you’ll never take back our country with weakness. You have to show strength, and you have to be strong.

[17] Al finl de sus discruso, Trump comienza a repetir las frases. Si Biden hiciera algo así, Trump lo denostaría como “senil”.

[18] We have come to demand that Congress do the right thing and only count the electors who have been lawfully slated, lawfully slated. I know that everyone here will soon be marching over to the Capitol building to peacefully and patriotically make your voices heard. Today we will see whether Republicans stand strong for integrity of our elections, but whether or not they stand strong for our country, our country. Our country has been under siege for a long time, far longer than this four-year period. We’ve set it on a much straighter course, a much… I thought four more years. I thought it would be easy. We created…

[19] But we’re going to try and give our Republicans, the weak ones, because the strong ones don’t need any of our help, we’re going to try and give them the kind of pride and boldness that they need to take back our country. So let’s walk down Pennsylvania Avenue. I want to thank you all.

[20] El juego democrático de la alternancia en el poder

[21] Trump y la alternancia en el poder