La guerra de agresión alemana al inicio de la II Guerra Mundial

Muchas veces leo o escucho de descendientes de alemanes en Chile y en Argentina que admiran a sus abuelos, padres o bisabuelos porque pelearon por su patria Alemania, durante la II Guerra Mundial, en algunos casos, hasta inmolar su vida en el campo de batalla, aseguran o escriben en redes sociales.

Lamento decepcionarlos: los alemanes que tuvieron que pelear en la Segunda Guerra no defendían a su patria. Alemania no estaba amenazada por nada, ni por nadie. Nadie le había declarado la guerra, ningún país había iniciado una confrontación. La II Guerra fue una típica guerra de agresión que comenzó con la invasión de Polonia el 1° de septiembre de 1939.

Sí, la II Guerra Mundial fue iniciada unilateralmente por Alemania y su objetivo era conquistar nuevos territorios para someterlos, en diferente medida, a la hegemonía alemana. Holanda, Bélgica, Francia, Luxemburgo, Polonia… Y suma y sigue: los Sudetes, luego toda Checoslovaquia, Hungría, Bulgaria, Rumania, Grecia, los países de los Balcanes: Croacia, Eslovenia… También de la Península de Escandinavia: Dinamarca, Noruega… E Italia y Austria, que se sumaron voluntariamente al Imperio.

Y las regiones del Este de Europa: Ucrania, Bielorrusia, Lituania, Estonia, Letonia, el oeste de Rusia, regiones que -incluyendo Polonia que fue nuevamente dividida- son las llamadas regiones de sangre[1], porque en ellas la crueldad llegó a niveles nunca antes vistos en la historia. En ellas, se asesinó vilmente a ancianos, niños, mujeres y hombres sólo por pertenecer a una determinada familia o a una cierta etnia (judíos, gitanos y otros pueblos) o por tener una cierta tendencia (homosexuales) o ideas políticas (el decreto sobre la ejecución de los comisarios) o una cierta fe (el cristianismo de los sacerdotes católicos, por ej., polacos y ucranianos, asesinados sólo por su fe).

No, Alemania no estaba en guerra, nadie la había atacado. La Alemania nazi inició una guerra de agresión. una lucha imperial por expandir su Reino o Reich y /o de dominar toda Europa. Casi logra… En aquella época, los Estados Unidos no tenían la menor intención de intervenir en un continente que no era el suyo propio, muy de acuerdo con la doctrina de entonces: “América para los americanos” y su contrapartida “Europa para los europeos”. Si no hubiera sido por los norteamericanos, todavía viviríamos bajo el yugo nacional socialista… O no viviríamos, ya que nos habrían eliminado, o a nuestras familias, quién sabe[2].

Hubo un solo país donde las ideas expansionistas eran similares a las alemanas. No hay que pensar mucho para saber que ese país era la Unión Soviética. Ambos eran estados imperialistas y con ideologías agresivas. En un caso, se trataba del triunfo de una supuesta raza germana, aria o cómo quieran llamarla. Y en el otro, la ideología pretendía el triunfo histórico final de la clase trabajadora sobre la burguesía. Esta última es una verdadera fe conspiranoica, con rasgos escatológicos que llevaba a asesinar a cualquier persona, acusándola de no estar lo suficientemente comprometida con una imaginaria revolución socialista o comunista.

Ambos estados de tendencia imperialista tenían una fuerte represión en el interior que impedía todo asomo de oposición. Su mayor enemigo era el liberalismo, la llamada democracia liberal. El liberalismo es un conjunto de ideas más bien positivas y confía en el libre desarrollo de las personas en un ambiente de libertad. Su objetivo es lograr una sociedad abierta[3], exactamente lo contrario de las ideologías socialista y nacional socialista.

Ambos países aprendices de imperios se confabularon en un pacto secreto para poder someter dentro de su “esfera de influencia” a toda Europa. Sus ministros del exterior trazaron una línea de demarcación y firmaron un tratado secreto en Moscú, conocido con el Pacto entre Hitler y Stalin[4]. La Unión Soviética negó durante décadas su existencia. Hoy sabemos que Stalin era un seguidor real del Padre de la Mentira.

Volviendo a la idea que formulé en un principio: la II Guerra Mundial fue una guerra de agresión, iniciada por Alemania -secundada inicialmente por la Unión Soviética que invadió Polonia dos semanas después que Alemania[5]– bajo el gobierno nacional socialista para apoderarse de toda Europa, que debía o ser parte de su territorio o bien quedar bajo su esfera de influencia. Un país tras otro fue cayendo…

Pero no se trataba sólo de un trozo de tierra, por grande que haya sido. Las personas que vivían en esos territorios quedaban bajo el imperio, bajo la égida o la arbitrariedad de los alemanes que, en su demencial darwinismo social veían al mundo como un campo de batalla entre pueblos, etnias, países, naciones y continentes[6].

Los habitantes de los países ocupados no eran considerados personas: se los transformó en cosas, se los cosificó. Esto permitió dejarlos morir de hambre, someterlos a la esclavitud como a los millones de trabajadores forzados o simplemente matarlos, después de un tiempo de aprovechamiento como fuerza de trabajo gratis o simplemente de asesinarlos sin más, en campos de exterminio o con un disparo en la cabeza (la misma técnica para asesinar que tenían los soviéticos).

No, sus abuelos no defendieron a Alemania, que no estaba amenazada ni era atacada por nadie. Ellos mismos fueron los agresores en una guerra imperialista basada en un horrible darwinismo social, en que el amor, la solidaridad, la ayuda y cooperación entre pueblos, países y entre personas era totalmente impensable. Más aún, era desestimado como algo malo que había que combatir. Misericordia, amor al prójimo[7], ayuda al necesitado eran conceptos absurdos para la ideología nacional socialista.

Escribo esta columna en tiempos en que un país imperialista ha iniciado una nueva guerra de agresión y de conquista. Hago ver que Chamberlain podría haber evitado la guerra ya en septiembre de 1938, pero no lo hizo y ese fue un error que costó muchas vidas y demasiado sufrimiento.


[1] Invito a leer Tierra ensangrentada, el best seller de Timothy Snyder y “En un mundo donde todo está permitido, Dios es el único refugio”

[2] Invito a leer El nuevo orden según Carl Schmitt y El nuevo orden en el derecho internacional, según Carl Schmitt

[3] Invito a leer La crítica y el progreso en “La sociedad abierta” de Karl PopperDefendamos nuestra civilización o al menos sus cuatro fines, según Popper y Defendamos la sociedad abierta de sus enemigos 

[4] Hitler, Stalin y el inicio de la II Guerra

[5] La invasión soviética de Polonia empezó el 17 de septiembre de 1939.

[6] Un poco como los mismos alemanes habían visto durante mucho tiempo la convivencia entre ellos: como una lucha entre individuos por quién gana más, quién tiene más poder e influencia, la mujer más bonita o el hombre mejor partido o los hijos supuestamente más exitosos. Igual como ellos veían el mundo, también veían sus propias relaciones con sus vecinos y familiares, como una lucha… Thomas Hobbes manda saludos.

[7] Por el contrario, en el liberalismo sí existe el amor al prójimo. Popper lo explica muy bien: Popper y el mandamiento del amor al prójimo

Protestar o no protestar, that is the question

A casi dos años de la gran invasión rusa a Ucrania y de su intento de conquistar la totalidad de su territorio, continúo asistiendo, por lo menos una vez a la semana a la protesta que organiza el Partido Verde, frente al Consulado general de la Federación Rusa de la ciudad de Bonn.

A partir de este año, es el único consulado que opera en toda Alemania, ya que los demás fueron cerrados, debido a que no se dedicaban a labores consulares, sino a reclutar espías y correos y a coordinar el espionaje ruso en Europa. Supongo o más bien sé, que hay suficientes tontos útiles en Alemania que se prestan para traicionar a su país, especialmente entre los sectores que se llaman a sí mismos “patriotas”. Que los autodenominados “patriotas” traicionen a su país y “trabajen” para el enemigo es, por lo menos, un contrasentido.

Hace unos días, un hombre que salía del consulado se acercó a nosotros -a los participantes en la vigilia- y nos aseguró que “toda la gente que ustedes ven aquí está en contra de Putin y en contra de la guerra”. En conclusión, nos dijo que perdíamos el tiempo. Yo pensé: “con este frío, preferiría estar bajo techo, con un café en la mano y no aquí entumeciéndome de frío con una bandera de Ucrania en las manos”. Menos mal que ese día no había olvidado llevar guantes gruesos. Uno de mis co-manifestantes le replicó que él tenía derecho a hacer cosas sin sentido. Me pareció que no era la respuesta correcta, creo que protestar contra la guerra de agresión de Rusia contra Ucrania tiene mucho sentido.

Nuestro interlocutor contó que él mismo había ido a manifestaciones contra la guerra. Pero que no se sacaba nada puesto que al gobierno de  Putin le daba lo mismo que nosotros protestáramos o que protestara todo el pueblo ruso. Esto es lo propio de una autocracia como la putiniana en que da lo mismo lo que piense la gente y donde las elecciones son una mera farsa. A nadie le cabe duda que la próxima elección presidencial la va a ganar Putin. Es increíble como los sátrapas modernos siempre quieren darse un barniz de democracia. Es una pena, Rusia se merece otra cosa.

Recordé entonces, lo que nos contó la antropóloga e historiadora rusa que había huido raudamente de San Petersburgo a Europa occidental, a través de Finlandia, después de que la dejaran en libertad, sólo por ser mayor de 50 años que, en Rusia es como ser super anciano, ya que la expectativa de vida es menor que en la de los países del mundo desarrollado. Ella había participado en una manifestación en contra de la guerra en la ciudad en la ribera del Neva. Me referí a ella en mi columna Mientras más armas, más corta la guerra que invito a leer.

No es la primera vez que una mujer inteligente que sale del consulado ruso atraviesa la calle, viene a hablar con nosotros y nos agradece nuestra manifestación. Me referí a otra señora rusa que lo hizo en La guerra terminará cuando haya un muerto en cada familia.

Sí, a este lado del mundo, podemos protestar en contra de la guerra o hay incluso algunos que están a favor de la guerra y a favor de Rusia; y nadie los encarcela. Una amiga que vive en Brandenburg (en la ex-Alemania comunista) me dice que en su ciudad, hay gente que se manifiesta pro-Rusia en la plaza de su ciudad y nadie se los lleva a prisión, como ocurre en el reino de Putin, donde te condenan hasta 25 años sólo por llamar guerra a la guerra y no “operación especial”. Hoy en día, los rusos bromean: “el libro de Tolstoi se llama ahora ‘La operación especial y la paz’ y no ‘La guerra y la paz’”.

Ese mismo día en que se acercó el hombre que nos habló del sinsentido de nuestra manifestación, se acercó también una señora de rostro amable con una hija teenager. Ambas atravesaron decididamente la calle y, sin más, nos agradecieron que estuviéramos frente al consulado. La ciudadana rusa dijo que era muy valioso vernos protestar en contra de la guerra con nuestras banderas de Ucrania. Nos contó que ella era rusa, su marido ucraniano, y obviamente, ellos estaban en contra de la guerra y en contra de Putin.

Podemos pensar así o asá. Algunos pueden sostener que lo que hacemos no tiene sentido. Otros que sí lo tiene. Nos lo pueden decir directamente, nadie se va a pelear por tener una opinión diferente. Esa es la esencia de la democracia. Yo pienso que sí tiene sentido plantarse al menos una vez a la semana frente al consulado ruso, que tiene mucho sentido hablar con las personas que acuden al consulado, si ellas quieren hacerlo. A veces, me ha tocado ver escenas conmovedoras, como esta que relaté en mi columna El abrazo 

Y que conste que no nos pagan por pararnos al otro lado de la calle durante un par de horas, ya que protestamos gratis 

El abrazo

En mi columna ¿Dónde está Prigoshin? anuncié que uno de mis próximos artículos se debería titular ¿Dónde está Surovikin, el carnicero de Siria? Sin embargo, esa columna va a tener que esperar, porque nadie sabe dónde está Sergei Surovikin, también conocido como general Armagedón culpable, entre otros muchos crímenes, de la destrucción de Alepo.

Hoy quiero contarles algo distinto, algo que me pareció muy emotivo. Mis lectoras y lectores saben que asisto -si me es posible hacerlo- por lo menos una vez a la semana a una vigilia matinal frente al consulado general ruso, para protestar por la guerra contra Ucrania. Ya he contado en columnas anteriores, de mi experiencia en esa manifestación: la última de ellas fue Protestamos gratis. El título se debe a que una a una señora rusa le habían asegurado en el consulado que nosotros éramos agentes pagados.

La semana pasada, una joven rusa se acercó a nuestro grupo (ese día éramos muy pocos, el tiempo era muy malo: lluvia, viento y frío) y preguntó algo en ruso. Uno de los participantes en nuestra vigilia de protesta, le contestó que él venía de Irpin. No sé si todos ustedes saben que Irpin, al Noroeste de Kiev y al lado de Bucha, es una de las ciudades más destruidas por la soldadesca rusa[1].

El ciudadano de Irpin se había unido ese día a nuestra protesta -pequeña pero efectiva- y nos había mostrado videos de su edificio de departamentos que había quedado totalmente destruido después de un ataque de la artillería rusa. Con su autorización expresa, publiqué uno de sus videos en Instagram, que muestra lo que quedó de su casa después de un ataque ruso a la población civil… sólo escombros.

La joven mujer rusa lo miró fijamente, su expresión se hizo cada vez más triste, hasta que empezó a llorar, primero un poco y después más y más. En ese momento, todos nos acercamos a ella. Yo pensaba abrazarla… Pero el ucraniano se me adelantó y la abrazó con fuerza. Comenzaron a hablar. Se separaron un poco y siguieron hablando. La chica dejó de llorar, un poco y luego lloró aún más fuerte. El ucraniano la abrazó otra vez mientras ella lloraba y lloraba. Al final, él la acompañó a la estación del tren para que volviera a la ciudad donde vive.

Entre paréntesis, Rusia va a cerrar muchos consulados en Alemania. El que está en mi ciudad quedará abierto y, en consecuencia, será visitado por un número mayor de personas que ya no podrán acudir a los ya cerrados. Esto significa que nuestra protesta será vista por más gente. Tendremos así la oportunidad de hablar con más rusos y rusas que tienen sólo que atravesar la calle para ello[2].

Volviendo a la escena del abrazo entre el ucraniano de Irpin y la chica rusa: él la abrazó y la consoló. Un hombre cuyo país fue invadido por Rusia y para el que las consecuencias de la guerra no son abstractas, sino muy concretas, ya que se quedó sin casa, sin auto, sin recuerdos, sin hogar para su familia…. Todo lo que le pertenecía fue destruido en un acto de barbarie por parte de un estado terrorista que aterroriza a los habitantes de Ucrania, para que se rindan o para que abandonen el país. Un hombre de mediana edad que vió interrumpido su tratamiento oncológico en Ucrania y que tuvo que huir al extranjero para continuarlo.

El ucraniano abrazaba y consolaba a una joven proveniente del país que había atacado a su patria, destruido su ciudad, cometido crímenes de guerra, secuestrado a sus niños, violado a sus mujeres (y no sólo en Bucha, también en Irpin y otras ciudades), quemado sus libros, prohibido su lengua en las zonas ocupadas, bombardeado hospitales[3], teatros y universidades en un intento de borrar la cultura ucraniana que Putin dice que no existe, ya que todos los ucranianos serían rusos.

Ese hombre que había sufrido lo indecible y había tenido que marchar al exilio, consolaba a la chica rusa que lloraba y le pedía perdón una y otra vez por lo que Rusia está haciendo a Ucrania y a los ucranianos. Nos contó que su abuelita vive en Ucrania y su ciudad está constantemente siendo bombardeada por Rusia.

Afortunadamente, la nieta recibe información de primera mano de su babushka en Ucrania. Hay muchos rusos que sólo se “informan” o más bien se desinforman a través de los medios propagandísticos estatales rusos. En Rusia no hay prensa libre: los medios o son estatales o le pertenecen a algún oligarca, como al mismo Prigoshin y otros. También Gazprom tiene no sólo medios de “comunicación”, sino incluso un ejército privado, Wagner no es el único.

Como muchos otros rusos, la joven mujer nos dijo que ella es totalmente contraria a la guerra. Pero, protestar contra la guerra en Rusia es firmar su propia condena a quince años en un gulag[4], ya que te encarcelan inmediatamente, como nos contó la historiadora rusa que se acercó a nuestra vigilia en una oportunidad: Mientras más armas, más corta la guerra[5]

Desconozco cuál es la historia de la de la joven rusa… Pero seguro que se parece a la de tantos otros rusos y rusas que han tenido que abandonar su país en los últimos años, o en los últimos meses. Para renovar su pasaporte o hacer algún otro trámite deben acudir al consulado general ruso. Una razón más para continuar yendo a protestar al menos una vez por semana.


[1] “According to Human Rights Watch, on March 6, 2022, Russian forces bombarded an intersection on a road of Irpin which was used by civilians to flee.As of 24 March 2022, 80% of the city was recaptured from Russian occupants by Ukrainian Armed Forces. On 28 March, Mayor Oleksandr Markushyn announced that all of Irpin was fully recovered by the Ukrainian forces. On March 30, the mayor of Irpin said that the Russian military had killed more than 300 civilians and 50 servicemen in the city”, Wikipedia

[2] Publico fotos en mi cuenta de Instagram

Chile apoya a Ucrania

El discurso del presidente Boric, durante la Cumbre en Bruselas, en lo relativo a la guerra contra Ucrania, es absolutamente acertado. Se lo agradezco y estoy totalmente de acuerdo con él. El presidente de Chile lo dice muy claramente: es una guerra contra Ucrania y es una guerra de agresión.

Al igual que él, pienso que la razón primaria para condenar la invasión de Rusia es precisamente que es una clara violación del derecho internacional. Tengo el convencimiento que las controversias -cualesquiera que sean- no se solucionan usando la fuerza. Hacerlo es volver a la época de las cavernas y es un retroceso civilizatorio inaceptable.

Transcribo los párrafos más significativas de su discurso: “entiendo que la declaración conjunta[1] está trabada hoy día porque algunos no quieren decir que es la guerra contra Ucrania. Estimados colegas hoy día es Ucrania, pero mañana podría ser cualquiera de nosotros. En esto no dudemos, por complacencia que se puedan tener en uno u otro momento con algún líder. Da lo mismo si cae bien o cae mal el presidente de un país. Lo importante es el respeto al derecho internacional. Y acá se ha violado claramente el derecho internacional, no por las dos partes, (sino) por una parte que es invasora que es Rusia y eso yo creo que es importante que lo digamos claramente para poder avanzar en acuerdos[2].

Esto debería ser muy claro para todo gobernante responsable: no es relevante si un mandatario es o no de tu color político o de tu familia política, como el mismo Gabriel Boric dirá dos días después, al enfrentar las críticas del presidente brasilero Lula quien, al igual que su antecesor Bolsonaro, es partidario irrestricto de Rusia de Putin[3].

Lo decisivo es que un estado respete el derecho internacional, que es la base de la convivencia entre las naciones. A continuación, Boric se pone filosófico: si no quieres que el día de mañana violen tus propios derechos, tienes que defender hoy el derecho de los demás. Es la regla de oro -y también la de plata- de la ética. Y sabemos que, si bien la ética no es lo mismo que el derecho, sin ética, no hay derecho.

El derecho internacional “es una garantía para todos y todas, lo vemos en diferentes lugares de nuestro planeta; pero hoy en este lugar ha estado en debate la situación en Ucrania. Yo creo que es importante que desde América Latina lo digamos con claridad: lo que sucede en Ucrania es una guerra de agresión imperial inaceptable, en donde se viola el derecho internacional”.

Putin y sus agentes son prisioneros de un pensamiento imperial absolutamente arcaico. Por eso hablamos del imperialismo ruso o neoimperialismo. Me referí a él en El nuevo imperialismo ruso y Carl Schmitt 

Los periodistas y analistas que se llenan la boca hablando del sur global y su supuesto apoyo a Rusia deberían escuchar o leer el discurso del presidente Boric. El sur no es uno solo, hay muchos sures, como también hay muchos nortes. Porque en ambos hemisferios hay muchos países y muchas opiniones. Pero supongo que la clara posición de Chile -que no es de ahora, sino desde un comienzo de la guerra[4]– no calza en análisis fáciles de la realidad global propios de gente más o menos simple.

Dos días más tarde, como para poner de manifiesto que su discurso de 18 de julio, no fue algo excepcional, ni estaba dominado por la ansiedad, como aseguró Lula (que sigue la senda de apoyo incondicional a Putin, iniciada por su antecesor Bolsonaro), Boric señala:

Yo tengo un respeto infinito y mucho cariño, además, por Lula, pero si me preguntan: ¿Quiere usted que termine la guerra? Sí, quiero que termine la guerra y creo que tenemos que ser muy claros en decir que ésta es una guerra de agresión inaceptable, independiente de las posiciones que uno pueda tener respecto a las presidencias temporales de uno u otro país. Lo importante es que seamos capaces de defender el derecho internacional a toda costa[5].

Es cierto: la guerra se puede terminar rápidamente si Rusia retira sus tropas del territorio de Ucrania. Así lo expliqué en Si Rusia deja de luchar no habrá más guerra. Si Ucrania deja de luchar no habrá más Ucrania

Hoy día, podemos tener matices en torno a esto; pero la posición de Chile es una posición de principios respecto a la importancia de la defensa del derecho internacional y en esto, yo creo y tengo la profunda convicción que tenemos que ser categóricos, tenemos que ser claros, no podemos dejar ningún espacio a la duda. Y eso yo creo que es algo que, a la larga, a los ojos de la historia envejece bien[6]. Lo de envejece bien, se dice que es un mensaje para Lula.

Ninguna potencia puede pasar por encima del derecho internacional violando su integridad territorial y además realizando la masacre que estamos viendo”. Tiene toda la razón, salvo en lo de potencia, ya que Rusia no es potencia y lo único que tiene para atemorizar al mundo es la bomba atómica[7].

Y para no dejar ninguna duda de lo planteado, el 21 de julio, en entrevista con la BBC (en HARDtalk), el presidente Boric recalca lo que ya había manifestado sobre Ucrania, en inglés y con meridiana claridad[8]. La entrevista tiene en significativo título: “Now it’s Ukraine, tomorrow it could be us”[9]. Es lo que dijo en la Cumbre: “ahora es Ucrania, mañana podemos ser nosotros” los sujetos de una agresión, sino defendemos hoy el derecho internacional y condenamos las violaciones, sean de quien sean, vengan de donde vengan.

Boric explica ante las cámaras de la BBC: “Chilean position is:  (…) It doesn’t matter what do you think about Ukraine, what do you think about Wolodomyr Zelensky.  it doesn’t matter what your opinions are about Mr. Putin or Russia. The war is not both part faults. It’s Russia invaded a free country and wants to take part of its territory an that violates international law. And we should defend at least this should be a common ground for everyone. We should defend international law. Because now it’s Ukraine, tomorrow it could be us. It could be anyone. So you might have any opinion on the reasons for the conflict but we should agree that international law should be respected at all times. And that goes for Russia nowadays and also goes, of course in other cases. I don’t want to make a draw. But in that case my position is strong. It’s an illegal invasion. Russia should withdraw. Of course we want a ceasefire but we have to respect ukraine’s territorial integrity[10].

Sí, la guerra no es culpa de las dos partes. Aquí estamos frente a un país agresor y ante un país agredido. El estado agresor es Rusia que claramente violó el derecho internacional, al iniciar la guerra y lo sigue violando, al continuarla. La violencia no es nunca el método para solucionar las disputas internacionales. Es más: aquí no estamos frente a una disputa internacional, aquí se trata lisa y llanamente de un país que desconoce la existencia de otro país e intenta anexar su territorio.

El Kyiv post, de Ucrania, titula el 19 de julio: Chile Stands with Ukraine During EU-Latin American Summit Es cierto y estoy feliz de ello: Chile apoya a Ucrania.


[1] Se refiere a la declaración conjunta de la Cumbre CELAC-UE 2023. Realmente, la intervención de Boric apoyando a Ucrania y con ello a la Unión Europea, salvó la Cumbre Celac-Unión Europea.

[2] Transcripción mía del video Presidente Gabriel Boric interviene en cumbre CELAC-UE 2023, el 18 de julio. En el canal de youtube del Gobierno de Chile. Los puntos y las comas son míos.

[3] Uno de extrema izquierda y el otro de extrema derecha, unidos en el putinismo. Ver mi columna Los cantos de sirena del autoritarismo

[4] Esto me lo preguntó una cuenta polaca en Twitter. Porque existe la tesis de que Chile se vendió por algún contrato de litio. La verdad es que no es así.

[5] El audio está en Twitter y también aquí, con resumen parcial: “No me siento ofendido”, dice Boric luego de que Lula aludiera a su “ansiedad” e inexperiencia

[6] La transcripción es mía. El audio en Twitter y también, con resumen, en: “No me siento ofendido”, dice Boric luego de que Lula aludiera a su “ansiedad” e inexperiencia

[7] Boric responde a Lula: “Ninguna potencia puede pasar por encima del derecho internacional”

[8] Recuerdo como algunos -de la misma familia política de Boric- criticaron al presidente Piñera por hablar en inglés luego del rescate de los 33. Pero es distinto cuando estás en el poder y quieres quedar bien con los periodistas extranjeros

[9] “Now it’s Ukraine, tomorrow it could be us” – Gabriel Boric

[10] La transcripción es textual, de los subtítulos de la BBC.