Los Juegos Olímpicos de Moscú

El viernes pasado, participé en la vigilia matinal frente al Consulado general. El último cuarto de hora lo pasamos solas con una amiga frente al recinto consular. Llovía y hacía frío; pero pienso que hay mucha gente que lo pasa peor que nosotros que vivimos en un país libre y en paz, así que no me quejo y siempre me quedo hasta el final.

En eso, se acercó un hombre de unos cincuenta o sesenta, bien llevados. Era más bien maceteado por no decir corpulento. Nos preguntó qué queríamos decir eso de que queríamos paz. Yo le dije que él sabía perfectamente lo que queríamos decir: que las tropas rusas se retiren de su territorio y los dejen vivir libres y en paz, ya que Ucrania es un país libre y soberano.

El hombre comenzó con la cantinela de siempre: Ucrania oprime a los pobres rusos y por eso, Rusia tiene que incorporar la Cuenca del Dombás a Rusia. En otras palabras, anexar el territorio de un país libre y soberano al territorio ruso, que ya de por sí es muy grande y ni los mismos rusos -me decía una mujer rusa hace algún tiempo- se explican por qué quiere más territorio.

Le traté de explicar un poco, con frases cortas y claras, sin perder mucho tiempo, porque ese tipo de gente no entiende argumentos muy complicados. Y además, sé que no lo voy a convencer. Lo mío es sólo mostrarles que hay gente -la mayoría- que ve las cosas como son, de una forma completamente diferente a la de ellos, que viven en la burbuja de la propaganda y desinformación rusa (para eso, les entregan en el Consulado un panfleto que se llama TV Rus).

El hombre dijo que Putin también quería la paz. Es increíble el culto personal de estas personas. El jueves -o sea el día anterior- una mujer rusa (cincuenta mal tenidos y de esas con cara de pocos amigos) comenzó a gritarnos “Piutin es bueno” y “Piuitin es nuestro presidiente”. Nos dijo que nosotros éramos partidarios de Bandera. Le respondí que Bandera murió hace cincuenta años. En realidad, me equivoqué: a Bandera lo mataron hace más de sesenta años.

Me estoy yendo por las ramas. Lo que les quiero contar es que el hombre este que se acercó a tratar de convencernos de las bondades de Putin, nos aseguró que “la próxima semana”, esto es, esta semana, ayer lunes o bien hoy martes 18 de junio de 2024, se daría la partida, se iniciaría en Rusia, un evento que demuestra que Putin es un amante de la paz y del entendimiento entre los pueblos, nos aseguró.

Esta semana, se iniciarían en Rusia nada menos que los Juegos Olímpicos de Moscú. Sólo puedo decir… “Aló Moscú”. De qué está Ud. hablando: las Olimpiadas se realizarán en París, Francia[1] en julio de este año y no en Moscú, ni en ninguna ciudad rusa. Pero cuando  -como en el caso de este hombre- te pasas la vida mirando la televisión rusa y pretendes informarte a través de oscuros canales de Telegram[2], no me cabe duda que te vas a convertir en un ser que vive una vida paralela y no tiene idea de qué pasa en realidad.


[1] Juegos Olímpicos de París 2024

[2] Como la parejita a la que me referí en mi columna de la semana pasada Los abuelos del cuarentón

El atentado en Rusia

Tras el atentado en Rusia, surge una pregunta tras otra. En un cuarto de hora, cuatro terroristas lograron asesinar a 133 ó 137 personas (mass shooting) y colocaron en el edificio bombas incendiarias, de manera que se quemó por completo. Huyeron en un Renault Clio (!) a 300-400 kms de distancia, llevando consigo todas sus armas[1]. No cambiaron de vehículo… Además tuvieron tiempo de publicar videos y de anunciar al mundo que habían sido ellos.

La policía moscovita -que tiene un cuartel muy cerca del complejo Crocus City Hall- tardó una hora en llegar al lugar. No sé cuánto se demoraron los bomberos, pero el fuego fue apagado recién a las 7 de la mañana del día siguiente. El inmueble se quemó por completo. Había sido construido entre 1999 y 2000. Le pertenece a un oligarca aserbayano llamado Aras Agalarov, que aparece en varias fotos con Medvedev, Putin y Trump, al que visitó alguna vez en Estados Unidos, entre otros lugares en Las Vegas.

Incluso, Agalarov había planeado construir un Trump Tower en Moscú. En 2016, después de ganar la elección presidencial, Trump envió a Emin Agalarovuna, hijo del oligarca, una  nota[2] (y quién sabe qué más) en que decía “yo no me olvido de mis amigos”. Cómo ustedes pueden apreciar, a Trump no le importa tener contacto con musulmanes cuando se trata de oligarcas que lo ayudan a ganar elecciones y dinero[3].

Según Forbes, Aras Agalarov es el 51° hombre más rico de Rusia. Lo que contrasta con su vida anterior a la Glasnost y a la Perestroika. Nació en Baku en 1955 y fue un convencido comunista o al menos se hizo pasar por tal, porque en esa época convenía serlo, para poder lograr poder e influencia y así tener una vida holgada a costa de los demás que, con razón podemos llamar oprimidos por el sistema, personas que tenían que trabajar para mantener a los opresores, que eran los miembros del partido. En la ex-URSS hay una innegable continuidad entre haber sido miembro del Partido comunista y ser oligarca.

Reconozco que fui de las que, en un primer momento, pensé en la posibilidad de una acción bajo una bandera falsa, como otras tantas que han ocurrido en Rusia. Por ejemplo aquellas que llevaron a justificar la guerra de exterminio y aniquilación de Chechenia: aquella que condujo a que Grosny se viera como ahora se ven Mariupol, Bajmut o Avdivka después de los ataques rusos o Varsovia después de los ataques nazis. Experiencia hay en hacer explotar un edificio y causar la muerte de cientos de personas para culpar a otros y así atacarlos. En países donde la vida humana poco vale, no es raro actuar así.

El problema es que, en un régimen donde no hay claridad, ni transparencia, surgen las conjeturas basadas en indicios o en suposiciones. Y esto ocurre en Rusia, donde al día siguiente del atentado (que fue en la noche, alrededor de las 8 PM), Putin lo primero que aseguró fue que habían sido los ucranianos.

Para mala suerte de Putin, el llamado Estado islámico de la provincia de Khorasan anunció que ellos habían sido. Tendemos a identificar al Islamic State con el movimiento terrorífico en Siria e Irak. Pero este grupo de la provincia Khorasan es distinto, y está más bien centrado en Afganistán, Samarkand, Uzbekistán y las costas del Mar Caspio. Es un grupo que firma IS pero está centrado en Asia Central.

Asimismo, entre el 7 y el 9 de marzo, servicios de seguridad de EEUU, Gran Bretaña e incluso de Alemania (país tradicionalmente amigo de Rusia, ya desde la época del Tratado de Rapallo) habían advertido al gobierno ruso de posibles atentados islámicos a lo que Putin -en su habitual paranoia- respondió que era un intento de desestabilizar su gobierno o incluso de “extorsionarlo”.

Los terroristas de Islamic State – Khorasan Province tienen sangre en el ojo frente a Rusia, país al que culpan de haber combatido a los musulmanes en Afganistán y de haber colaborado con los EEUU y Occidente para acabar con el Califato del IS (esto es de Siria e Irak). Además, odian a Irán, país que se ha convertido en el mejor aliado de Rusia, junto con Corea del Norte.

Para Putin, la situación es complicada, ya que hace algunas décadas (Putin lleva 25 años en el poder[4]), los oligarcas fueron obligados a jurar no inmiscuirse en política a cambio de seguridad para seguir ganando sus billones y trillones en Rusia y en el mundo (donde los acepten, que es cada vez en menos países)[5]. Atentados como este a inmuebles de hombres poderosos es algo que rompe el acuerdo tácito entre la oligarquía y el gobierno de Putin, cuyo poder se basa en tres pilares: 1) en los servicios secretos 2) en el ejército y 3) en la pasividad de la población, incluyendo la de los oligarcas.


[1] Ha habido rumores acerca de un número mayor de terroristas. Pero creo que más de cuatro no caben en un Clio.

[2] En enero de 2017.

[3] Ver mi columna Muslim Ban y hechos alternativos

[4] En 2022, escribí Putin lleva 23 años en el poder

[5] Miren no más lo que le pasó a Jodorkovski, por no aceptar este acuerdo tácito.

¿Dónde está Prigoshin?

Esta es la pregunta que nos hacemos todos, a una semana del Levantamiento de los mercenarios 

Lukaschenka[1] dice que le ofreció huir -no sé si se pueda hablar de dar asilo- a Bielorrusia. Otros aseguran que vieron a Prigoshin en San Petersburgo, donde el Grupo Wagner tiene su edificio central[2] y el oligarca tiene su principal fábrica de trolls en internet. Su avión habría hecho una escala en Moscú -quién sabe para qué- y luego, habría volado a la ciudad a orillas del Neva.

Otros dicen que su avión se habría dirigido a Minsk. Parece que la capital bielorrusa se ha convertido en un verdadero refugio temporal de criminales: hacia Minsk voló Jan Marsalek, el estafador de Wirecard que ahora vive en un sector acomodado de Moscú, donde sólo oligarcas y otros criminales pueden pagar un inmueble.

Putin aseguró a los mercenarios del Grupo Wagner que no serían perseguidos penalmente. Iba a escribir que no serían perseguidos por la “justicia rusa”, pero indudablemente, la palabra “justicia” y el régimen de Putin son términos que se contradicen entre sí. Después de asegurar que los mercenarios eran traidores, Putin los perdonó y les aseguró que tenían tres alternativas: irse a Belorrusia, enrolarse en el ejército de la Federación[3] o volver a sus casas, con sus familias.

Con este perdonazo, Putin demostró debilidad. Sobre todo, porque después de acusar de traidores a los mercenarios de Wagner y de asegurar -el día sábado- que la traición se paga con la vida, esto es que los espera el pelotón de fusilamiento… Después de esta gran amenaza, el día domingo, los perdona y deja huir a Prigoshin[4].

Putin no sólo mostró debilidad, sino que además, quedó claro que el jerarca ruso sí reacciona ante una amenaza y que es capaz de claudicar. Un argumento más en favor de quienes pensamos que es fundamental apoyar a Ucrania, para colocarla en una buena posición en orden a negociar -en un futuro próximo- la devolución de su territorio, de los niños raptados, reparaciones de guerra, seguridad de sus fronteras y un gran etcétera[5].

No me atrevería a asegurar que el perdonazo de los mercenarios -al menos de los que se queden en Rusia- sea duradero. Me imagino que, por esta razón, muchos de ellos huyeron a Bielorrusia donde Lukaschenka les habría entregado o arrendado una o más bases para que reinicien sus actividades. Cualesquiera sea que éstas vayan a ser en el futuro.

Prigoshin aseguró que 25 mil mercenarios estaban bajo sus órdenes en la guerra contra Ucrania. Pero parece que ese fue sólo un bluff, ya no que habría tenido nada más que ocho mil. O puede ser que hayan muerto tantos en la guerra, que no le queden más que ocho mil en Rusia. Por ejemplo en Bajmut, donde los ex-presidiarios reclutados por el Grupo Wagner no fueron más que simple carne de cañón.

Donde sí parece que hay veinte mil mercenarios de Wagner es en África. En ese continente, la estrategia rusa es clara: apoyar al gobierno dictatorial o instalar un dictador en el poder, siempre y cuando les deje explotar las minas de oro, de uranio, de diamantes, los yacimientos de petróleo o de gas. Con ello, se desestabiliza África y se crean flujos de inmigrantes que, a su vez, desestabilizan a Europa. ¿A quién le importa la vida humana si puede ganar ingentes sumas de dinero a la usanza de los peores imperialistas y capitalistas de la historia?

El Grupo Wagner no es un Blackwater cualquiera. No es una empresa de seguridad privada, sino que es una creación del estado ruso que necesitaba gente que hiciera el trabajo sucio, o debería decir: el trabajo más sucio. Hasta el fin de semana pasado, Putin todavía negaba toda relación con algún grupo paramilitar. Es más, hasta la semana pasada, Putin negaba la existencia del Grupo Wagner. Después de todo, según la ley de la Federación, el monopolio del poder recae en las fuerzas armadas y no permite la existencia de ejércitos paralelos.

El martes pasado, Putin reconoció que el régimen ruso había pagado al Holding Concord (construcción de por lo menos 64 empresas entre las cuales formalmente se haya el Grupo Wagner) mil millones de dólares por la actuación de los mercenarios en la guerra contra Ucrania, otros mil millones en material de guerra y mil millones más por el catering de los soldados del ejército ruso. Putin agregó que espera que Prigoshin no haya robado mucho, lo que es un gran sarcasmo considerando la altísima corrupción que impera en Rusia[6].

La semana pasada, Velina Tchakarova (desde Viena) publicó en Twitter un interesante esquema que muestra lo que ella denomina “a galaxia de Prigoshin. Esto es, el entramado de sus empresas. Los invito a ver el documento gráfico[7].

Es interesante observar que hay dos países americanos que aparecen en el mapa de Tchakarova. Uno de ellos es nada menos que Estados Unidos, donde la Galaxia prigoshiana mantiene páginas de información. O más bien de desinformación. Y Venezuela, donde se hallan los Wagner, en su calidad de compañía militar semi-estatal, como asesores políticos y como explotadores de empresas extractoras de recursos naturales[8].

Lo más infame de las páginas norteamericanas es que se hacen pasar por activistas en pro de la lucha por la “igualdad racial”[9]. Demás está decir que los trolls financiados por Prigoshin están interesados en el triunfo de Trump. Desde siempre, Trump ha sido el candidato de Rusia[10]. ¿Por qué será?

Prigoschin hacía un doble trabajo para el régimen ruso: recibía fondos del exterior para financiar la guerra contra Ucrania y recibía dinero del estado ruso por pelear y morir en la guerra. Algunos analistas aseguran que Prigoshin se rebeló porque al régimen de Putin se le habrían acabado los fondos.

La causa inmediata (o la excusa) del quasi putsch wagneriano fue la obligación de firmar un contrato y de ponerse a las órdenes del ejército ruso, esto es a las órdenes de Gerasimov y de Shoigu (este último, también dueño de un grupo paramilitar), ambos muy odiados por Prigoshin.

Me pregunto ¿qué pasará ahora con las empresas de Prigoshin? ¿Se las lleva a Bielorrusia? ¿Habrá sido este el interés de Lukashenka en que el oligarca se refugiara en su país? O ¿serán expropiadas por Putin que se quedará con ellas o las repartirá entre otros oligarcas? El viceministro de relaciones exteriores acaba de viajar a Siria para tranquilizar a Assad a quien aseguró que los mercenarios ahora dependen directamente del Kremlin.

Quién sabe… Lo único que sé es que mi próxima columna debería titularse ¿Dónde está Surovikin? Sergei Surovikin es el general favorito de Prigoshin, que estuvo algunos meses al mando de la guerra contra Ucrania y, hasta la semana pasada, era lugarteniente de Gerasimov. Hoy, detenido por haber apoyado o al menos, haber tenido conocimiento del levantamiento de los mercenarios y no haber hecho nada para impedirlo. Entre paréntesis, el general Surovikin es el responsable del bombardeo y destrucción de la ciudad de Alepo, en Siria…[11]


[1] Otrora rival de Putin, hoy su marioneta.

[2] Se puede apreciar la fastuosidad del edificio en las muchas imágenes del mismo en Google

[3] Cuando hablamos de Rusia, nos referimos a la Federación Rusa que se compone de Rusia más las repúblicas colonizadas en Asia Central que no lograron independizarse luego de la caída de la Unión Soviética en 1991.

[4] La cantidad de mercenarios rusos es limitada. Se trata de algunos miles de hombres formados por el servicio secreto militar o GRU. Por esta razón, me puedo imaginar que a Putin no le conviene dejarlos ir.

[5] Por el rapto de niños ucranianos, Putin y otros de sus personeros están acusados en la Corte penal internacional en La Haya.

[6] De acuerdo a Transparencia Internacional, hay en Europa, sólo dos países más corruptos que Ucrania, y estos son Rusia y Azerbaiyán, en Corrupción en Ucrania La corrupción es una enfermedad post soviética.

[7] @vtchakarova El tweet aquí

[8] Las relaciones entre Bielorrusia y Venezuela datan de la época en que Chávez visitó Bielorrusia y se fotografió con armas aparentemente de producción bielorrusa. Ver Lukaschenko y Venezuela

[9] Las razas no existen. Los invito a mi columna Nos guste o no, en realidad todos somos africanos

[10] Pienso que Trump es lo menos republicano que nos podamos imaginar y que “el Partido republicano fue ‘secuestrado’, primero por el tea party (una especie de secta política, racista, sexista y homofóbica) y más tarde, por lo que el mismo Trump llama simplemente “our movement”. El organizador de concursos de belleza ha logrado convertir al great old party en un club pro-Trump o en una secta, en Trump: A un año del asalto al Capitolio y la derecha chilena

[11] Como mencioné alguna vez, una compañera de colegio me insiste en que Alepo y otras ciudades sirias fueron bombardeadas y destruidas por los norteamericanos. Sin duda, otro éxito de la desinformación rusa, en El Papa y Ucrania Ver también Rusia no es potencia

Honecker a Chile

En enero, pero hace 29 años, llegaba a Chile Erich Honecker y con ello, Chile se convertía de asilo contra la opresión, como dice la canción nacional[1], en asilo para los opresores.

En noviembre de 1989, la Cámara del pueblo (sic) de la denominada República democrática alemana -que no tenía nada de democrática, ni tampoco de república- designó una comisión para investigar a Honecker acusado de corrupción y de abuso de poder. Pocos días antes, Erich había sido depuesto, en una dramática sesión del politburó. En ella, quienes propusieron su destitución se jugaban la vida, puesto que, en los regímenes del socialismo real, no se aceptaba la menor contradicción y reinaba el culto a la persona del líder máximo. El polítburó (del ruso Политбюро), cuya traducción es oficina política, era el gremio más alto del Comité central del Partido comunista del respectivo estado del Ostblock.

A comienzos de diciembre de 1989, la fiscalía nacional de la RDA[2], inició investigaciones contra Honecker y otros funcionarios del politburó por “enriquecimiento personal y dilapidación de la riqueza nacional”[3]. El 3 de diciembre, Honecker fue expulsado del Partido socialista unificado de Alemania[4], que controlaba los destinos del país desde que, después de la II Guerra, Alemania quedó dividida en dos, ya que los soviéticos se negaron a unificar el territorio por ellos controlado con las regiones occidentales. Estas últimas pasaron a formar parte del llamado Mundo libre u occidental.

Paralelamente, a principios de diciembre, la oficina de la RDA heredera de la siniestra Stasi[5] o policía de seguridad del estado socialista, abrió otra investigación contra Honecker, esta vez se lo acusaba de haber cometido delitos en sus cargos de presidente del Consejo de estado y presidente del Consejo de defensa nacional de la RDA y de haber abusado de su poder político y económico, como secretario general del comité central del Partido socialista unificado[6] y de haber abusado de sus facultades al disponer sobre fondos, como secretario general del comité central del Partido, para beneficio económico propio y de personas cercanas a él.

Duros cargos, me pregunto si estos abusos no son connaturales a un régimen en que el estado es dueño de todo, pero asegura que todo pertenece al pueblo. En tales regímenes, parece que algunos son “más pueblo” que otros. Recuerdo lo que decía Orwell en su libro “Rebelión en la granja”[7]: “todos los animales son iguales, pero hay algunos que son más iguales que otros”.

A comienzos de enero de 1990, Honecker fue sometido a una investigación de otro tipo. En el hospital La Charité, en Berlín Oriental, le fue diagnosticado cáncer al riñón. Fue operado inmediatamente, no quiero ni pensar en cuánto tiempo esperaba una operación una persona cualquiera y no el ex-líder máximo. A fines de ese mismo mes de enero, Honecker era arrestado en su habitación de La Charité y luego trasladado al hospital de la cárcel de Rummelsburg (Berlín), y puesto en libertad al día siguiente.

Erich y Margot[8] estaban libres, pero nadie quería alojarlos. El abogado Vogel apeló a los cristianos que aún quedaban en la RDA y el matrimonio de pastores, Uwe y Christine Holmer[9], los acogió en su hogar. No fue fácil para ellos, pues a diario se organizaron protestas frente a su casa y a la institución de beneficencia que Uwe dirigía. Los dos buenos cristianos eran acusados de proteger a un tirano.

Diez semanas permanecieron los Honecker en la casa de un pastor. Como detalle pintoresco: los Honecker durmieron en las habitaciones de los hijos menores de la familia. El ateo militante Honecker se refugió en el hogar de un pastor cuya iglesia había combatido muy duramente desde el poder. De los 15 hijos del matrimonio Holmer, diez no pudieron hacer el bachillerato (prueba final el colegio superior) debido a su fe[10]. La RDA no tuvo éxito, ni cumplió ninguno de los objetivos propuestos, ni las promesas de sus políticos. Pero en una de sus finalidades sí fue muy exitosa: en la erradicación de la religión cristiana de su territorio, que llevó al triunfo del ateísmo en casi toda la actual Alemania oriental[11].

Finalmente, el 3 de abril, Honecker fue trasladado al hospital militar soviétido de Beelitz. No olvidemos que en la RDA todavía quedaban tropas soviéticas y los soldados “rusos” no querían abandonar Alemania. Se aferraban sin pausa a los privilegios de que gozaban en el país más avanzado de todo el bloque oriental… Prefiero no pensar en qué estado estaba el resto. La URSS se hallaba en plena descomposición y los militares soviéticos, lo único que no querían era volver a Rusia, ni a Kazajstán, ni a Kirguistán, ni a Moldavia, ni a Bielorrusia, ni a ninguna de las 15 repúblicas soviéticas que todavía quedaban en 1990.

En octubre de 1990, el sueño de la unidad alemana se hizo realidad y, en consecuencia, el proceso penal en contra de Honecker quedó bajo la jurisdicción de la justicia de la Alemania reunificada. El 30 de noviembre, un tribunal de Berlín emitió una orden de detención en contra de Honecker debido a la orden de disparar en la frontera entre las dos alemanias, dictada primero en 1961, corroborada y reforzada en 1974.

Los alemanes orientales no podían irse de vacaciones, ni de viaje, ni a estudiar, ni a visitar parientes, ni a aprender idiomas, a ni realizar un intercambio escolar ni a Alemania occidental, ni a ningún otro país que formara parte de lo que ellos consideraban el mundo capitalista. Podían, en el mejor de los casos, hacer vacaciones en Hungría, desde donde, si muchos intentaban huir hacia los países libres. Si salían -para participar en las Olimpiadas o por otra razón, como la “ayuda al desarrollo” en países que planeaban sumar al mundo socialista- eran vigilados y dejaban parientes como prenda o garantía dentro de la RDA. Los parientes lo pasaban muy mal si a los viajeros se les ocurría permanecer en el extranjero. Pedir asilo en alguna nación occidental conducía a un castigo mayor.

Para que no escaparan del país, en 1961, la RDA había construído un muro, pero no sólo en Berlín, sino que a lo largo de toda la frontera entre las dos alemanias. Por esta razón, el ex-presidente alemán, Joachim Gauck (fue pastor luterano en la RDA) decía que los habitantes de Alemania del Este no eran ciudadanos, sino que eran reclusos ya que “los habitantes de una casa pueden entrar y salir de ella; pero los de Alemania oriental no podían entrar ni salir de su propio país. Estábamos encarcelados. Desde ese momento, comencé a hablar de reclusos o de presos”[12].

La orden de detención contra Honecker quedó en nada, ya que el ex-tirano se hallaba en un hospital soviético, bajo la protección del Kremlin y donde, más encima, le acababan de descubrir un tumor en el hígado… O, al menos, era lo que decían los médicos. El 13 de marzo de 1991, Gorbatschov ordenó trasladar al matrimonio Honecker a Moscú.

Bonn protestó, pero no logró nada, ya que el Sóviet Supremo aún no ratificaba el Tratado sobre el acuerdo final con respecto a Alemania, más conocido como Tratado Dos más Cuatro, en que Alemania recuperaba su plena soberanía de manos de las potencias aliadas. Con la entrega a la Cancillería alemana del documento que certifica la ratificación del tratado, éste entró a regir el 15 de marzo y, a partir de entonces, la presión para extraditar a los Honecker, se hizo cada vez mayor.

Desde hacía años, las relaciones entre Gorbachov y Honecker no eran buenas. Gorbi era un reformador y Honecker se había quedado en la era del stalinismo. El 25 de diciembre de 1991, el reformador fue reemplazado por Yeltsin, hasta entonces presidente de la República soviética de Rusia. Ese mismo mes de diciembre, Rusia conminó a los Honecker a abandonar el país, bajo la advertencia de ser expulsados, si no se iban “por las buenas”.

Ante la perspectiva de ser devueltos a Alemania, los Honecker decidieron refugiarse en la embajada de Chile en Moscú. Margot cuenta que Corea del Norte y Siria les habían ofrecido asilo… Los Assad (el papá[13] del actual presidente de Siria por la gracia de Putin) era ya un vasallo de Moscú. El embajador de Chile en la URSS era nada menos que Clodomiro Almeyda, político socialista chileno, descendiente de la clase alta de nuestro país y cuya memoria de grado se titulaba “Hacia una teoría marxista del Estado”. Don Cloro había sido ministro del Exterior y de Defensa de la Unidad Popular.

El gobierno alemán declaró, con mucha razón “si Rusia y Chile quieren seguir con su pretensión de ser estados de derecho, Honecker tiene que ser extraditado a la República Federal de Alemania, donde tiene una orden de arresto en su contra”. El embajador alemán Klaus Blech aclaró que “el traslado ilegal del señor Honecker viola (…) el derecho internacional, porque permite evadir el procesamiento penal de una persona buscada por orden de arresto por incitar a múltiples asesinatos”[14].

Entre tanto, en Moscú, se dió a conocer que el supuesto tumor de Honecker había sido una farsa o, por lo menos, una falsa alarma. Un grupo de médicos rusos protestó ante el parlamento por la manipulación del diagnóstico realizada en uno o más hospitales militares. Almeyda fue citado a Chile, se lo acusaba de haber tratado de sacar a Honecker de Moscú a través de una triquiñuela, concretamente con informes médicos falsos. Finalmente, tuvo que abandonar su puesto diplomático (prefiero no escribir que fue destituido). De vuelta en Chile, continuó defendiendo a Honecker y justificándolo.

En julio de 1992, Honecker voló en un avión de Aeroflot a Berlín, donde fue encarcelado directamente después de aterrizar. Margot siguió inmediatamente su viaje a Chile, antes de que la acusaran a ella… Razones había muchas. El tema de las adopciones ilegales, por ej., donde se quitaba los niños a los disidentes para que fueran educados en familias socialistas.

El proceso principal contra Erich Honecker se inició en octubre de 1992, acusado de 56 muertes. Un segundo juicio empezó en noviembre de ese año, por otros doce asesinatos. Si lo condenaban -lo que era más o menos seguro- sería por lo menos a quince años de prisión[15]. En otras palabras, el viejo Honecker no abandonaría vivo la cárcel. En noviembre, se abrió el caso por delitos económicos en su contra.

En agosto de 1992, se le diagnosticó nuevamente cáncer al riñón. En 1990, no se habría extirpado todo el tumor. Los médicos alemanes tampoco son perfectos. Los abogados de Honecker solicitaron que se absolviera a su cliente por estar enfermo de muerte y tener una esperanza de vida menor a los dos años que duraría el proceso en su contra. La solicitud fue rechazada por el tribunal el 21 de diciembre de 1992. Había que hacer justicia.

Los abogados recurrieron al tribunal superior, quien les dió la razón, ya que Honecker no sobreviviría al proceso, lo que haría innecesario seguir con él; sin embargo este tribunal superior se veía imposibilitado de sobreseer a Honecker. Los abogados recurrieron a la Corte constitucional de Berlín, que corroboró que Honecker no sobreviviría el proceso, ya que, de acuerdo a los informes médicos, estaba enfermo de muerte.

Luego de 169 días de prisión, en enero de 1993, Honecker era puesto en libertad. Poco después, subía a un avión, se tomaba hermosas foto$ $onriente en primera cla$e de la Lufthansa y descendía en Santiago, sonriendo y levantando triunfante el brazo. En la capital chilena, era recibido por fanáticos y fanáticas del socialismo real. Gente que ya entonces vivía en el pasado…

El 17 de abril de 1993, Honecker discurseaba en Santiago (entonces capital del capitalismo en Latinoamérica) en su acostumbrado lenguaje socialista patético: “el socialismo es lo contrario de lo que tenemos ahora en Alemania”[16]. Sí, gracias a Dios, el sistema político y económico alemán actual se halla en las antípodas del socialismo, tanto del nacional socialismo, como del socialismo real o marxista. Y esperamos que sea así por muchos años más…


[1] El coro del himno nacional de Chile dice: “Dulce patria, recibe los votos, con que Chile en tus aras juró. Que o la tumba serás de los libres, o el asilo contra la opresión”.

[2] Abreviatura de República democrática alemana.

[3] Wikipedia en alemán informa de manera muy completa y objetiva sobre la vida de Erich Honecker Recomiendo su lectura. Tomé gran parte de la información, sobre todo, las fechas exactas, del artículo enlazado.

[4] Honecker se incorporó después al Partido Comunista alemán, fundado en 1990, del cual fue miembro hasta su muerte. Siendo joven, ya había sido miembro del Partido comunista de la época, al que ingresó en 1930.

[5] Ministerium für Staatssicherheit (MfS), también Staatssicherheitsdienst o Stasi era el llamado Ministerio para la Seguridad del Estado.

[6] Conocido como SED, Sozialistische Einheitspartei Deutschlands cuya traducción es Partido Socialista Unificado de Alemania.

[7] Recomiendo su lectura. La granja es la Unión Soviética. Los cerdos son los stalinistas y el resto de los animales es el pueblo. La graphic novel que leí el verano pasado en instagram 

[8] Margot es la tercera cónyuge de Erich. La primera había muerto, de la segunda se había divorciado. Honecker aseguraba que su primer y gran amor era la Unión Soviética. ¿Puede haber más fanatismo?

[9] Uwe Holmer

[10] Cfr. Ostergrüße von Margot Honecker Späte Ehre für Pfarrer Uwe Holmer

[11] En verde, las regiones de Alemania sin confesión

[12] «El poder tiene un sabor desagradable». Joachim Gauck, activista por los derechos humanos

[13] Hafiz al-Assad o Hafis el Assad.

[14] Strafverfolgung und Flucht nach Moskau, en Wikipedia.

[15] Erich Honecker – das Ende

[16] “Sozialismus ist das Gegenteil von dem, was wir jetzt in Deutschland haben. Sodass ich sagen möchte, dass unsere schönen Erinnerungen an die DDR viel aussagen von dem Entwurf einer neuen, gerechten Gesellschaft. Und dieser Sache wollen wir für immer treu bleiben”, cita en Erich Honecker – das Ende La traducción: “El socialismo es lo contrario de lo que tenemos ahora en Alemania. Así que me gustaría decir que nuestros buenos recuerdos de la RDA dicen mucho sobre el diseño de una sociedad nueva y justa. Queremos permanecer fieles a esta causa para siempre”.