El nuevo imperialismo ruso y Carl Schmitt

Esta semana, Moscú propuso a los Estados Unidos, “conversar” y llegar a un acuerdo sobre Ucrania. Me pregunto si los agentes de la KGB actualmente en el poder no pensaron que esa es una cuestión que debe ser resuelta por Ucrania. Hay que considerar que, desde un comienzo, Putin se rehusó a hablar con el presidente ucraniano. Después de los crímenes de guerra de Butscha, Zelensky no hizo más intentos de “conversar” con el aprendiz de zar.

Putin -que se pasó la pandemia encerrado leyendo libros de historia de nivel escolar- cree que los que toman las decisiones son los imperios y no los países. No es Ucrania quien debe decidir, sino el gran imperio ruso y la otra superpotencia: los Estados Unidos.

Lo que Putin y su camarilla no han captado es que el mundo ya no es bipolar como en la época de la Guerra Fría. (Aunque personalidades bipolares abundan en la política). Parece que tampoco se han dado cuenta que Rusia no es una potencia, ni menos una superpotencia. Obama tenía toda la razón al referirse a Rusia como una potencia regional, lo que en ese entonces, provocó la ira de Putin.

Putin y sus secuaces son prisioneros de un pensamiento imperial absolutamente arcaico. Alexander Dugin -conocido durante décadas como “el ideólogo del Kremlin”- es un gran admirador de Carl Schmitt (el jurista estrella del Tercer Reich[1]) y también de  Karl Haushofer[2], otro precursor del nacionalsocialismo. En este mundo paralelo en que vive la dirigencia rusa, “el derecho de los estados nacionales habría sido reemplazado por un derecho de las potencias, encargadas de decidir acerca del destino de un sinnúmero de países, de protectorados y de ex-países”[3].

En consecuencia, no hay que conversar con Ucrania, ya que sólo las “potencias” deciden acerca de las fronteras de los pequeños estados que forman parte de su supuesto imperio, zona de influencia o “gran espacio” para hablar con Carl Schmitt.

Es más, para Putin, Lavrov, Dugin, Medvedev y muchos otros, Ucrania ni siquiera existe, es sólo una parte de Rusia. Para la ideología o mentalidad imperialista, sólo existen los imperios: el espacio entre ellos puede ser repartido a su antojo. Recordemos no más el Pacto entre Hitler y Stalin[4] en que ambos tiranos se repartieron Europa. No hay nada intermedio que pueda tener vida propia, menos que nada, los estados nacionales.

En la historia, muchos estados nacionales nacieron al desmembrarse los antiguos imperios. Sin embargo, supongo que a ningún presidente de Austria se le ocurriría exigir que Eslovaquia, Eslovenia o parte de Rumania o de Polonia fueran anexados por Viena. Ni a Suecia, anexar Estonia, Finlandia o el Norte de Alemania. Pero claro, hay gente que vive aún en el siglo 17[5].

A propósito de imperios del pasado, para Schmitt, el “gran espacio” o Großraum que configura el territorio de un imperio (Schmitt no habla de imperios, sino de reinos; pero, en definitiva, viene a ser lo mismo) debe estar “conectado”, esto es, unido territorialmente. Así como Ucrania y Bielorrusia están “conectadas” con Rusia, la tierra madre o la “madrecita Rusia”, como le llaman.

La Rusia de Putin no es un imperio del tipo Gran Bretaña, ni siquiera del tipo soviético, con territorios y colonias mercantiles o ideológicas en todo el mundo. En la ideología actual rusa, los territorios deben estar conectados territorialmente con la metrópoli, esto es, con Rusia.

Lo anterior, sin perjuicio de que se puedan ir conectando cada vez más territorios, a medida que avanza la expansión imperial. La Rusia de Putin es claramente expansionista. Hace un par de días, un político ruso dirigente de una de las provincias anexionadas por Rusia, aseguró que pronto existirá la “república de Francia, integrante de la Federación rusa” y que también serán recibidos los territorios de Alemania que quisieran unirse a la Federación. La Federación es el nombre del nuevo imperio.

En la teoría de Carl Schmitt, de Dugin y de Putin & Co., “los estados no tienen en absoluto derecho a la libre determinación”. Podemos olvidarnos de la Carta de las Naciones Unidas. Como hace ver Bernd Rüthers, uno de los grandes conocedores del pensamiento de Schmitt, “la filosofía de los grandes espacios en el derecho internacional es exactamente lo contrario a la autodeterminación de los pueblos”[6].

Generalmente, los imperios no entienden cuáles son sus límites. En otras palabras, no se dan cuenta de que tienen límites. Antiguamente, los imperios pretendían conquistar todo el mundo conocido. Así como Alejandro Magno o el Imperio Romano. Hasta cierto punto, es lo que pasa actualmente con el Imperio ruso, que es un poco como el imperio de los zares y otro poco como el imperio soviético. O tal vez, una insana mezcla de ambos.

La respuesta de los Estados Unidos a la proposición rusa fue lógicamente: “tenemos que hablar con Zelensky. No podemos tomar decisiones por Ucrania”. Ucrania es un país libre e independiente y queremos que lo siga siendo. Es un estado-nación que se formó al final de la I Guerra, luego de la caída de los imperios zarista y austro-húngaro[7] y de la desmembración del segundo. Sólo la deletérea fuerza del ejército rojo y de la represión inmisericorde de Trotski y luego de Stalin, incluyendo la horrible hambruna conocida como Holodomor[8], lograron frenar su vuelo independentista. Así, Ucrania fue virtualmente congelada durante años como una “república soviética”, hasta que, luego de la caída y desmembración de la UdRSS, finalmente se liberó del yugo imperial.

Quienes estamos a favor de la libertad, del derecho internacional y de la autodeterminación de los pueblos, apoyamos a Ucrania.


[1] CARL SCHMITT, DER KRONJURIST DES III. REICHES. Waldemar Gurian, “Deutsche Briefe” Nr. 4, Luzern, 26. Oktober 1934 Waldemar Gurian fue el primer autor que le dió esta denominación. Invito a leer ¿Fue Carl Schmitt un nazi?

[2] “Haushofer es uno de los cuatro autores principales en que se basaron los nazis para elaborar su teoría del Lebensraum o espacio vital. Los otros son Friedrich Ratzel, Alfred Rosenberg y el propio Carl Schmitt”, El nuevo orden en el derecho internacional, según Carl Schmitt

[3] El nuevo orden en el derecho internacional, según Carl Schmitt

[4] Hitler, Stalin y el inicio de la II Guerra

[5] Putin llega con 200 años de retraso

[6] El nuevo orden en el derecho internacional, según Carl Schmitt

[7] “Efectivamente, los ucranianos habían obtenido su independencia y soberanía después de la I Guerra Mundial y no querían entregarla a una banda de asesinos en torno a Stalin. Trotsky había sometido a Ucrania en 1922 por la fuerza de las armas del Ejército Rojo”, La guerra del hambre o el hambre como arma

[8] De mi amigo Taras que actualmente lucha en la guerra, defendiendo a su país, invito a leer Ucrania: Holodomor El original en inglés: Remember the Holodomor, Don’t Let History Repeat Itself!

Putin llega con 200 años de retraso

Putin llega con 500, 200 o, en el mejor de los casos, con 80 años de retraso. Muchos lo comparan con Iván el Terrible, con Catalina la Grande o simplemente con Stalin. Catalina era una princesa alemana, hija de un general prusiano (y príncipe de Anhalt). Una mujer muy culta, amante de la música, de los hombres y del poder. Llevó a cabo una gran reforma administrativa, propia del absolutismo ilustrado. Tuvo más de veinte amantes y cinco hijos, dos del zar y tres de uno de sus amantes[1].

Como ningún otro zar antes que ella, Catalina expandió el territorio ruso, convirtiéndolo en el Imperio de los Zares (la palabra zar viene de césar). Entre otras cosas, fue ella quién ocupó Crimea en 1783, y parte del sur de Ucrania, que pasó a denominar “Nueva Rusia”, denominación que ha vuelto a ponerse de moda en el reino de Putin. Entre 1787 y 1792, Catalina y sus generales lograron expandir su territorio hacia el Mar Negro. Mediante su proyecto conocido como el “plan griego”, pretendía crear una “nueva Bizancio” bajo dominación rusa. Proyecto que fracasó debido a la oposición de Austria.

La princesa alemana, convertida en zarina, participó en la llamada “tercera partición de Polonia”, que significó agregar un millón de kilómetros cuadrados a su Imperio. Gracias a Dios, en el transcurso de la historia, Polonia pudo recuperar su calidad de estado y luego de muchas particiones, ocupaciones, invasiones e intentos de aniquilar la cultura, la lengua y, en definitiva, la nación polaca, por ej., por parte del nacional socialismo.

Catalina la Grande es un personaje admirado y alabado, su imagen histórica fue capaz de inspirar incluso a la ex-canciller Merkel. Sí, hace doscientos años, los conquistadores -en este caso, una conquistadora- era admirada y podía convertirse en inspiración para futuros políticos. La fuerza de las armas arrasaba con toda resistencia y obligaba a pueblos, a naciones o a etnias, a aceptar el dominio extranjero, que significaba pagar impuestos al zar, contribuir militarmente con él en sus empresas bélicas y someterse a su influencia cultural, lo que implicaba aceptar su derecho y sus costumbres e incluso, adoptar su religión.

Los nuevos territorios conquistados por la fuerza de las armas, pasaban a ser parte del Imperio. O, si conservaban una relativa autonomía, integraban el ámbito de su hegemonía. En definitiva, no eran realmente soberanos, no podían tomar libremente sus decisiones, sin consulta o autorización del hegemón. Menos aún firmar alianzas con otros estados… Eran estados vasallos.

La Unión Soviética, no en vano sucesora del Reino de Catalina, continuó la costumbre ancestral y la perfeccionó. Especialmente Stalin fue un excelente alumno de la política expansionista de los zares. El georgiano Dschughaschwili (que comenzó su carrera como delincuente, lo que le ha valido más de un podcast de true crime[2]), expandió su zona de hegemonía, de influencia y de dominio a la mitad de Europa, concretamente a toda Europa Oriental. Evidentemente, a ello contribuyó otro delincuente, Adolf Hitler, con el que Josef Stalin marchó conjuntamente durante sus primero años[3].

La URSS puso a los países que se iban sumando a su bloque -no sólo en Europa, sino en el mundo entero- bajo una especie de curatela de la que no podían salir. De partida, porque creían que el proceso histórico descrito en la filosofía del materialismo dialéctico era irreversible[4]. Los estados que pasaban a formar parte del mundo comunista, no podían abandonarlo y estaban sometidos para siempre a un derecho a veto y a la intervención si era necesaria, como vimos en Checoslovaquia, en Hungría, en Polonia y en la RDA (1957). El mundo queda así dividido en zonas de influencia y de hegemonía. Un concepto muy schmittiano, pero claro Carl Schmitt[5] no sólo influye sobremanera en la extrema derecha, sino también en la extrema izquierda.

Stalin y sus sucesores usaron la ideología del marxismo-leninismo como vehículo de dominación al servicio de su imperialismo. El imperialismo, que la propaganda comunista tanto criticaba, era tan sólo deplorable, en tanto no fuera su propio imperialismo. En su cerrazón ideológica y totalitaria, el imperialismo sólo podía ser capitalista. Cuando la URSS invadía un país y se apropiaba de él, instalaba un gobierno marioneta. Pero los jerarcas comunistas no lo llamaban imperialismo, sino liberación de las clases trabajadoras, del pueblo o recurrían a slogans similares.

Putin sostuvo, esta semana, que Rusia liberaría a Ucrania (como habría hecho antes con su estado vasallo Bielorrusia) de los fascistas que se habrían apoderado del gobierno en Kiev y tendrían oprimido al pueblo. Los ucranianos no sólo serían fascistas, sino también drogadictos. Aseguró que Ucrania se hallaba desde hace años en una guerra civil. Qué raro, yo pensé que el pueblo ucraniano había elegido ya varios presidentes[6] desde el triunfo del movimiento del Maidán y desde que el último presidente que se puede considerar marioneta de Moscú, huyó desde su palacio construido con dineros malversados, en un helicóptero, a Rostov del Don (Rusia).

Ucrania será desmilitarizada, anunció Putin. Lo que necesariamente significa que el ejército ruso destruirá al ucraniano. Esto tiene un solo nombre: guerra. Es difícil para Putin justificar una guerra frente al pueblo hermano de Ucrania, de manera que tiene que buscar “razones” para ello. En Ucrania, tendría lugar un genocidio organizado por viejos nazis. Esta es la manera de intentar explicar ante el propio pueblo ruso, la invasión y la guerra contra Ucrania. Entre paréntesis, no hay que olvidar que, después de la II Guerra Mundial, la URSS tardó cerca de diez años en vencer a los partisanos y otros patriotas ucranianos que se resistían a quedar bajo el dominio de Moscú. Esta circunstancia quedó marcada en el alma soviética de Putin.

Friedrich Merz (el actual jefe de la democracia cristiana alemana y eterno rival de Merkel[7]) explica que lo que Putin teme realmente es la democracia. Por eso, primero somete a Bielorrusia -y a su eterno enemigo, Lukaschenko[8]– y después, se atreve con Ucrania. Lo que Putin más teme es un Maidán en la propia Federación Rusa, según Merz y creo que tiene razón. De ahí sus diatribas en contra de las llamadas revoluciones de colores.

Asimismo, Putin aseguró que no existe una nacionalidad ucraniana: la nación ucraniana no sería una nación. Los ucranianos y ucranianas serían rusos. De manera que el estado ucraniano no existiría. Yo presumo que Putin anexará las provincias del Este de Ucrania a Rusia, como parte de la catalinesca “Nueva Rusia” o Novorossiya. Y, si queda algo así como un tórax residual, el Kremlin recurrirá al viejo truco de instalar un gobierno marioneta. En el mejor de los casos, transformará a Ucrania en un estado vasallo, cuya primera medida sería aceptar la anexión de Crimea por parte de Rusia.

Hace algunos años, un amigo argentino me envió un artículo anti-norteamericano, en que el autor sostenía que, al llegar a su ocaso, los imperios empiezan a realizar acciones sin sentido e impensadas. Mi amigo pensaba que era el caso de los Estados Unidos. Pienso que puede ser cierto que un imperio en desmembramiento[9], en desaparición, se comporte de esa manera y comience a dar palos al aire como loco, a uno y a otro lado, sin ver, ni pensar, ni sentir, ni escuchar. Pero no es el caso de los EEUU sino que es claramente, el caso de Rusia de Putin[10].

Putin tiene 70 años y está en el poder ininterrumpidamente desde 1999. Es un ex-oficial de (des)información de la KGB. Es un loser que ha llegado muy lejos en todo sentido. Divorciado oficialmente desde el año 2014, casi no tiene contacto con sus hijas[11]. Vive solo, aislado del mundo real. ¿Cómo podía ser de otra forma? Es el destino de los autócratas.

Putin no tiene contacto con nadie, tampoco tiene amigos. Vive solo en una fortaleza de la que no sale hace años y si tiene que ir a alguna conferencia internacional (la última importante fue el G20 en Australia el 2016 que Putin abandonó antes de su término), lleva hasta su propia comida por miedo a que lo envenenen. Duerme toda la mañana, se levanta al mediodía y antes de empezar a trabajar, nada solo en su piscina particular. Almuerza solo y únicamente alimentos que han sido previamente probados por otras personas. Su única alegría y sus únicos amigos son sus perros[12], según él mismo ha declarado.

Cualquier hombre que pase años viviendo así, seguro que se vuelve loco.


[1] Pienso que Merkel sacó el retrato de Catalina que tenía colgando en su oficina, debido a que podía ser malinterpretado.

[2] Durante la época de corona y debido a shutdowns y a lock downs, todos hemos comenzado a escuchar podcast. Especialmente los podcast de temas policiales “verdaderos”, esto es los “true crime”, han ganado en calidad y por tanto en popularidad. Hasta donde puedo apreciar, esta moda se ha expandido desde EEUU por todo el mundo. Sorry, no desde Rusia. EEUU sigue marcando el paso.

[3] Ver mi columna Hitler, Stalin y el inicio de la II Guerra

[4] Mi columna Lenin y el estado opresor, represivo y explotador

[5] Ver, sobre todo, el concepto de Großraum, en mi columna El nuevo orden en el derecho internacional, según Carl Schmitt

[6] El servidor del pueblo, el nuevo presidente de Ucrania

[7] En una democracia, tenemos rivales; pero ni ellos nos matan. ni nosotros los asesinamos.

[8] Hay algunos artículos sobre él en este blog, los encuentran aquí: Lukaschenko

[9] El desmembramiento de la URSS tuvo lugar oficialmente y desde el punto de vista del derecho internacional, en 1991.

[10] No podemos olvidar que Putin no es Rusia y Rusia no es Putin. Prefiero la Rusia de Rachmaninov, de Solzhenitsyn, de Maria Yudina o de Anna Politkovskaya que a la de Putin, Lavrov o Shogun.

[11] Se supone que tiene un hijo o hija de una relación extra-matrimonial, que nació hace unos pocos años en Suiza, me pregunto, por qué no en Moscú o en San Petersburgo.

[12] Con sus perros, Putin provocaba el miedo de Merkel, a la que quería obligar a tomar las decisiones que él le proponía.

Las teorías de la conspiración surgen y se desarrollan en los extremos políticos

Esta semana, me gustaría compartir con uds. los resultados de un estudio[1] de la Universidad de Mainz acerca de un tema muy actual: las llamadas teoría de la conspiración. Su principal conclusión es que las conspiranoias florecen en los extremos del espectro político, esto es, entre los partidarios de la extrema derecha y de la extrema izquierda. Lo que no es una gran novedad para nadie que observe la realidad política mundial. Y en un mundo globalizado, la realidad mundial tiene gran influencia en la realidad política nacional.

Teorías de la conspiración han existido siempre en la historia; pero tal vez, hoy las miramos a través de un lente de aumento, debido a su influencia frente al tema de la pandemia del coronavirus, en torno al cual, han surgido las ideas más descabelladas, como también en relación con el tema vacuna contra el covid. Puedo decir, sin temor a exagerar, que hoy sufrimos no sólo una pandemia de SARS-CoV-2, sino también de conspiranoia.

El estudio en comento señala que “las teorías de la conspiración pueden ser definidas como la creencia de que un grupo de actores se confabulan en secreto para alcanzar un objetivo malévolo”. Tales teorías “son comunes en todas las épocas, culturas y poblaciones”[2].

Aunque el estudio emplea el término tradicional “teoría de la conspiración” (conspiracy theory) hoy en día, se prefiere emplear los conceptos más apropiados de mito o ideología de conspiración. Ello, debido a que una teoría es un concepto científico, es un sistema de afirmaciones con base científica que explica la realidad y las leyes que la rigen y hace pronósticos sobre lo que ocurrirá en el futuro. Por el contrario, un mito conspirativo no explica la realidad sino que apela a una creencia que yo calificaría como supersticiosa. Pocas cosas hay más alejadas de la realidad que una ideología conspirativa.

La conclusión más importante y más comentada de Conspiracy mentality and political orientation across 26 countries es que “las personas en ambos extremos políticos respaldan las teorías de la conspiración con más fuerza que las personas en el centro político”[3]. En otras palabras, la gente que más cree en mitos conspiranoicos se halla tanto en la extrema derecha como en la extrema izquierda. ¿Le puede extrañar esto a alguien?

El estudio se refiere a una “función en forma de U en todo el espectro político”[4]. Esto quiere decir que, si la barra vertical de un gráfico representa la conspiranoia y la horizontal, la corriente política, de izquierda a derecha, la línea formada de acuerdo a la función matemática tiene forma de una letra U[5].

En este sentido, “los movimientos políticos extremos tanto de izquierda como de derecha comparten un conjunto de características comunes, que incluye una tendencia pronunciada a desconfiar y rechazar grupos e ideas que difieren de los suyos”[6]. Es lo que tradicionalmente llamamos sectarismo.

Luego viene una explicación magistral que deja muy claro cuál es el comportamiento que sigue a una ideología conspiranoica: “Los extremos de izquierda y derecha comparten una visión del mundo que se centra en la demonización maniquea de los grupos ideológicos externos, los que se representan no solo como incorrectos sino también como inmorales y peligrosos”[7]. El maniqueísmo es una vieja doctrina de la Antigüedad, según la cual, el universo está regido por dos principios: uno bueno y otro malo. Fue fundada por el persa Mani en el siglo III. Fuertemente influida por la gnosis.

De acuerdo a los maniqueos de antaño y de hoy día, el mundo se divide entre buenos y malos, o deberíamos decir entre los completamente buenos y los completamente malos. Evidentemente que los maniqueos siempre pensaron que ellos eran los buenos. Al igual que hoy, los conspiranoicos creen religiosamente que ellos se hallan del lado del bien y todos los demás, nos encontramos en el sector equivocado.

“Las teorías de la conspiración representan a los grupos externos como malvados y están asociadas a puntos de vista maniqueos de la historia, entendida como una lucha entre las fuerzas del bien y del mal que compiten por el control de la sociedad”[8]. Pienso en Carl Schmitt y en sus ideas sobre el enemigo. El 2017, escribía acerca de una “mentalidad arcaica que divide a las personas entre amigos y enemigos, una mentalidad que se extiende por todo el pensamiento schmittiano, y ha traído y sigue trayendo, grandes males a las relaciones internacionales, a la política interna de un país o de una región del mundo. Y, me atrevería a decir, que también a las relaciones interpersonales”[9]. Con Jutta Burggraf pienso que las cosas no son ni blancas, ni negras, sino más bien grises, como los burros.

En cuanto a la relación conspiración-autoritarismo, el estudio concluye lo siguiente: “Se presenta una especie de simetría del autoritarismo, ya que se observan puntos de vista autoritarios en los que no se tolera la disidencia tanto en la extrema derecha como en la extrema izquierda. Ambas posiciones extremas muestran una afinidad con la creencia en las soluciones simples, que también están asociadas con creencias conspirativas. Esta explicación de la cosmovisión sugiere que la relación curvilínea en la que la mentalidad de conspiración se asocia con la ideología política extrema (de izquierda o de derecha) es más o menos universal en todos los contextos nacionales. De hecho, a lo largo del tiempo y de las culturas, las teorías de la conspiración son comunes en el discurso de los grupos marginales extremistas independientes de la ideología (extrema izquierda, extrema derecha, fundamentalismo religioso y anti-tecnología)”[10].

El autoritarismo está presente tanto en la extrema izquierda como en la extrema derecha. A esto se denomina simetría del autoritarismo. El autoritarismo y las soluciones simples a cuestiones difíciles se presuponen mutuamente y están íntimamente relacionadas con las ideologías de la conspiración. Es interesante que el estudio mencione cuatro tipos de conspiranoias: las de los extremos políticos a las que me refiero en esta columna, la del fundamentalismo religioso[11] y la de las personas que rechazan la tecnología moderna.

Mientras menos social y menos igualitaria, mientras más autoritaria y más populista, la extrema derecha será más conspiranoica. La extrema izquierda, mientras más social, ecológica y liberal, será menos conspiranoica. Sin embargo, mientras más autoritaria y populista sea la extrema izquierda, más conspiranoica[12]. A mi modo de ver, la ultra izquierda latinoamericana y gran parte de la sudeuropea cae dentro de estas últimas coordenadas.

Asimismo, el populismo y las creencias conspirativas van de la mano, ya que “las teorías de la conspiración están intrínsecamente relacionadas con la retórica de los líderes políticos populistas que, a su vez, explotan en su favor las teorías de la conspiración por motivos estratégicos”[13]. En otras palabras, los caudillos populistas utilizan los mitos de conspiración para ganar votos. Incentivan y promueven este tipo de pensamiento en favor de sus propios intereses políticos. No sé por qué pienso en Orbán, Trump, Putin, Maduro, Lukaschenka[14], Bolsonaro o en Kim Jong Un.

Un factor que lleva a creer en una teoría de la conspiración es “creer en otra teoría de la conspiración”[15]. Esto es lo que  el estudio denomina “mentalidad de conspiración” (conspiracy mentality o conspiracy mindset[16]). Hay personas que muestran una predisposición a explicarlo todo recurriendo a una conspiración. Me parece que los mitos conspiranoicos van agarrándose unos a otros, formando una especie de cadena de la conspiración lamentablemente muy difícil de romper. La gente se va metiendo en un laberinto conspiranoico del que no puede salir. Es curioso, pero, en nuestra sociedad, hay demasiada gente que no cree en Dios; pero que cree en cualquier cosa.

“Aunque, en general, la mentalidad de conspiración es una disposición relativamente estable, los eventos políticos y la retórica de las élites políticas pueden impulsar el respaldo de tales visiones del mundo y afectar el curso o la dirección de las creencias conspirativas”[17]. A propósito de élites, cuando la conspiración se dirige en contra de la élite, contra “los de arriba”, la “retórica anti-élite permanece incólume incluso cuando los propios adherentes al mito anti élite personifican ellos mismos esa misma élite[18]. Trump es el mejor ejemplo reciente de ello. Al igual que los gobiernos marxistas del antiguo socialismo real.

De acuerdo al estudio, se “observa un mayor apoyo a la mentalidad de conspiración entre los votantes de los partidos de oposición (esto es, entre aquellos privados de control político)”[19], cuando “el partido político propio queda excluido del gobierno”[20]. De manera que existe otra razón, independiente del contenido de la cosmovisión conspiranoica, para adherir a una ideología conspirativa y es la reacción a la falta de control político”[21], consecuencia de ser partidario de un partido opositor.

“La privación del control político puede ser el resultado de haber perdido una o más elecciones, de modo que los valores políticos propios no estén representados por los partidos en el gobierno”[22]. Por otra parte, “si las personas se sienten excluidas del poder, están más motivadas a respaldar creencias que deslegitiman a las autoridades en ejercicio como también los resultados del proceso político. (…) los adherentes a los partidos extremos pueden respaldar las teorías de la conspiración, por no estar representadas en las decisiones gubernamentales”[23].

Pero también hay otra explicación posible: los extremos políticos y sus ideologías basadas en mitos de conspiración son poco atractivos para la mayoría de la población que, normalmente se halla en el centro político. Por lo general, la mayoría de la gente de un país medianamente desarrollado es lo suficientemente cuerda como para no caer en trampas conspiranoicas[24]. Sin embargo, el comportamiento contrario, también es posible: “la creencia de los ciudadanos en las teorías de la conspiración determina el comportamiento y las intenciones de voto y la acción política”[25]. Y bien puede llevarlos a votar por partidos extremos.

Así pues “aquellos individuos atraídos por las teorías de la conspiración también tendrán una tendencia a votar por partidos que pierden las elecciones”[26]. No queda claro cuál es la causa y cuál es el efecto o si ambas circunstancias se retroalimentan, que es lo que me parece más probable. En este mismo sentido, el estudio hace ver que existe una mentalidad de conspiración aún mayor en los extremos políticos, independiente de si está en la oposición o del nivel de educación[27].

Por último, el estudio de la Universidad de Mainz reconoce que, “aunque no ha sido el enfoque de la presente investigación, nuestros datos también apoyan la existencia de una mentalidad de conspiración mayor entre las personas con menor nivel de educación. La baja educación formal se asocia con la creencia en soluciones simples, así como con un sentimiento de carecer de control[28], lo que impulsa la tendencia a creer en teorías de conspiración”[29].

Seguiremos comentando el estudio aquí: El maniqueísmo en los extremos políticos y ¿Qué es el continuo político? y tal vez, aquí.


[1] Strictu sensu, son dos estudios y un análisis; pero voy a hablar de un estudio.

[2] Conspiracy mentality and political orientation across 26 countries, pág. 1.

[3] Conspiracy…, págs. 1 y 2. En adelante, citaré sólo la página.

[4] U-shaped function y a U-shaped relation es mencionado varias veces, en las páginas 2, 4, 5, 6, y 9.

[5] En una columna anterior, El extremismo en la teoría de la herradura o de la U, me referí al tema, relacionando la extrema derecha con el extremismo islámico.

[6] Pág. 2.

[7] pág. 2.

[8] pág. 2.

[9] El Nuevo Orden según Carl Schmitt

[10] pág. 2.

[11] Invito a leer mi distopía La ley que prohíbe la religión

[12] Cfr. pág. 6.

[13] pág. 1.

[14] Invito a leer mi columna Lukaschenko y Venezuela

[15] pág. 1.

[16] pág. 1.

[17] pág. 8.

[18] Cfr. pág. 9.

[19] pág. 1.

[20] pág. 3.

[21] pág. 2.

[22] pág. 2.

[23] pág. 2.

[24] “La privación de control político hace pensar que la relación entre la orientación política extrema y la mentalidad de conspiración podría surgir porque las personas con opiniones políticas más extremas se encuentran representadas con menos frecuencia en el gobierno”, pág. 4.

[25] pág. 1.

[26] Conspiracy mentality around the globe tends to be particularly pronounced on the political fringes

[27] Cfr. pág. 5.

[28] Esa gente que te dice que es sólo “carne de cañón”, en política.

[29] pág. 8.

Los derechos humanos frente al etnopluralismo

El etnopluralismo niega la validez universal de los derechos humanos fundamentales[1]. Reconocer y garantizar los derechos humanos sería algo que el estado nacional sólo puede garantizar a sus propios ciudadanos, a sus propios nacionales y no a los extranjeros. El derecho no sería  más que una creación cultural y, como tal, parte de una determinada cultura.

Los extranjeros provienen de otras culturas que tienen su propio derecho. Este “derecho propio” es algo que un extranjero lleva siempre consigo cuando -por alguna razón y por un tiempo- se traslada a vivir a otro país. En consecuencia, el derecho -incluídos los derechos fundamentales- no serían igual para todos, sino que estarían sujetos al origen de la persona que determinaría su estatuto jurídico.

En el fondo, volvemos a una suerte de derecho estatutario. De un “estatuto personal” (del que escuché hablar en otro tiempo y en otro lugar[2] y que pensaba que ya estaba superado en y por la historia. Denominaría a sus propugnadorea historiadores diletantes, que poco y nada sabían de Derecho. Planteaban la existencia de un supuesto estatuto personal que acompañaría a la persona sujeto donde quiera que ésta se encontrara.

Armin Pfahl-Traughber[3] explica que, para los etnopluralistas, el concepto de pueblo no se entiende en sentido político, sino sólo en sentido étnico[4]. Racial diría yo… organicista, colectivista y profundamente anti-individualista y anti-liberal. El hombre sólo existiría como parte de un todo organíco. Estamos pues ante un nuevo organicismo. Colectivismo le llama Pfahl-Traughber, ya que el individuo valdría algo sólo en cuanto es parte del colectivo. Por tanto, es lógico que no es el hombre -o la mujer- sujeto de derechos, sino el pueblo al que pertenecen.

O, desde un punto de vista “más metafísico”: el pueblo es el único “sujeto de la historia y que lucha por su autodeterminación”[5]. Para el etnopluralismo, el pueblo es el sujeto de derechos y no la persona individual. Para ellos, no existe el individuo, sino sólo el pueblo, el pueblo en que él nació[6]. Para mí, una persona vale no porque pertenezca a un grupo, sino que vale en sí misma.

Sí, el etnopluralismo desprecia el individualismo. Con esto, me temo que gana muchos puntos en nuestra sociedad, siempre dispuesta a criticarlo; pero, en realidad, sumamente individualista. Peor aún: la persona humana pierde su valor en sí y los hombres tienen tan sólo el mérito que les da el ser miembros del grupo étnico[7]. Como dice Schopenhauer: “la especie más barata de orgullo es el orgullo nacional: de aquel al que faltan cualidades individuales de las que podría estar orgulloso; pero que se aferra a las supuestas cualidades de su nación”[8].

No sólo desprecia el individualismo, sino también rechaza la globalización y especialmente el -por ellos odiado- concepto de humanidad. la citada revista Kontrakultur (ver nota 6) nos explica que, a la humanidad global que sería algo abstracto. La realidad humana sólo existe realmente como parte de una identidad etnocultural, organizada en un pueblo organizado y únicamente puede ser percibida como parte de un colectivo étnico-cultural.

Uno de sus más admirados autores, Carl Schmitt (no entiendo que este autor de los años 20, ha sido y es tan popular en el mundo hispanoparlante) dice claramente que: “quien habla de humanidad, quiere engañar”[9] [10]. El autor de “El Führer protege el Derecho” sostenía la existencia de un pluriverso, esto es, de pueblos cuyos integrantes son relativamente homogéneos. Es lo que yo llamo la trampa de la homogeneidad. Postulaba Schmitt que es inherente a la democracia la existencia una población homogénea y el rechazo y explusión de lo heterogéneo.

Con esto, no se opone diametralmente al pensamiento liberal. Especialmente, a Popper quien postula la sociedad abierta que es lo contrario a la Stammesgesellschaft o sociedad tribal, de clan, raza, estirpe o como quieran llamarla (la traducción es difícil)[11]. En consecuencia, se niega a los miembros de “otras culturas”[12], los mismos derechos fundamentales que tienen los integrantes del propio pueblo.

(En esta línea, se recurre muy comúnmente al pseudo-argumento: los cristianos no pueden construir iglesias en Arabia Saudita, por lo tanto, los musulmanes tampoco las podrían construir mezquitas en “territorio cristiano”. Una de las características fundamentales de la llamada nueva derecha europea es la negación de la libertad religiosa. Es esta una argumentación tan burda que no creo que sea necesario ni siquiera refutarla).

Si pensamos que Schmitt se refiere a personas, a personas humanas, individuales y distintas entre sí, me parece que su discurso cosifica a la gente. Sí, poco queda del ser humano en una sociedad que lo ve simplemente como un componente más. O, más bien -tratándose del “heterogéneo”- como un no-componente que hay que expulsar. Estamos demasiado cerca del totalitarismo del siglo 20 o más bien, entramos de lleno en él.

Para Henning Eichberg[13] -considerado el fundador de la nueva nueva derecha alemana, en los años 1970- no existen los individuos, sino sólo hay alemanes, franceses o israelíes. No hay derechos individuales sino soolamente derechos de la colectividad. El etnopluralismo niega la universalidad de los derechos de la persona, los que no serían más que una construcción artificial de cada pueblo y, por tanto, no universal. Producto cultural, nada más. Sí, como cada pueblo es diferente a todos los otros, y se ha desarrollado de forma diversa a lo largo de la historia y en su propio hábitat o Lebensraum, el derecho no puede ser universal. De acuerdo al etnopluralismo, no puede hablarse de una universalidad de los derechos humanos.

En concreto, toda esta construcción ideológica se traduce en que la AfD[14], el movimiento identitario y los Pegida, exijan que a los refugiados no se les garantice el derecho a asilo político[15]. La CSU de Baviera no va tan lejos; pero con su exigencia de un “contingente” de refugiados cae exactamente en lo mismo. A la vez, que se grita de voz en cuello que los refugiados deben acatar y cumplir el derecho alemán…

Bueno, ¿en qué quedamos…? ¿Se aplica a los refugiados -o a los extranjeros en general- el derecho alemán? ¿Se les garantiza o no sus derechos como personas? ¿Deben cumplir los refugiados el derecho alemán? ¿Los alemanes, también? La respuesta es evidente. Si nos atenemos a lo que claramanente nos dice la Ley Fundamental[16], que garantiza el derecho a asilo a todos los perseguidos, sin distinción alguna, no hay la menor duda de cuál es la respuesta correcta. Un gran SÍ 🙂


[1] Ver mi columna de julio pasado sobre El etnocidio o la muerte del pueblo

[2] A ellos me referí en mi columna ¿En qué se parecen John Boehner y yo? cuando me refiero a los grupos del nacional catolicismo espanol tradicionalista, etc.

[3] Armin Pfahl-Traughber, sociólogo y politólogo alemán, especialista en el tema del extremismo y tendencias similares.

[5] Ver Zur Ideologie des “Ethnopluralismus”: Das Volk als Subjekt “Vielmehr begreift man im kollektivistischen Sinne das ‘Volk’ als Subjekt der Geschichte. Als Triebfeder der historischen Entwicklung gilt der Kampf der ‘Völker’ um ihre “Selbstbestimmung”.

[6] Ver la página Kontrakultur, de tendencia duginista (me refiero a Alexander Dugin, el denominado “ideólogo del Kremlin) pro-Putin Ethnopluralismus und die multipolare Welt: “Anders als eine diffuse Vorstellung von der Gleichheit aller Menschen ist nach ethnopluralistischer Auffassung der Mensch eben kein Wesen welches bindungslos und atomisiert in einer Welt des individualisierten „Nichts“ hineingeworfen wird, sondern immer nur im Zusammenhang mit seinen Bindungskräften betrachtet werden kann, die es aus seiner ethnokulturellen Zugehörigkeit speist.”

[7] Por eso mismo, vemos con demasiada frecuencia, a un montón de patanes que nunca han logrado nada por sí mismos; pero que, como parte del grupo, se sienten superiores a los demás.

[8] La traducción-resumen es mía. El original: “Die wohlfeilste Art des Stolzes hingegen ist der Nationalstolz. Denn er verrät in dem damit Behafteten den Mangel an individuellen Eigenschaften, auf die er stolz sein könnte, indem er sonst nicht zu dem greifen würde, was er mit so vielen Millionen teilt. Wer bedeutende persönliche Vorzüge besitzt, wird vielmehr die Fehler seiner eigenen Nation, da er sie beständig vor Augen hat, am deutlichsten erkennen. Aber jeder erbärmliche Tropf, der nichts in der Welt hat, darauf er stolz sein könnte, ergreift das letzte Mittel, auf die Nation, der er gerade angehört, stolz zu sein. Hieran erholt er sich und ist nun dankbarlich bereit, alle Fehler und Torheiten, die ihr eigen sind, mit Händen und Füßen zu verteidigen”. Hay una traducción en Wikiquote, pero no me parece buena. Mejor es el original alemán, que aparece muchas veces en internet, aquí, por ejemplo.

[9] “Wer Menschheit sagt, will betrügen”. Wikiquote

[10] Recuerdo que el Padre Osvaldo Lira sostenía jocosamente que “nadie ha visto a una señora gorda llamada Humanidad”.

[11] Uno de mis libros favoritos: Die offene Gesellschaft und ihre Feinde (1945). Tengo la edición de 1975.

[12] Como ya no se puede hablar de “razas”, los partidarios del etnopluralismo y de movimientos similares, recurren a la denominación de cultura que reemplaza y la de raza; pero viene a ser lo mismo. Sobre el término “raza”, los invito a leer mi columna Nos guste o no, en realidad todos somos africanos

[13] Sociólogo alemán al que me referí en mi artículo Un fantasma recorre Europa, el fantasma del etnopluralismo

[15] Sobre este tema, ver El universalismo y los refugiados

[16] §16a de la Ley Fundamental.

La insana e insanta alianza

Hace algunos días, el portavoz de la Unión social cristiana de Baviera en el parlamento bávaro, me preguntó -a través de Twitter y en forma polémica- qué entendía yo por Rechtskatholik. Esto es por católicos de derecha. Le contesté que un católico de derecha -o más bien de extrema derecha- es esa persona que ha caído en la trampa de la llamada alianza nada de santa entre la religión, en una versión ultraconservadora, y el populismo de derecha[1]. Estamos pues, frente a una unión, a un acuerdo tácito de carácter clerical entre un grupo de católicos -y protestantes- ultra conservadores y sectores políticos de extrema derecha.

Esta es una alianza no sólo no-santa, sino que también sumamente insana. Hemos llegado a un punto en que se puede hablar de una unión, no sólo con el populismo de derecha, sino abiertamente, de un acuerdo con la extrema derecha o con la derecha radical o radicalizada. Y que se radicaliza cada vez más, en un movimiento del tipo “un paso atrás, para dar dos adelante”..

Los “grupos políticos de extrema derecha ofrecen a los cristianos ultraconservadores lo que ellos no encuentran en otros partidos: rechazo al aborto, un supuesto fortalecimiento de la familia, pero en el sentido del familialismo (…) sobre todo, un gran rechazo frente a la homosexualidad en particular y al llamado gender[2], en general”.

Su posición anti-aborto parece estar más basada en una política de conservación o aumento de la población nacional, que en una verdadera actitud cristiana de sí a la vida, de defensa de la vida[3]. Su política familiar parece, en general, una política poblacional, más que una forma de promocionar la familia basada en ideales cristianos de amor, caridad, de apertura, comprensión o de cariño. De partida, me parece que pocas cosas hay más destructoras de la familia que el familiamismo[4].

Pero, sobre todo, encuentran en ellos, un aliado en su lucha contra el Islam. No contra el islamismo, contra el salafismo violentista, ni contra el terrorismo islámico. No, para ellos, el islam, o más bien, cada musulmán, cada musulmana, es el enemigo. Los cristianos seríamos las víctimas de los musulmanes[5]. Este hacerse la víctima es, en estos sectores, un argumento. Es más, más de una vez, observo que victimizarse es su único argumento… Perdón, pseudo-argumento[6]. Intentan presentar al Islam como el enemigo de los cristianos. Por eso, se insiste en que los terroristas musulmanes matan cristianos -lo que hacen- pero nada se dice de los musulmanes asesinados por los terroristas islámicos. Otto von Habsburg nos explicó muchas veces, con su gran clarividencia y bondad que las primeras, principales y más numerosas víctimas del terrorismo islámico, son los musulmanes.

Habría un clash of civilizations, un choque de civilizaciones entre el cristianismo -representado por los mismos sectores de la extrema derecha pseudo-cristiana europea- y el mundo musulmán. Al respecto, el cardenal Marx, arzobispo de München y presidente de la Conferencia episcopal de Alemania aclara que él no ve ningún plan de islamización. Explica que los refugiados (rechazados por estos sectores radicales), huyen precisamente de los islamistas que persiguen algo así como lo quie llamaríamos una islamización[7]. “No hay un frente islámico común contra Occidente o contra los cristianos”. ”Acerca de un supuesto enfrentamiento entre cristianos y musulmanes, el gran conflicto, que es instrumentalizado políticamente, tiene lugar entre musulmanes, entre shiitas y sunitas”[8].

En realidad, estos grupos son quienes pretenden crear un clima de odio religioso. Intentan aprovecharse del cristianismo, utilizarlo para sus mezquinos fines que tienen como objetivo sembrar el odio entre cristianos y musulmanes[9] aclara el cardenal Marx. Observo que muchas veces quieren meter a los judíos en su juego del odio, pero ellos “no pisan el palito”, ya que los judíos tampoco son tontos

Es super fácil -y parte de su narcisismo- abajar a los musulmanes al estilo en que lo hace Thilo Sarrazin, intentar quitarles todo su valor, para así aparecer mejor ellos mismos. Subirse encima de los hombros -o más bien de las cabezas, de los cuerpos de los demás- pisotearlos, para estar ellos más alto. Mucho de maniqueísmo hay en esto: todo lo bueno son ellos. Todo lo malo son los demás. Los critícos de afuera, y también los de adentro, están podrídos, dicen.

Aliándose con los cristianos de extrema derecha, los grupos políticos extremistas ganan en este punto, ya que así pueden proseguir su cruzada contra los extranjeros, en general y contra los refugiados, en particular. Olvidan que los refugiados son nuestros hermanos. La inhumanidad es, por ellos, estilizada como una tendencia natural a la autoconservación[10], a la preservación de una raza o cultura como le llaman ahora, para no despertar sospechas nacional socialistas[11].

Pero no crean que estos cristianos aliados de los populistas son meras víctimas de la política de extrema derecha. Para hablar con Carl Schmitt, uno de sus autores favoritos, ellos dan; pero también toman[12]. Son así beneficiarios de la política de los grupos populistas y extremistas, con quienes -en realidad- han teminado identificándose, en una simbiósis altamente reprobable.

El primer reportaje sobre el tema “cristianos de extrema derecha” es de la periodista Veronika Wawatschek[13] de la Radio y televisión de Baviera[14]. En él, explica que, bajo el manto protector de la Iglesia, se ha formado una oposición política extraparlamentaria y contraria a la democracia. Su motor es ell miedo al cambio, a los homosexuales, a los musulmanes, incluso a los judíos. El grupo es numéricamente pequeño; pero muy influyente[15]. Gracias a Dios, el intento de personas “influyentes” para que la radio bávara sacara el podcast de internet no han tenido resultados; pero los artículos en contra de su autora son incontables.

A la desesperación de los católicos alemanes de extrema derecha contribuye la elección del Papa Francisco. Al schock de la renuncia del Papa alemán, se suma la elección del Papa argentino, un hombre que califican como crítico de la Iglesia. Ellos, que han sido valuarte, atalaya, bastión de la defensa de la Iglesia católica, ven ahora aterrados que el mismo Papa hace causa común con los por ellos llamados críticos de la Iglesia, sus enemigos, a quienes ellos combatieron durante tanto tiempo desde la primera línea de la batalla. Se da la paradoja que los católicos pro Papa se hayan hoy en la oposición al Papa actual. De ahí a considerarlo ilegítimo hay un paso.

Sí, Francisco es un shock para ellos, un gran schock. Los antes “católicos fieles a Roma”, ahora se sienten ellos mismos traicionados por el nuevo Papa. La destitución de Tebartz van Elst es -para ellos- un trauma superarable[16]. El nuevo Papa ya no hace lo que ellos consideran correcto. Algunas veces, a ellos les parece que Francisco hace algo bueno, lo autorizan, dan al Pontífice su placet y se felicitan a sí mismos; pero prima la conducta de rechazo, de vergüenza o de pasar en silencio lo que Francisco hace o dice. Para colmo de males, Francisco está “a favor de los refugiados”, no sólo los visita y les lava los pies, también cuando han cometido un delito y están en la cárcel, sino que inicia todo este movimiento de ayuda y acogida a los refugiados con su viaje a Lampedusa[17]. Y después a Lesbos, noticia que los católicos de extrema derecha han pasado en silencio, no dicen nada, la ignoraron por completo.

Los católicos de extrema derecha tiene medios de expresión propios, que están en comunión con los medios de la extrema derecha y con medios de los protestantes de extrema derecha, en un insalubre ecumenismo[18]. Se colocan recíprocamente banners y links y se recomiendan entre ellos. Se entrevistan unos a otros. Se hacen propaganda, invitan y elogian sus eventos, de los cuales también informan con gran encomio. Se puede decir que estos medios, más que informar, desinforman. Forman así un grupo mediático cerrado que, si se abre, lo hace sólo para criticar, o más bien, para lanzar sus dardos envenenados contra los medios pre-existentes y que no pertenecen a su reducido círculo, sino que forman la “prensa de la mentira”, Lügenpresse o prensa de Pinocho. Han configurado una especie de mundo paralelo: tienen sus páginas exclusivas y muchas de ellas cerradas. Foros a los que no puedes entrar, que no puedes ver. Después de años de hablar mal de Facebook, los católicos de derecha alemanes han descubierto esta red social, lo que ha llevado a que Facebook-Alemania se haya  convertido en una verdadera pesadilla.

En este mundo paralelo, no se admite contradicción (la poca que se acepta, debe ser mínima). Se busca la ratificación, la confirmación de sus palabras. En él, es imposible el diálogo. Prima el pensamiento único… de la libertad de los hijos de Dios, queda poco y nada[19]. Consideran la contradicción como censura. Intentan hacer callar o poner un bozal a quien se atreve a contradecirlos. Siendo ellos los primeros en censurar, apartar y excluir a quienes, desde dentro de grupos católicos, se han atrevido a levantar la voz y a decir que no es bueno, asociarse a los extremistas de derecha. Tampoco tienen miedo a la denuncia de tal o cual persona[20].

Están convencidos que la Iglesia va a reducirse, a encogerse, a disminuir el número de sus miembros “de manera saludable”, quedando “adentro” sólo quienes son verdaderamente católicos: según  ellos, sólo ellos mismos. En otras palabras, plantean que se irán de la Iglesia todos quienes no piensan/pensamos como ellos. Ellos serían los únicos verdaderos católicos, poseedores de la fe verdadera. Ni siquiera el Papa -el actual- es tan católico como ellos. Caen así en un elitismo inaceptable. Parece que tuvieran una verdadera fruición en ser minoría exclusiva, ángeles exterminadores que castigan a los demás. Como dice un amigo mío periodista y que conoce el tema, si realmente, pasara esto, la Iglesia, en vez de reducirse a un núcleo saludable, se encogería hasta quedar sólo miembros enfermos.

El Papa Francisco ha hablado reiteradamente del narcisismo dentro de la Iglesia y pienso que son precisamente estos sectores, quienes más lo sufren. Su falta de empatía es aterradora, lo que, para mí, quedó claramente demostrado en la época en que se conocieron los abusos sexuales a menores, los llamados escándalos de pedofilia en colegios e instituciones de la Iglesia. Me atrevo a decir que la carencia de empatía es una de las condiciones indispensables para ser parte de este sector y una de las razones que han llevado a esta insana alianza, ya que la carencia de empatía va de la mano con el rechazo a los refugiados.

El Papa Francisco habla de la teología narcisista y dell llamado “neopelagianismo autorreferencial y prometeico de quienes en el fondo sólo confían en sus propias fuerzas y se sienten superiores a otros por cumplir determinadas normas o por ser inquebrantablemente fieles a cierto estilo católico propio del pasado”[21] [22]. “Es una supuesta seguridad doctrinal o disciplinaria que da lugar a un elitismo narcisista y autoritario, donde en lugar de evangelizar lo que se hace es analizar y clasificar a los demás, y en lugar de facilitar el acceso a la gracia se gastan las energías en controlar. En los dos casos, ni Jesucristo ni los demás interesan verdaderamente. Son manifestaciones de un inmanentismo antropocéntrico. No es posible imaginar que de estas formas desvirtuadas de cristianismo pueda brotar un auténtico dinamismo evangelizador”[23] [24]. No, puesto que son grupos estériiles, sus organizaciones no tienen vitalidad, son infértiles, están envejecidas y sin vocaciones. De lo que generalmente culpan a los demás, a la sociedad, a la modernidad, al liberalismo, a los refugiados, a Merkel… O quién sabe a quién más.

La influencia de la Rusia de Putin[25] es más compleja que manera que podría ser tema de una columna. La preferencia por la liturgia ortodoxa sobre nuestra austera liturgia romana es otro punto que veo comentar entre los católicos de extrema derecha desde hace años. La idea de que “la salvación viene del Este”, no del decadente Occidente. Todo esto ha ido preparando, durante décadas, un ambiente de rechazo a Occidente considerado como Gayropa. La participación en el Congreso de la Familia en Moscú en septiembre de 2014 fue -para mí y para muchos otros- una de las gotas que rebalsó el vaso[26]. Por otra parte, muchos de los medios católicos aliados de la extrema derecha tienen contactos íntimos con Rusia[27].

Luego de haber escuchado y leído defensas de Putin, entre mis amigos y amigas católicos de extrema derecha, de la supuesta superioridad del Patriarca ortodoxo Kirill sobre el Papa Francisco, concluyo que, parece que el tiempo ha pasado en vano y que se pone en duda lo que los historiadores llaman “el largo camino de Alemania hacia Occidente”… Sí, el enemigo común es Gayropa, son los homosexuales[28], es el gender, el liberalismo, la democracia, el parlamentarismo, la tolerancia, los Estados Unidos (el antiamericanismo es un componente muy importante de la nueva ideología de estos grupos ultras), la Unión Europea, el Parlamento europeo.

Karl Popper enseña que, el paso de una sociedad cerrada hacia una sociedad abierta origina grupos reaccionarios que quieren volver a la sociedad cerrada, a la sociedad tribal[29] homogénea, todo lo contrario a una sociedad global, abierta. Pienso que el surgimiento de estos grupos se inscribe dentro de esta rúbrica.

La crítica social es buena y necesaria. A veces, es imprescidible ir contra corriente; pero no siempre. Ir contra corriente no es lo mismo que convertirse en un necio conductor que se mete contra el tránsito[30] y choca a los autos que vienen en su contra y que, al mismo tiempo, les grita que él (o ella) está en la razón y todos los demás, van en sentido incorrecto. Lo que es peor, para hablar con San Mateo: se puede decir, que este tipo de gente “no entra, ni deja entrar”.

Sí, hay que ver qué es lo que está bien y que es lo que está mal en la sociedad. Y tratar de mejorarlo. Pero claro, si le dices esto a los católicos de derecha, te dirán que eres naiv, ingenua, liberal de izquierda y que nuestro mundo europeo es totalmente mal, que vendrá una hecatombe, donde sobrevivirán sólo ellos, que son los únicos que están en la verdad. Sorry, yo no puedo creer que el mundo sea malo; el mundo es bueno, porque salió de las manos de Dios[31]. Lo que está mal en la sociedad, eso lo tratamos de cambiar; por los medios democráticos, dentro del rayado de la cancha. No a través de una hipotética revolución conservadora[32], ridícula y peligrosa. Ni tampoco por medio de desobediencia civil, ni de un supuesto derecho de resistencia[33], como pretenden los sectores extremos en su insanta e insana alianza[34].


[1] En efecto,  febrero pasado, escribía en mi columna El surgimiento de una nueva derecha en Alemania: “ha surgido una insana alianza entre grupúsculos cristianos ultraconservadores y grupos políticos de extrema derecha. Esto es algo alarmante -que perjudica enormemente a la Iglesia- y que incluso observo entre mis conocidos desde hace ya tiempo. Este fenómeno fue analizado de manera brillante en el ensayo publicado por la Fundación demócrata cristiana Konrad Adenauer el verano pasado”. El ensayo al que me refiero es: Andreas Püttmann, Liane Bednarz: “Unheilige Allianzen: Radikalisierungstendenzen am rechten Rand der Kirchen”, Monitor Religion und Politik de la Hauptabteilung Politik und Beratung, Konrad-Adenauer-Stiftung.

[3] Ver Ser y parecer defensores de la vida “Cuánto enriquece tener amigos de otros partidos políticos, otras profesiones, religiones, nacionalidades y culturas. Ser y parecer abierto abre un mar sin orillas. Tratar y querer a la gente más variada amplía la mente y ensancha el corazón. Alguien así recibe mucho y entrega más”. Recomiendo seguir a Enrique Sueiro @eqsueiro en Twitter.

[5] Un amigo apoya a la AfD en Facebook. Le pregunto por qué lo hace. Me contesta que porque a Sven von Storch le rompieron los neumáticos del auto. Reprobable que lo hayan hecho. Pero ¿justifica esto apoyar a la AfD? Me parece que no. Su argumento es el típico argumento victimista.

[6] En este contexto, se inscribe el artículo de Rhonheimer en el NZZ, quien habla de una por él supuesta “licencia para matar en el Islam”, tesis que no tiene asidero. A ella me referí críticamente, en noviembre pasado en mi columna La prohibición de matar en el Islam 

Días más tarde, ne encontré con este “aviso” en la ventana de un centro cultural musulmán, en mi pueblo: La prohibición de matar en el Islam, en una ventana

[7] “Befürchten Sie die Islamisierung Deutschlands? Nein. Dafür bräuchte es eine Strategie, und wer sollte diese betreiben? Der Islam ist keine einheitlich strukturierte Religionsgemeinschaft. Die muslimischen und auch viele christliche Flüchtlinge riskieren die lebensgefährliche Reise, um bei uns in Frieden zu leben. Übrigens fliehen sie oft genau vor den Leuten, denen wir so etwas wie den Versuch einer Islamisierung zuschreiben würden. Nein, auch wenn es sicher Gruppen gibt, die die Not der Menschen ausnutzen wollen – einen globalen Plan zur Islamisierung kann ich nicht erkennen”.

Entrevista con el cardenal Marx en la revista Change, de la Fundación Bertelsmann: “Wir müssen es schaffen!”

[10] Es la idea espresada por Rafael Seligmann: “Inhumanität, die sich als Selbserhaltung stilisiert”, en “Verschwörung gegen die Menschlichkeit”, Jews Voice of Germany, edición en alemán de abril 2016 en papel, página 2 (en inglés -pero sin la misma fuerza que el original alemán: The Plot Against Humanity).

[11] Cfr. “El etnopluralismo postula que las diferentes culturas o etnias (evitan hablar de raza) deben vivir separadas en un determinado territorio (evitan usar el término Lebensraum), sin “mezcla” entre ellas. O sea, podemos ir de visita o como turistas al extranjero; pero no mezclarnos con los extranjeros cuyo país visitamos, ni ellos con nosotros. De ahí su rechazo a los refugiados y a los extranjeros en general”. Nos guste o no, en realidad todos somos africanos

[12] Geben und nehmen.

[13] @PendaAndika en Twitter.

[14] APO von christlich-rechts? Jueves 19.02.2015 (20:03 a 21:00 horas). El Podcast está disponible en Bayern 2.

[15] El sociólogo Andreas Kemper hace ver lo que yo llamaría la nobility connection.

[16] Ver artículo de Bernd Hagenkord, en el blog de Radio Vatikan, de julio de 2014: Scheuklappen-treu “”

[18] NDR hizo un muy buen reportaje sobre el tema: medios de prensa cristianos como plataforma para la AfD: Christliche Medien: Plattform für die AfD?

[19] Esto, lo he sufrido en carne propia. Ver mi artículo autobiográfico ¿En qué se parecen John Boehner y yo? (en alemán: Bye Bye).

[20] Puedo citar el caso de una abogado amiga mía que se atrevió a contradecirlos: personas “influyentes” de estos sectores llamaron incluso a los jefes de la oficina de abogados, para exigir que la echaran del trabajo. Nunca creí que en Alemania del siglo 21 se llegara a esto.

[21] Evangelii Gaudium, número 94.

[22] Los católicos de derecha en Alemania se caracterizan por esa añoranza enfermia del pasado. Como me explicaba Jutta, de la edad de oro del catolicismo alemán, de los años 50 del siglo pasado.

[23] Evangelii Gaudium, número 94.

[24] “Cuando la Iglesia no sale de sí misma para evangelizar deviene autorreferencial y entonces se enferma (cfr. La mujer encorvada sobre sí misma del Evangelio). Los males que, a lo largo del tiempo, se dan en las instituciones eclesiales tienen raíz de autorreferencialidad, una suerte de narcisismo teológico. En el Apocalipsis Jesús dice que está a la puerta y llama. Evidentemente el texto se refiere a que golpea desde fuera la puerta para entrar… Pero pienso en las veces en que Jesús golpea desde dentro para que le dejemos salir. La Iglesia autorreferencial pretende a Jesucristo dentro de sí y no lo deja salir”. El texto es conocido, lo tomo de No a la teología narcisista, dice Francisco

[25] Como rusofila, sólo puedo decir que Putin no es Rusia y que Rusia no es Putin. Cuando hace tiempo, mis amigas rusas me decían que Putin era un muy mal presidente, yo pensaba que exageraban. Ahora creo que mis amigas se quedaron cortas….

[26] Recomiendo de Andreas Püttmann: Putins nützliche Idioten o “los tontos útiles de Putin”.

A este Congreso, realizado en medio de la anexión de Crimea y de la ocupación del Este de Ucrania y en el cual participaron funcionarios del gobierno de Putin y sus oligarcas, asistió también el director de la página española Hazte Oir, quien comentó con gran fruición todo lo que veía y admiraba, en Twitter.

[27] Incluso Gloria TV por ej., tiene un impressum de Moscú: Impressum de Gloria TV

[28] En una entrevista, una de sus máximas representantes, Hedwig von Beverfoerde, explica que, si se enseña a los niños en los colegios que la homosexualidad es okay, entonces van a convertirse (!!!) en homosexuales y no se van a reproducir. Y morirá Europa. Su declaración en: APO von christlich-rechts? (de jueves 19.02.2015, 20:03 a 21:00 horas). El Podcast está disponible en Bayern 2.

[29] Karl R. Popper, “Die offene Gesellschaft und ihre Feinde”, 4a. edición, 1975, pág. 21.

[30] En inglés, en un Wrong-way driving. En alemán: Geisterfahrer.

[31] Escrivá. Es Cristo que pasa, número 183.

[33] Los grupos de extrema derecha cristianos y no cristianos, han llamado a la resistencia. Lo que es super peligroso, ya que pone en peligro el estado de derecho.

[34] Y menos mal que están a aprendiendo que, en alemán, la palabra es Widerstand y no Wiederstand como escribían todavía el año pasado.

El surgimiento de una nueva derecha en Alemania

Es preocupante lo que pasa en Alemania. Tengo que aclarar que la derecha alemana poco y nada tiene que ver con lo que nosotros llamamos derecha en otras latitudes, por ejemplo en Latinoamérica, donde la derecha es más lo que yo llamaría un sector liberal-conservador. Esto es, liberal en lo económico; pero valórico en lo moral: sobre todo valores que tienen que ver con la dignidad, la libertad y la vida de la persona humana.

La nueva derecha que ha surgido en Alemania es autoritaria -no extraña su cercana a Putin[1]-, sufre de euroesceptiscismo que va de la mano de su nacionalismo y su consiguiente oposición a la Unión Europea. Es antiamericana (anti Estados Unidos). Es profundamente antiliberal, es antidemocrática, es familialista, homofóbica, anti-igualitaria, indentitaria, islamofóbica y parte de ella, es antisemita. Y es völkisch, palabra alemana que designa una suerte de predilección por su propio pueblo (en sentido biologista y darwinista), en desmedro de los demás.

Un sector de ella, acepta las consignas del movimiento libertario (mala caricatura del liberalismo), que repite sin entender mucho de qué se trata. Su libertarianismo es más bien un reflejo antiestatista, un rechazo al estado liberal democrático; no al estado autoritario que ellos añoran y proponen.

Cuando Merkel estuvo en Budapest, el entonces nuevo presidente Viktor Orbán dijo -durante la conferencia de prensa conjunta- que él no estaba de acuerdo con la democracia liberal. A lo que Merkel respondió que ella no conocía ninguna otra forma de democracia que la democracia liberal. El ideal orbaniano precisamente es el de un estado autoritario al estilo de Putin, de quien es igualmente su gran aliado. El sistema ruso actual es lo que la ciencia política llama una democracia guiada o bien, una democracia simulada. O simplemente, democratura. Este es el ideal de los sectores de la nueva derecha alemana.

El rechazo al liberalismo va de la mano con el rechazo de la Ilustración y de la cultura que podríamos llamar propia del mundo libre, de Europa Occidental y de los Estados Unidos. La nueva derecha es marcadamente anti-americana, más todavía mientras su Presidente sea Barack Obama. Si el presidente fuera del tea party, es seguro que se le pasa su antiamericanismo.

Hablan de Abendland; pero nunca hablan del Westen, con cuyo sistema político no se identifican. Se identifica más bien con una especie de tercera vía que debería conducir -en su teoría- al famoso cesaropapismo que muchos de ellos anhelan y que -esperan- será realidad en una o dos generaciones. Como dice Höcke (de la AfD), su horizonte temporal no es de la siguiente elección, sino es el largo plazo.

Lo del Westen y el Abendland tengo que explicarlo muy brevemente. Los puntos cardinales son norte, sur, este (Westen) y oeste (Osten). El Oeste es el Occidente, el mundo libre de la época de la Guerra fría. En contraposición al Este, que estaba aglutinado en torno al socialismo, en sus diversas expresiones. Pero, en alemán, existe además el Abendland, en contraposición al Morgenland. Abendland es el concepto usado por Spengler en su “Decadencia de Occidente” que en alemán se llama decadencia del Abendland. Para ellos, Morgenland (país donde sale el sol, Oriente) es el país de los árabes y musulmanes en general[2].

Spengler, al igual que Carl Schmitt , es uno dos de los autores más populares en la intelectualidad de la nueva derecha. Ambos pertenecen a la llamada Revolución conservadora de los años 1920 en Alemania. La nueva derecha trata así de empalmar con la historia alemana inmediatamente anterior a Hitler. Como es obvio, de acuerdo a su pensamiento nacionalista, prefieren que se los identifique con esos autores alemanes y no con la Nueva Derecha francesa de los años 70.

La Revolución conservadora de la época de Weimar fue precursora directa o indirectamente del nacional socialismo. Algunos de sus autores se incorporaron al gobierno de Hitler, temporal o definitivamente. Otros pagaron incluso con sangre su oposición. Fueron detractores y destructores de la democracia de Weimar, partidarios de un gobierno autoritario de contornos poco definidos, enemigos de la democracia liberal y del régimen parlamentario. Anti-igualitarios, elitistas y nacionalistas.

Se puede tener una idea más o menos bueno o más o menos mala de estos políticos y pensadores de la década del 20. En aquel entonces, no sabíamos todo lo que sabemos hoy, en que juzgamos la historia desde nuestra perspectiva a posteriori. Pero intentar resucitar estos autores, recurrir a ellos e incluso usar su terminología para nuestro tiempo, es, por lo menos enfermizo. Nada peor que las personas que se erigen en voceros del pasado. Me pregunto si el pasado hablaría hoy con esa misma voz que le dan los ultraconservadores[3]. Me inclino a pensar que no.

La islamofobia es una de las peores características de la nuena derecha y quizás, la característica que los une a todos en su paupérrima diversidad. Ese odio enfermizo al Islam y a los musulmanes que llevó a terroristas como Breivik a asesinar a 77 personas, después de leer blogs demenciales como gates of vienna o al espanol la yihad de eurabia[4]. Los autores de estos blogs son, a mi modo de ver, autores intelectuales de tales crímenes. Sí, las palabras matan

Al igual que ocurrió hace una década en otros países, en Alemania de hoy, los blogs simplones y las páginas mal escritas reúnen a la masa partidaria de los planteamientos de ultraderecha. Forman así un mundo paralelo, que va de la mano con la descalificación de la prensa, de los grandes diarios y revistas que llama prensa de la mentira o Lügenpresse. Lügenpresse es un término tomado directamente de la verborragia nacional socialista. La descalificación de los medios va de la mano de la descalificación de los periodistas que son incluso atacados físicamente en sus manifestaciones. Para no hablar de los mensajes groseros e hirientes que envían y publican. Si algún periodista tiene un apellido extranjero o la piel más morena, se pueden imaginar lo que escriben en sus mortíferos comentarios

Parte de esta nueva derecha es antisemita. Aunque trata de congraciarse con los judíos y de azuzarlos contra los musulmanes. Pero, como los judíos tampoco son tontos no caen en la trampa. Salomon Korn advierte que se trata de instrumentalizar a los judíos, intentando incluirlos en un frente común contra los musulmanes[5]. Extraña alianza.

Ruth Klüger explicó que si ella, en años anteriores, no había accedido a la invitación del Bundestag[6], lo había hecho este año, motivada por la apertura de las fronteras alemanas, que generosamente recibió a los refugiados sirios que se hallaban en Hungría[7]. Preguntan a la escritora sobreviviente del Holocausto, si no tiene miedo del eventual antisemitismo de los refugiados. Responde que es preferible ayudar a las personas y correr ese riesgo antes de dejarse llevar por el miedo y no ayudarlos. Tiene toda la razón.

Sí, es preocupante lo que pasa en Alemania. No podemos hablar cínicamente de una “normalidad europea”. No porque muchos países a nuestro alrededor tengan movimientos ultra conservadores de extrema derecha, nosotros también deberíamos tenerlos. No podemos aceptar esta lógica simplona, menos aún conociendo la historia del siglo 20 en Alemania.

Pero tampoco podemos olvidar que, dentro de todo lo malo que es el avance de estos grupos, la AfD (Alternativa para Alemania, que no es una alternativa) reúne sólo -y, en el peor de los casos- a un escaso 10% del electorado. Diez por ciento, como máximo. El editor Jakob Augstein, hace ver que el 90% de la gente no está de acuerdo con ese partido[8].

Sería menos preocupante si no existiera una cierta dinámica del extremismo de derecha[9], que empieza siendo relativamente moderado, para radicalizarse cada día más. Muchas veces, sin que sus partidarios estén muy conscientes de las posiciones cada vez más drásticas de sus dirigentes o “pensadores” (si es que se puede hablar de pensamiento). Hay una peligrosa inercia del mal en esta dinámica.

El avance de estas “ideas” ha ido acompañado de un envenenamiento de la vida política, de la vida pública e incluso de la vida privada. En vez de intercambiar ideas y de contraponerlas, hemos llegado a un punto en que no se puede contradecir en lo más mínimo a los adeptos a la nueva derecha. Si lo haces, arriesgas primero que ellos se autovictimicen (hacerse la víctima es una de las características de estos grupitos) y segundo, que te acusen de difamarlos (Diffamierung, difamación es una de sus palabras preferidas, pertenece al código secreto de estos sectores). Para qué hablar de la delación, de la denuncia (de que muchos de nosotros hemos sido víctimas).

Después te dirán que careces sentido común (gesunder Menschenverstand es otra de las palabras propias del código de los reaccionarios. Carl Schmitt la usaba profusamente; me he dado el trabajo de leer algunos de sus libros). Pueden decirte que eres ingenua, que eres un Gutmensch (ver mi columna Prefiero ser buena persona). Que eres liberal de izquierda, otro concepto que usan para descalificar a sus adversarios. Que eres Verde (como si esto fuera un insulto). O simplemente que tienes demasiadas hormonas de la felicidad.

Sí, estos grupitos sufren de conspiranoia y una de las teorías de la conspiración más frecuente es aquella según la cual, los aviones lanzan en secreto (todos los aviones, también los de pasajeros) hormonas de la felicidad sobre la población (teoría del chemtrail). Así, todos estaríamos felices y no nos preocuparíamos de los problemas reales del mundo. Una amiga mía opina que, a juzgar por la cara de los habitantes de Alemania, deberían lanzar mucho más hormonas de la felicidad 😉

Otra de las características de la nueva derecha es su aparente acercamiento al cristianismo. Aquí llegamos a un capítulo para mí muy doloroso[10]. De la mano de esta supuesta cercanía a la fe cristiana -más bien es una forma de clericalismo, primado de la política sobre la religión- va también su pesimismo cultural[11]. Esa desconfianza en el futuro, salvo en el que ellos nos proponen. Ese rechazo de nuestro tiempo, de nuestra era y de parte de nuestro pasado. Ese esperar que venga una catástrofe muy grande, que haya una especie de big bang después del cual todo sea creado nuevamente. Unos cielos nuevos y una tierra nueva, a la imagen y semejanza de un modelo autoritario de vida y de gobierno. ¿Me pregunto cuánto de milenarismo hay en esta utopía? Yo diría que “some people are actually afraid of being too happy because they think something tragic is going to happen soon. This is known as cherophobia”.

Sí, ha surgido una insana alianza entre grupúsculos cristianos ultraconservadores y grupos políticos de extrema derecha. Esto es algo alarmante -que perjudica enormemente a la Iglesia- y que incluso observo entre mis conocidos desde hace ya tiempo. Este fenómeno fue analizado de manera brillante en el ensayo publicado por la Fundación demócrata cristiana Konrad Adenauer el verano pasado[12].

Cómo podía ser de otra forma si estos grupos políticos de extrema derecha ofrecen a los cristianos ultraconservadores lo que ellos no encuentran en otros partidos: rechazo al aborto, un supuesto fortalecimiento de la familia, pero en el sentido del familialismo. Pocas cosas hay más destructoras de la familia que el familiamismo. Y, sobre todo, un gran rechazo -otro elemento en común con Putin[13]– frente a la homosexualidad en particular y al llamado gender, en general[14].

Jutta Burggrag y Enrique Sueiro expresan con claridad, en su artículo conjunto Ser y parecer defensores de la vida: “defender la vida y, de hecho, atacarla”, parece ser la premisa de estos sectores. No se puede querer defender la vida de quién está aún en el vientre materno; pero atacarla cuando es la vida de un refugiado, por ejemplo[15]. Hay una gran falta de coherencia entre los detractores del aborto que no son siempre, partidarios de la vida. No, “necesitamos una fidelidad creativa a principios comunes, de manera que seamos y parezcamos defensores de la vida, de todas las vidas”.

En esta instrumentalización del cristianismo han caído vastos sectores del movimiento evangelical (protestante) y también los ahora llamados Rechtskatholiken[16] (que yo traduciría como católicos de extrema derecha). Son pocos; pero hacen mucho ruido, tienen muchos medios, poder e influencia. Algunos de ellos tienen incluso -por su apellido o familia- prestigio social[17]. Se enquistan en grupos católicos a los que utilizan, a veces sin que ellos mismos se den ni cuenta. Espero que no se den cuenta, porque si se dan cuenta y lo aceptan sería moralmente mucho peor[18].

Pese a que se autoconsideran la vanguardia, la punta de lanza o el último bastión del cristianismo, se oponen abierta o solapadamente, a la jerarquía de la Iglesia. Se puede decir que se hallan en abierta contradicción frente a la Iglesia en Alemania, que se ha posicionado firme, fuerte y claramente contra estos sectores, por toda su carga xenófoba, totalitaria y anticristiana. Pero están tan fanatizados que están convencidos que su lucha es análoga a la de los rebeldes frente a la estrella de la muerte… (en la nueva película, se habla de la Resistencia frente al Nuevo orden).

A propósito, la nueva derecha, los nuevos adherentes a la Revolución conservadora están convencidos de que ellos ejercen resistencia frente a un sistema de gobierno totalitario que consideran similiar al de la Unión soviética o al de Hitler. Hablan de un quiebre del derecho[19], que justificaría su resistencia[20].

Muchos dce ellos, sostienen que Alemania es un país “ocupado”, que no puede decidir por sí mismo, sino que Obama decide por ellos y Angela Merkel es una marioneta de Obama. Otros van más allá y ven en los ojos de los políticos, ojos de reptiles, de manera que aseguran que los políticos -especialmente Merkel- son robots controlados por fuerzas extrañas y por eso, tienen ojos de reptil 😛

Demás está decir que un tipo de planteamiento del tipo “somos la resistencia a la opresión y llamamos a la desobediencia”es sumamente peligroso. En base a él, se puede justificar cualquier cosa, de partida los ataques a los hogares de refugiados o las puñaladas a la alcaldesa Reker[21].

Pienso que, como dice el arzobispo Koch: “También puede ser una expresión de caridad/misericordia, hablar de manera inequívoca y sin ambigüedades y dejar claro dónde están los límites que no vamos a superar”[22]. Sí, así es. Igualmente, como señalan Giesa y Bednarz en su libro “Ciudadanos peligrosos”[23], es importante volver a respetar los tabúes, hay cosas que simplemente no se aceptan, porque son simplemente inadmisibles. El verde Cem Özdemir comentaba que él explicaba con gusto la política de asilo del gobierno; pero si una persona viene y dice que los asilados son un paquete de basura (Dreckspack), como hizo públicamente el jefe de Pegida, con esa persona no tenemos la menor necesidad de hablar, ni de explicarle nada[24].

Está bien, muy bien que la Iglesia de Erfurt apague sus luces para no servir de escenario a las manifestaciones semanales de la AfD. El obispo y el pueblo cristiano sólo pueden ser consecuentes en esto. Y los fieles cristianos, deberíamos defenderlos[25]. Yo aprendí que había que defender a la Iglesia siempre y en todo lugar. Pero hay demasiada gente que parece haberlo olvidado.  La Iglesia y sus pastores, nuestros pastores, reciben hoy en Alemania, los más virulentos ataques de los nuevos enemigos del cristianismo[26], que se cubren con piel de oveja e intentan presentarse como más cristianos que los mismos pastores. Sólo puedo recordarles -y recordarme a mí misma- que no es el discípulo más que el Maestro.


[1] Los afiches “Putin ayúdanos” en las manifestaciones de Pegida son ya tradicionales.

Asimismo, esta cercanía se explica también debido al financiamiento de la AfD por parte de Rusia. Ver: “AfD bekommt Geld von Netzwerken, die mit Russland im Zusammenhang stehen” 

Moskau und die AfD Lucke: “Hoher Spendeneingang” der letzten Wochen

Ver reportaje del Tagesschau sobre el financiamiento de partidos de extrema derecha en Europa occidental, incluyendo a la AfD: Was Russland mit Europas Rechtsparteien verbindet 

Recién leo en la prensa rusa que Le Pen trata de que Rusia, le conceda un nuevo préstamos, esta vez, por un monto de, por lo menos, 27 millones de euros. Ver Партия Марин Ле Пен «рассматривает возможность» взять еще один русский «кредит» = “El partido de Marine Le Pen está intentando obtener otro crédito de Rusia”. Para las elecciones de 2017. se puede decir que, después del préstamo ruso de fines del 2014, la crítica ya nada importa.

[2] Curiosamente o no, se considera que la cultura espanola es oriental. Dada su influencia árabe.

[3] Ver el análisis del autor liberal Clemens Schneider, en mi columna Los conservadores de hoy, enemigos de la sociedad abierta

[4] Sobre el autor de este lamentablemente extremadamente exitoso blog espanol (lo que no habla bien de Espana), ver mis artículos sobre Carlos Andrés

[6] Su alocución ante el Bundestag con motivo del Día en que se recuerda a las víctimas del Holcausto es impresionante. Recomiendo verla y escucharla: Prof. Dr. Ruth Klüger zur Gedenkstunde für die Opfer des Nationalsozialismus ( Bundestag, 27.1.2016)

[7] Hungría no quería recibirlos y les dió un trato pésimo. Ellos querían pasar a Alemania y Berlín, de acuerdo con el canciller austriado, aceptó recibirlos, por lo que Hungría los dejó pasar.

Vean como los tratan los policías húngaros: los tienen encerrados y les lanzan los paquetes de alimentos, como si fueran animales. El video fue grabado en secreto: Lager in Ungarn: “Ein Ort für Tiere, nicht für Menschen”

[8] “Wenn Sie zehn Prozent Leute haben, die die AfD wählen, haben Sie 90 Prozent, die die AfD nicht wählen”, en “Angela Merkel hat kein großes Interesse an Integration”

[9] Esta dinámica es un tema del cual se ha llamado mucho la atención. Recomiendo el llamado del Profesor Hajo Funke, sobre cómo defender la democracia frente a la AfD: DEMOKRATIE VERTEIDIGEN. DIE RECHTSRADIKALE AFD STELLEN | EIN APPELL

[10] Cuando tienes una conocida a la que estimas y que, apenas se sube a tu auto, comienza a hablar mal de los musulmanes y a renglón seguido, te dice que ella es partidaria de Pegida. O cuando vas a un retiro y lo único que hace una de las participantes es hablar de la AfD positivamente. Y un gran etcétera. 

Toda separación es siempre dolorosa. Pero, si soy consecuente, no tengo alternativa.

[11] “In der katholischen Zeitschrift „Die neue Ordnung“ etwa wird regelmäßig in scharfem Ton gegen die Bundeskanzlerin polemisiert. Man bemüht dabei den Kulturpessimisten Oswald Spengler, der in den 20er-Jahren des vergangenen Jahrhunderts den Untergang des Abendlandes prognostizierte, und den Staatsrechtler Carl Schmitt, der den Ausnahmezustand so schätzte und die parlamentarische Demokratie für ein misslungenes Regiment von Schwächligen hielt. Die Zeitschrift kritisiert in ihren aktuellen Ausgaben den „Humanitarismus“ ebenso wie den Universalismus, der zugunsten einer neuen Attraktivität des Eigenen relativiert werden müsse”. Cita del emblemático artículo de Thomas Schmid en Die Welt: Neuer deutscher Hass 

Traduzco: “En la revista católica „Die neue Ordnung“ (el nuevo orden) por ejemplo, se polemiza en un tono muy fuerte contra la canciller. Para ello, se recurre a los pesimistas culturales Oswald Spengler, quien, en los anos 20 del siglo pasado, predijo la caída de Occidente. Y se recurre también al constitucionalista Carl Schmitt, quien apreciaba sobremanera el estado de emergencia y sostenía que la democracia parlamentaria era un régimen fracasado, propio de los débiles. La revista critica, en su actual edición el „humanitarismo“, tal como el universalismo, en virtud de los cuales, se relativiza lo propio”.

Sólo puedo decir que la descripción de Thomas Schmid es benévola para lo que la revista realmente es y propaga.

[12] El ensayo de Liane Bednarz y Andreas Püttmann, aparecido como pdf en la Fundación Adenauer, de la CDU: Monitor Religion und Politik: Unheilige Allianzen: Radikalisierungstendenzen am rechten Rand der Kirchen.

Lamentablemente, no está on line. Y nunca lo estuvo, a diferencia de lo que señaló erróneamente Jürgen Liminski, con cuya señora me unía una relación de amistad que igualmente se malogró, lo que no fue mi responsabilidad: ella me excluyó de su grupo de amigos.

[13] Sobre el acercamiento a Rusia de parte de estos grupos, recomiendo, entre otros muchos: Putins nützliche Idioten, del mismo Andreas Pütmman.

En este acercamiento, me parece que juega un rol importante ese amor incontrolado de cristianos católicos romanos conservadores por la llamada “divina liturgia” que sería -me explicaron- la misa de los ortodoxos, con mucho incienzo, cantos y poca o nada, participación del pueblo.

Los status de algunas personas de estos sectores el fin de semana en Facebook, en que saltaban de alegría por el encuentro del Papa Francisco -a quien no le tienen nada de cariño- con el Patriarca de Rusia, Kyrill, mostraban generalmente al Patriarca harto más que al Papa.

Facebook es la red social preferida por estos grupos ultraconservadores y de extrema derecha, lo que hace desagradable entrar a Facebook-Alemania.

[17] Andreas Kemper se ha referido a la participación de la nobleza alemana en este network.

[18] No cren que este es un fenómeno tan sólo alemán. En España, los hay muy parecidos en la organización hazte oir y en su flilial internacional citizengo.

[20] Götz Kubitschek, por ej., llama a ofrecer resistencia, Widerstand y a la desobediencia civil. Dice, eso sí, que debe ser paífica y sin violencia.

[21] Ver mi columna Alemania apuñalada

Un joven amigo mío, de papá alemán y mamá africana (ella es médico y trabaja como tal), me contaba que a su hermana, un hombre le habían advertido la semana pasada que bajara del bus, porque él no estaba dispuesto a “compartir el bus con una negra”. Esto no habría sido posible antes del surgimiento de Pegida y de la AfD.

[22] “Es kann auch ein Ausdruck von Barmherzigkeit sein, unmissverständlich und eindeutig zu reden und deutlich zu machen, wo Grenzen sind, die wir nicht überschreiten werden, etwa im Hinblick auf die Würde eines jeden Menschen, auch des Flüchtlings”.

[23] Gefährliche Bürger de Liane Bednarz y Christoph Giesa.

[24] Ver mi artículo No, simplemente no

[25] Ver artículo de Liane Bednarz en el FAS, Die Radikalen, sobre todo lo que dice sobre los mails llenos de odio que envían a los obispos que le hacen frente a este movimiento: Eine Flut von Hassmails.

[26] Tradicionales son las pancartas y los gritos llamando a colgar a algún obispo de sus testículos. Amenaza que va más allá de ser un simple chiste de mal gusto. 

Frauke Petry, de la AfD, parece haberse especializado en atacar a la Iglesia. Su recriminación de ayer: “Entre tanto, los funcionarios de las iglesias alemanas (se refiere a obispos y arzobispos) levantan su voz ostensiblemente más para defender más a los musulmanes que a sus propios hermanos en la fe” (“Inzwischen erheben einige Amtsträger der deutschen Kirchen ihre Stimme offenbar mehr für Muslime als für eigene Glaubensbrüder“).

¿Una pelea de familia?

Sí, a primera vista parece una pelea de familia 1. O más bien, de familias. Es un quiebre en la no muy numerosa “familia liberal-conservadora” alemana. Asimismo, un sector de los cristianos alemanes parece haber sido seducido por la tentación clerical nacionalista, originando otro quiebre dentro de la “familia cristiana”.

En el último tiempo, muchos de nosotros, hemos experimentado, la segregación por razones políticas (y culturales) de personas que considerábamos amigos, conocidos o, incluso, “hermanos en la fe” (es más chiste que melodrama). De este punto de vista, no puedo de dejar de reconocer que el comentarista del FAZ, tiene razón: estamos, de alguna forma, frente a un quiebre familiar.

Sin embargo, aun cuando lo que está ocurriendo (no se puede hablar en pasado, estamos en modus live) se pueda considerar un mero “quiebre familiar” no quiere decir que no tengamos que preocuparnos… Toda la sociedad (y no sólo liberales, liberal-conservadores, conservadores o cristianos) debería preocuparse, y mucho.

En realidad, estamos frente a una grieta dentro de toda la sociedad: una fisura que comenzó con Sarrazin 2, quien abrió de par en par las puertas 3 a un pensamiento darwinista social que creíamos ya superado. Si bien es cierto que los decididos partidarios de Sarrazin, de la AfD o quienes se hallan al margen derecho del cristianismo alemán, son pocos, esto no quiere decir que, el día de manaña, no puedan convertirse en muchos. En general, todos los grandes (grandes en número) movimientos han comenzado pequeños. Principiis obsta, en la frase de Ovidio o, como decimos en alemán: Wehret den Anfängen!

En este sentido, entiendo el libro de Liane Bednarz y Christoph Giesa como un manifiesto, como una declaración, como un llamado. Gefährliche Bürger nos remece y nos despierta.

En un año en que la AfD logra ingresar a varios parlamentos estaduales (Brandenburg, Sachsen, Thüringen y Bremen), cuando arrecia Pegida, Legida, Dügida, Hogesa…Y pro-nrw invade mi ciudad con su propaganda xenófoba… Cuando amigas mías me cuentan con orgullo que leen a Sarrazin (para informarse, me explican; yo les diría que Sarrazín sirve sólo para desinformarse). Cuando otra de mis conocidas me confiesa orgullosa que es simpatizante de Pegida… Cuando una amiga me invita a su casa y me muestra videos de youtube de contenido islamófobo (e incluso, uno en que se alaba a un criminal de guerra nazi) que a ella le parecen bien.

Cuando todo esto ocurre en la vida análoga 4 y no bajo el amparo del anonimato de la red. Ni en Facebook, ese lugar en que se concentra cada vez más la old angry people. Lo que ocurre en las redes sociales es expresión de la realidad, de lo que pasa en la realidad análoga. Se puede decir que cada sociedad tiene las redes sociales que se merece.

(Si bien es cierto que hay una cirta tergiversación y la red no refleja fielmente la realidad social, ya que lógicamente aparecen más comentarios de gente que no tiene nada que hacer o que no hace lo que debería. Sin olvidar que existen los robots y las brigadas de activistas pagados por algún oligarca).

Hoy en día, muchos de los comentarios de odio en Facebook no provienen de anónimos… Ni de de una cuenta fake o sin un nombre verdadero o con un pseudónimo. Hemos llegado a un punto en que quienes están tan convencidos de poseer la verdad -el ser una minoría les autoconcede un aura de “elegidos” y de iluminados, ya que son los únicos que realmente entienden lo que pasa a nuestro alrededor- derraman todo su odio en las redes sociales, sin importarles siquiera ocultar su nombre. Claro, ellos son “los buenos” y se sienten como héroes al escribir bajo su verdadera personalidad 5.

Cuando todo esto no ocurre en barrios socio-económicamente conflictivos, sino en el centro de nuestra sociedad burguesa, académica, donde la mayoría somos Herr o Frau Dr. Entonces, no me cabe duda que la nueva derecha ha llegado al centro de la sociedad. Puedo cerrar los ojos a la realidad o insistir en que no es lo que no puede ser; pero con eso, no ganamos nada.

A veces, me siento trasladada a la época en que Ernst Hanfstaengl invitaba a la burguesía alemana a su casa de München para presentarle a Adolf Hitler y a otros jerarcas del “movimiento”. Pienso en la amistad entre Hitler y la familia del acaudalado editor bávaro, en la admiración por parte de su cónyuge, Katharina Wilhelmina Heine. Una admiración correspondida por Hitler. Hanfstaengl y Katharina abrieron de par en par las puertas al nacional socialismo y le permitieron así relacionarse con lo más granado de la sociedad alemana, y recaudar fondos, cuando el “movimiento” era aún pequeño.

Mi lema es prefiero ser como Fritz Gerlich y no como Ernst Hanfstaengl. El empresario bávaro es el típico representante de la burguesía pudiente que abrió las puertas de su casa al nacional socialismo y con ello, hizo posible que empresarios e intelectuales -que si bien no eran nacional socialistas- por diversas razones, generalmente de conveniencia y oportunismo, pactaran una insana alianza con el nazismo. Gerlich fue un periodista que luchó contra el naciente nacional socialismo, advirtiendo de su peligro, cual profeta en el desierto y terminó pagando con su vida, y sin que ningún poderoso lo defendiera.

Los nuevos portavoces de esta amalgama medio nacional, medio pseudo-liberal, ultra-conservadora, nacional conservadora se consideran a sí mismos herederos de la llamada “Revolución conservadora” de los años 20 en Alemania. Su crítica y desprecio a la república liberal de Weimar es análoga a la crítica que vemos hoy frente a la República federal. Es cierto que los autores de la Revolución conservadora no eran nacional socialistas; sin embargo, fueron quienes les prepararon el camino.

En 1934, el profesor Carl Schmitt -hoy en día, es el más popular de los representantes de la Revolución Conservadora- escribe en la Deutsche Juristen-Zeitung, su conocido artículo “Der Führer schützt das Recht” (el Führer protege el derecho) contribuye, de manera decisiva, a cimentar todo lo que vendrá después. Asimismo, abre las puertas de la Universidad a Hitler y lo justifica ante los juristas y profesores de Derecho. Ante la intelectualidad alemana, para quien Hitler pasa a ser aceptable. Que después -por las razones que sea- Schmitt haya caído en desgracia frente a los nacional socialistas o éstos frente a él, es un problema posterior: Schmitt ya les había abierto las puertas de par en par.

Como dice Bednarz en su entrevista en swr2, los autores de la Revolución conservadora fueron precursores del nacional socialismo. Yo diría que, nolens volens, fueron pioneros, abrieron el camino. Fueron o “tontos últiles” o bien demasiado ingenuos para darse cuenta de lo que hacían. Es curioso que los actuales representantes de la nueva derecha nos traten a quienes les hacemos frente, permanentemente de naiv… A ver quién es realmente ingenuo/a…

Para comprender el quiebre de la familia liberal, me gustaría comentar dos ejemplos: de Horn y de Miersch.

En julio de este año, Karen Horn se ve obligada a renunciar a la presidencia de la Sociedad von Hayek. Ella y otros miembros (cerca de 50) explican las razones de su renuncia en la declaración Austritte aus der Friedrich A. von Hayek-Gesellschaft. En ella, @karenilsehorn describe como una sociedad de estudios, se ha convertido en un biotopo de personas que piensan todos lo mismo (los llamados Gleichgesinnte) y que se dedican a probar la pureza de la línea de pensamiento de otros y de mantenerlos dentro de ella. Pienso que esto, de liberal, no tiene nada.

Al mismo tiempo que ellos mismos, se “columpian” cada vez más arriba, mediente consignas 6. Esto de columpiarse cada vez más alto, se puede traducir mejor al castellano como radicalizarse mutuamente cada vez más. En castellano, no decimos que se sube, sino que se baja hasta debajo de la tierra misma, donde se hallan las raíces: es la radicalización. Las consignas de que habla Horn son cada vez más radicales, en esto consiste ese columpiarse hacia arriba.

Horn habla, en una de sus columnas en el FAZ, de infiltración reaccionaria dentro del liberalismo 7. Esta extraña infiltración es algo que yo veo, desde hace por lo menos diez, años en el ambiente autodenominado liberal (yo dudo que lo sea; es más, lo niego) de países como Argentina y Espana, con su peculiar predilección por Ayn Rand, por el anarco capitalismo, por el movimiento libertario, con su aversión engermiza frente al estado. Su admiración por Rand va de la mano de sus predicciones apocalípticas: vendrá una revolución del tipo acabodelmundo, que destruirá y que limpiará -el viejo leit motiv de la lluvia purificadora- nuestra decadente sociedad occidental, después de la cual, sobrevivirán sólo los más capaces que -como podía ser de otra forma- son ellos mismos: los “preparados”.

Michael Miersch  y su retiro de la página Achse des Guten o Eje del bien 8, es un ejemplo de este peculiar vuelco de un sector de la intelectualidad alemana. En el artículo en que explica su retiro (Na dann ohne mich), @MMiersch dice que lo que ve actualmente en la página co-fundada por él, nada tiene que ver con el espíritu liberal, abierto e ilustrado (relativo a la Ilustración) que los inspiró . Diría también que ya no es una página divertida, juguetona, lúdica. Ha perdido su liviandad y con ella, su atractivo. Es una página inundada más bien de lectores del tipo old angry man.

Desde que comenzaron a llegar los partidarios de la AfD -atraídos por el pesimismo cultural en que se había encaminado- la página empezó a llenarse de comentarios de odio. Miersch habla de innumerables mensajes llenos de amenazas contra él, contra los musulmanes, los homosexuales y contra todos los que no sean como los autores de los comentarios. Agrega que él no cree que la Unión Europea actúe como la Unión Soviética, ni que el euro haya causado la mayor destrucción de Europa desde la II Guerra Mundial, temas recurrentes en los comentarios. Dice muchas otras cosas, recomiendo que Uds. mismos las lean.

A propósito de la AfD, después de la convención de este partido en julio de este año y de la expulsión de Lücke, la colectividad sajona ha bajado a menos del 4% a nivel federal en las preferencias de los electores, con lo cual, esperamos que el Todopoderoso nos ahorre un partido de extrema derecha en el Bundestag. Que tenerlo sería “normalidad europea”, no me convence, ni tampoco me consuela. Por donde quiera que se lo vea, sería un mal.

Alexander Häusler habla de la brecha populista de derecha (rechtspopulistische Lücke) 9. Las personas que tienen un enfoque de extrema derecha, autoritario, etc., en Alemania, no han votado necesariamente -a diferencia de lo que ocurre en otros países- por un partido de esta tendencia, sino que sus votos se van hacia otras colectividades 10. Esto fue así, hasta que surgió la AfD que, como era un “partido de profesores universitarios”, era salonfähig o socialmente aceptable. Es cierto: para mis amigos y conocidos, la NPD es invotable… Pero algunos de ellos, son partidarios, simpatizantes, militantes o incluso han sido candidatos de la AfD.

Por último, me gustaría referirme muy brevemente a la familia cristiana. Parte pequeña, pero influyente, se ha aliado en una insana cohabitación con los sectores de la nueva derecha política. Veronika Wawatschek (@PendaAndika) se ha referido al tema en su análisis (es periodismo radial, por eso, podcast) APO von christlich-rechts?

Autores cristianos escriben en órganos bisagra entre la extrema derecha y sectores ultra conservadores. Escriben, reciben premios y elogian. Es mucho más que “estar a solo un contacto de distancia”. ¿Qué los une…? Los unen los anti-temas. Están en contra de la homosexualidad, del gender 11, del feminismo, de los musulmanes, del trabajo de la mujer fuera de la casa, de las guarderías infantiles, de la familia moderna, de la Unión Europea. Y, por qué no decirlo: del mismo Papa Francisco (abierta o sutlmente. Pero en grupos cerrados en internet, la crítica al Papa es muy fuerte).

No, no son enteramente negativos, están también a favor de algunos temas: a favor del familialismo que, a mi ver, es lo más contrario a una familia sana. En el familialismo, la familia se convierte en una especie de religión, generalmente una familia muy cerrada, una “familia burgo”, donde pueden entrar sólo quienes ellos consideran sus iguales. Todo lo contrario de una familia abierta, alegre y multicolor. También están a favor de Putin 12, elogiado por ellos mismos, como el gran defensor de la familia y del aumento de la población.

Ambos grupos, gustan de encerrarse sobre sí mismos, creando sociedades paralelas. Viven con miedo al mundo, del cual huyen, creando mundillos paralelos. Se reúnen entre ellos, se “informan” sólo en sus propios medios (con el tiempo, tienen medios comunes), páginas especializadas en algún tema (editoriales propias que aprovechan para vender sus propios libros y revistas) y blogs (generalmente, con page rank 0). Unidos en la conspiranoia, que es otro tema común. Este grupo de cristianos se ha alejado de la familia cristiana del siglo 21, para regresar a una senda que calificaría más bien como de nacional catolicismo, un clericalismo en que la política prima sobre la religión y la utiliza.

Un amigo me comentaba en días pasados que antes, los “locos del pueblo” eran sólo eso: locos. Los demás habitantes del pueblo no les daban mucho la hora. Ahora, para los locos del pueblo es mucho más fácil encontrar a personas como ellos: en internet, encuentran a otros locos de otros pueblos. Se juntan en pueblos virtuales. Allí pueden ver los videos que les gustan, leer los blogs que confirman sus temores conspiranoicos y los medios que los nutren de información sobre OVNIs, sobre periodistas vendidos, sobre chemtrail, sobre la maldad intrínseca de Frau Merkel, la ingenuidad de los Gutmenschen, y sobre otros temas que confirman que nos dominan las fuerzas del mal, de lo que sólo ellos se dan cuenta. Los demás no les creemos, somos ingenuos y vivimos en la más absoluta ignorancia, ya que -desde arriba- nos han suministrado demasiadas hormonas de la felicidad, con lo que nos anestesian, como me dijo una amiga mía que había pasado conmigo (…no es broma).

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1 Patrick Bahners habla de un… “den Hautgout eines Familienkrachs”, en su artículo del FAZ “Netzpatrouille gegen rechte Agitatoren?”. Lamentablemente, la recensión no aparece más en la página del diario; pero sí la encuentro en la página de Bücher.de: http://www.buecher.de/shop/deutschland/gefaehrliche-buerger/bednarz-liane-giesa-christoph/products_products/detail/prod_id/42716890/

2 Liane Bednarz: Antwort an die Kritiker – Eine Replik auf Alan Poseners und Patrick Bahners‘ Besprechungen von „Gefährliche Bürger“ 

3 Gefährliche Bürger. Die neue Rechte greift nach der Mitte Fremdenfeindlichkeit in Deutschland Gespräch mit der Autorin Liane Bednarz http://www.swr.de/swr2/gefaehrliche-buerger-die-rechte-greift-zur-mitte/-/id=7576/did=15994566/nid=7576/1jvpe9w/index.html

4 Me parece que la crítica de Bahners, en el sentido de que los autores han sobrevalorado lo que ven en la red, no es acertada. Lo que Bednarz y Giesa han visto en internet (Facebook, Twitter y otros) es reflejo de lo que yo veo en la misma sociedad. Las redes sociales son, en un país, expresión, de lo que piensa y de cómo actúa su población en la vida análoga. Lamentablemente, los autores no exageran.

5 Cfr, Bednarz, Giesa: “Gefährliche Bürger”, págs, 36 y siguiente.

Recomiendo también -aunque no es exactamente el caso que comento- el artículo de Zeit “Zu Besuch beim Leser : Ohnmacht macht wütend” http://www.zeit.de/wirtschaft/2011-08/euro-kritik-leser/komplettansicht  En que se cuenta la visita de un redactor de ese diario, a un lector que había escrito comentarios de los que aquí hablamos.

6 “ich habe es nie gern gesehen, wenn Leute vor allem danach streben, sich in einem Biotop gleichgesinnter Ideologen zu bewegen, andere hart auf Linientreue zu testen und einander mit einfachen, möglichst scharfen Parolen hochzuschaukeln”.

7 En “Die rechte Flanke der Liberalen”, aparecido el en el FAZ, donde no está más online. Lo pueden leer en http://de.scribd.com/doc/278103419/Die-Rechte-Flanke-Der-Liberalen#scribd

8 Bednarz/Giesa narran el caso Miersch en las páginas 115 y 169 de su libro.

En la siguiente edición del mismo -estoy segura que habrá una- sería recomendable que incluyeran también el tema Horn, Hayek-Gesellschaft. Liane Bednarz se refirió a él en su excelente artículo “Sarrazins Früchte – Die Petry-AfD und der Rechtsrutsch im Bürgertum” http://www.carta.info/78901/sarrazins-fruechte-die-petry-afd-und-der-rechtsrutsch-im-buergertum/

9 Bedroht eine neue Rechte unsere Demokratie? https://www.youtube.com/watch?v=Pl0oIdeWuBo A partir del minuto 47.

10 Cfr. Armin Pfahl-Traughber, “Rechtsextremismus in der Bundesrepublik”, págs. 95 y siguiente

11 Ver mi columna de 12 de septiembre: ¡Es el Gender…! Y ahora, ¿quién podrá defendernos…? https://columnasemanalmartasalazar.wordpress.com/2015/09/12/es-el-gender-y-ahora-quien-podra-defendernos/

12 Recomiendo, de Andreas Püttmann: 1) Unfreie Radikale http://www.christundwelt.de/detail/artikel/unfreie-radikale/
y 2) Putins nützliche Idioten http://www.christundwelt.de/detail/artikel/putins-nuetzliche-idioten/